Con motivo del Nacimiento de

Luisa Piccarreta

Corato, Provincia de Bari, Abril 23, 1865



"Qué significa ser cabeza de una misión"





Oración para todos los días

para Implorar 

Por la Beatificación de Luisa

“Luisa La Santa”

La Pequeña Hija De La Divina Voluntad

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 19-49 (6) Agosto 22, 1926 

Qué significa ser cabeza de una misión


(6) “Hija mía, quien es llamado como cabeza de una misión debe abrazar no sólo todos los miembros, sino debe regirlos, dominarlos y constituirse vida de cada uno de ellos; mientras que los miembros no son los que dan vida a la cabeza ni hacen todo lo que hace ella, sino que cada uno hace su oficio. Así quien es llamado como cabeza de una misión, abrazando todo lo que conviene para poder desarrollar el trabajo que le ha sido confiado, sufriendo más que todos y amando a todos, prepara el alimento, la vida, las lecciones, los oficios, según la capacidad de quien querrá seguir su misión. Lo que es necesario a ti que debes formar el árbol con toda la plenitud de las ramas y multiplicidad de los frutos, no será necesario a quien debe ser solo rama o fruto, su trabajo será de estar incorporado al árbol para recibir los humores vitales que él contiene, o sea, hacerse dominar por mi Voluntad, no dando jamás vida al propio querer en todas las cosas, sean internas o externas; conocer mi Voluntad y recibirla como vida propia para hacerla desarrollar su Vida Divina, en suma, hacerla reinar y dominar como Reina. Así hija mía, quien debe ser cabeza conviene que sufra, que trabaje y que haga él solo todo lo que los demás harán todos juntos. Esto es lo que hice Yo, porque como cabeza de la Redención puedo decir que hice todo por amor de todos, para darles la vida y ponerlos a todos a salvo, como también la Virgen Inmaculada, porque como Madre y Reina de todos, ¿cuánto no sufrió? ¿Cuánto no amó y obró por todas las criaturas? Ninguno puede decir que nos haya igualado, ya sea en el sufrir como en el amar, a lo más nos semejan en parte, pero igualarnos, ninguno. Pero con el haber estado a la cabeza de todos, tanto Yo como la Soberana Reina, encerrábamos todas las gracias y todos los bienes, la fuerza estaba en nuestro poder, el dominio era nuestro, Cielo y tierra obedecían a nuestras señas y temblaban delante a nuestra potencia y santidad. Los redimidos han tomado nuestras migajas y han comido nuestros frutos, se han sanado con nuestros remedios, se han revigorizado con nuestros ejemplos, han aprendido nuestras lecciones, han resucitado a costa de nuestra vida, y si han sido glorificados ha sido en virtud de nuestra gloria, pero el poder es siempre nuestro, la fuente viva de todos los bienes brota siempre de Nosotros, tan es verdad, que si los redimidos se alejan de Nosotros pierden todos los bienes y vuelven a estar enfermos y pobres más que antes. He aquí lo que significa ser cabeza, es verdad que se sufre mucho, se trabaja demasiado, se debe preparar el bien a todos, pero todo lo que se posee sobrepasa todo y a todos, hay tal distancia entre quien es cabeza de una misión y entre quien debe ser miembro, como si se comparara al sol como cabeza y a una pequeña luz como miembro. Por eso te he dicho tantas veces que tu misión es grande, porque no se trata de la sola santidad personal, sino se trata de abrazar todo y a todos, y preparar el Reino de mi Voluntad a las generaciones humanas”.