EL SANTO DEL DÍA


La Natividad del Señor

 Solemnidad

25 de diciembre
De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Envuelvo Cielos y tierra con 

'mi Te Amo Oh Jesús'



EN TU QUERER, FESTEJAMOS UNIDOS AL CIELO TU NACIMIENTO Y TU ☀️FIESTA DE LA DIVINA VOLUNTAD


AUDIO

Diciembre 25, 2023


🌟 Esquema No. 1

Solemnidad de la Natividad del Señor, 

Misa de Medianoche

Lucas 2, 1-14
Hoy nos ha nacido un Salvador


"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta


En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

🌟 Esquema No. 1

Solemnidad de la Natividad del Señor, Misa de Medianoche


EVANGELIO

Lucas 2, 1-14
 


Lectura del santo Evangelio según San Lucas
Hoy nos ha nacido un Salvador


1.Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo.

2.Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino.

3.Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.

4.Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David,

5.para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.

6.Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento,

7.y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.

8.Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño.

9.Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.

10.El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo:

11.os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;

12.y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

13.Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:

14.«Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace».


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

Lc: 2, 14

«Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace».

 

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Vol. 35-24 (6) Diciembre 25, 1937

"mientras festejaban mi Nacimiento festejaban 🎉 la fiesta de mi Divina Voluntad"


“Con el Nacimiento de Jesús la Divinidad recibía la verdadera gloria”

 

(6) “Hija pequeña de mi Querer, la fiesta de mi Nacimiento fue la fiesta y como el inicio de la fiesta de mi Divina Voluntad. Conforme los ángeles cantaron gloria a Dios en lo más alto de los Cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, los ángeles, la Creación, se pusieron en actitud de fiesta, y mientras festejaban mi Nacimiento festejaban la fiesta de mi Divina Voluntad, porque con mi Nacimiento nuestra Divinidad recibía la verdadera gloria, hasta en lo más alto de los Cielos, y los hombres tendrán la verdadera paz cuando reconozcan mi Voluntad, le den el dominio y la hagan reinar, entonces su voluntad se hará buena, sentirán la fuerza divina. Entonces cantarán juntos Cielos y tierra, gloria a Dios en lo más alto de los Cielos y paz en la tierra a los hombres que poseerán la Divina Voluntad; todo se abonará en ellos y poseerán la verdadera paz”

Fiat Divina Voluntad





Lc: 2, 7

Y dio a luz a su hijo primogénito...


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Vol. 36-45 (1-2) Diciembre 25, 1938

⚜️“El descendimiento del Verbo”


(1) Mi pobre mente continúa su camino en el Querer Divino y, ¡oh! cómo Él se siente feliz al ver que su pequeña recién nacida va en busca de sus actos para conocerlos, besarlos, adorarlos, hacerlos suyos y decirle: “¡Cuánto me has amado!” Después me he detenido en el descendimiento del Verbo a la tierra, y yo lo compadecía al verlo solo. Y mi dulce Jesús, con una ternura indecible, sorprendiéndome me ha dicho:

(2) “Hija mía amadísima, tú te equivocas, la soledad fue por parte de la ingratitud humana, pero por la parte Divina y de nuestras obras, todas me acompañaron, no me dejaron jamás solo, es más, debes saber que junto Conmigo descendieron el Padre y el Espíritu Santo; mientras Yo quedé con Ellos en el Cielo, Ellos descendieron Conmigo a la tierra. Somos inseparables, y aunque Nosotros mismos lo quisiéramos, no podemos separarnos, a lo más nos bilocamos, y mientras tenemos nuestro trono en el Cielo, formamos nuestro trono en la tierra, pero separarnos jamás. En el descendimiento sobre la tierra el Verbo tomó la parte actuante, pero siempre concurrentes el Padre y el Espíritu. En el acto en que descendí del Cielo, todos se movieron para hacerme cortejo y para darme los honores a Mí debidos, me cortejó el cielo con todas sus estrellas, dándome los honores de mi inmutabilidad y de mi amor que jamás termina; me cortejó el sol, dándome los honores de mi eterna luz, ¡oh! cómo me alabó bien con la multiplicidad de sus efectos, puedo decir que haciéndome cuna con su luz y con su calor, en su mudo lenguaje me decía: ‘Tú eres luz, y yo te honro, te adoro, te amo con la misma luz con la cual me creaste’. Todos me circundaron: El viento, el mar, el pequeño pajarillo, todos y todo para darme el amor, la gloria con la cual los había creado, y quién alababa mi Imperio, quién mi Inmensidad, quién mis alegrías infinitas. Las cosas creadas me hacían fiesta, y si Yo lloraba, también ellas lloraban, porque mi Voluntad, residiendo en ellas, las tenía al día de lo que Yo hacía y, ¡oh! cómo se sentían honradas al hacer lo que hacía su Creador. Además tuve el cortejo de los ángeles que no me dejaron nunca solo, y como todos los tiempos son míos, tuve el cortejo de mi gran pueblo que habría vivido en mi Querer, el cual me lo llevaba en sus brazos, y Yo me lo sentía palpitante en mi corazón, en mi sangre, en mis pasos, y con sólo sentirme investido por este pueblo, amado con mi misma Voluntad, me sentía como correspondido por mi descendimiento del Cielo a la tierra. Esto era mi fin primario, el reordenar el reino de mi Voluntad en medio de mis hijos. Jamás habría creado el mundo si no debiese tener a mis hijos que me semejan, y si no vivieran de mi misma Voluntad, Ella se encontraría en las condiciones de una pobre madre estéril, que no tiene poder de generar y que no puede formarse una familia propia, pero mi Voluntad tiene poder de generar y de formarse su gran generación, para formarse su familia divina”.

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Lc: 2, 7

Y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.


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Vol.36-45 (3-4)


Vol. 36-45 (1-5) Diciembre 25, 1938

⚜️ “¿Cómo puede nacer Jesús en nuestras almas?” 


(3) Después continuaba pensando en el descendimiento del Verbo Divino y decía entre mí: “¿Cómo puede nacer Jesús en nuestras almas?” Y el amado niño ha agregado:

(4) “Hija mía, el hacerme nacer es la cosa más fácil, mucho más que Nosotros no sabemos hacer cosas difíciles, nuestra potencia facilita todo; con tal que la criatura viva en nuestro Querer, todo está hecho. 

En cuanto quiere vivir de Él, forma la habitación a tu pequeño Jesús; 

conforme quiere dar principio a hacer sus actos, así me concibe, 

y conforme cumple su acto me hace nacer; 

conforme ama en mi Querer, me viste de luz y me calienta de las tantas frialdades de las criaturas; 

y cada vez que me da su voluntad y toma la mía, Yo me entretengo y formo mi juego y canto victoria por haber vencido al querer humano, me siento el pequeño Rey vencedor. 

Mira entonces hija mía cómo es fácil por parte de tu pequeño Jesús, porque cuando encontramos nuestra Voluntad en la criatura podemos hacer todo, Ella nos suministra todo lo que se necesita y queremos para formar nuestra Vida y nuestras obras más bellas. En cambio, cuando no está nuestro Querer, quedamos impedidos, dónde nos falta el amor, dónde la santidad, dónde la potencia, dónde la pureza y todo lo que es necesario para renacer y formar nuestra Vida en ellos. Por eso, el todo está por parte de las criaturas, porque por nuestra parte nos ponemos a su disposición.

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Lc: 2, 7

Y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento


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Vol. 36-45 (5) Diciembre 25, 1938

en mi nacimiento mi Mamá Divina me formó una bella sorpresa


(5) ... en mi nacimiento mi Mamá Divina me formó una bella sorpresa: Con sus actos, con su amor, con la Vida de mi Voluntad que poseía me formó mi paraíso en la tierra, no hacía otra cosa que entretejer con su amor toda la Creación, y dónde extendía mares de belleza para hacerme gozar nuestras bellezas divinas, dentro de las cuales refulgía su belleza, ¡cómo era bella mi Mamá! Al encontrarla en toda la Creación me hacía gozar su belleza y la belleza de sus actos; dónde extendía su mar de amor para hacerme sentir que en todas las cosas me amaba, y encontraba mi paraíso de amor en Ella, y me felicitaba y alegraba en los mares de amor de mi Mamá; ahora, en mi Querer me formaba las músicas más bellas, los conciertos más deliciosos, a fin de que a su pequeño Jesús no le faltaran las músicas de la patria celestial. En todo pensó mi Mamá, a fin de que no me faltase nada de los gozos del paraíso dejado; no hacía otra cosa en todos sus actos que formar alegrías para volverme feliz; sólo con apoyarme sobre su corazón sentía tales armonías y contentos que me sentía raptar. Mi amada Mamá, con vivir en mi Querer, tomaba en su regazo el paraíso y lo hacía gozar a su Hijo, y todos sus actos no servían para otra cosa que hacerme feliz y duplicarme mi paraíso en la tierra. Ahora hija mía, tú no sabes otra sorpresa, quien vive en mi Querer es inseparable de Mí, y cada vez que Yo renazco, renace junto Conmigo, así que jamás estoy solo, a esta criatura la hago renacer junto Conmigo a la Vida Divina, renace al nuevo amor, a la nueva santidad, a la nueva belleza, renace en los conocimientos de su Creador, renace en todos nuestros actos, es más, en cada acto que hace me llama a renacer y forma un nuevo paraíso a su Jesús, y Yo la hago renacer junto Conmigo para volverla feliz. Hacer feliz a quien vive junto Conmigo es una de mis alegrías más grandes, por eso sé atenta a vivir en mi Querer si quieres hacerme feliz, si quieres que en tus actos encuentre mi paraíso en la tierra, y Yo pensaré en hacerte gozar el océano de mis alegrías y felicidad, nos volveremos felices mutuamente”.

Fiat Divina Voluntad


Lc 2, 11

os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor


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Vol. 16-37 (3-4) Diciembre 26, 1923

“Para quien hace mi Voluntad siempre es Navidad, renazco en cada acto suyo”

 

(3) Yo, no haciendo caso de esto pensaba entre mí: “¡Qué hermosas fiestas navideñas me hace pasar Jesús, se ve que me quiere mucho!” Y Él moviéndose en mi interior ha agregado:

(4) “Hija mía, para quien hace mi Voluntad siempre es Navidad; en cuanto el alma entra en mi Querer Yo quedo concebido en su acto; conforme va cumpliendo su acto, Yo desarrollo mi Vida; cuando lo termina, Yo resurjo y el alma queda concebida en Mí, desarrolla su vida en la mía y resurge en mis mismos actos. Entonces, mira,🎉  las fiestas navideñas son para quien una vez al año se prepara, se pone en gracia, por lo tanto siente en sí algo de nuevo de mi nacimiento; pero para quien hace mi Voluntad 🎉siempre es Navidad, renazco en cada acto suyo. ¿Así que tú quisieras que Yo naciera en ti una vez al año? No, no, para quien hace mi Voluntad, mi nacimiento, mi Vida, mi muerte y mi Resurrección deben ser un acto continuado, nunca interrumpido, de otra manera, ¿cuál sería la diferencia, la desmedida distancia con las otras santidades?”.

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Lc 2, 11

os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor


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Vol. 34-19 (1-2) Enero 1, 1937

🎉 “La fiesta que preparó la Reina del Cielo a su Hijo Jesús en su nacimiento”

(1) Estaba pensando en la Encarnación del Verbo y en los excesos de amor de la Divinidad, que parecían mares que envolviendo a todas las criaturas querían hacer sentir cuánto las amaban, para ser amado, e invistiéndolas dentro y fuera de ellas, murmuraban continuamente sin jamás cesar: “Amor, amor, amor, amor damos y queremos amor”. Y nuestra Madre Celestial, sintiéndose herida por el grito continuo del Eterno, que daba amor y quería amor, se veía toda atenta para corresponder a su querido Hijo, el Verbo Encarnado, formando Ella una sorpresa de amor. Ahora, mientras estaba en esto, el Celestial Infante salía del seno Materno, y yo, ¡oh! cómo lo suspiraba, y lanzándose en mis brazos, todo en fiesta me ha dicho:

(2) “Hija mía, ¿sabes? Mi Mamá me preparó la fiesta en mi nacimiento, ¿pero sabes cómo? Ella estaba al día de los mares de amor que descendían del Cielo en el descendimiento del Verbo Eterno, oía el grito continuo de Dios, que quería ser amado, nuestras ansias, los suspiros ardientes, había oído mis gemidos en su seno, a menudo me oía llorar y sollozar, y cada gemido mío era un mar de amor que mandaba a cada corazón para ser amado, y no viéndome amado lloraba, hasta sollozar, pero cada lágrima y sollozo duplicaba mis mares de amor para vencer por vía de amor a las criaturas. Pero qué, ellas me convertían en penas estos mares, y Yo me servía de las penas para convertirlas en otros mares de amor por cuantas penas me daban. Ahora, mi Mamá quería hacerme sonreír en mi nacimiento y preparar la fiesta a su Hijo niño. Ella sabía que no puedo sonreír si no soy amado, ni tomar parte en ninguna fiesta si no corre el amor. Por eso amándome como verdadera Madre, y poseyendo en virtud de mi Fiat mares de amor, y siendo Reina de toda la Creación, envuelve el cielo con su amor y sella cada estrella con el ‘te amo oh Hijo, por mí y por todos’; envuelve el sol en su mar de amor e imprime en cada gota de luz su ‘te amo oh Hijo’, y llama al sol a investir con su luz a su Creador, y calentándolo sintiera en cada rayo de luz el ‘te amo’ de su Mamá; inviste el viento con su amor, y en cada respiro sella el ‘te amo oh Hijo’, y luego lo llama para que con sus respiros lo acaricie e hiciera oír en cada soplo de viento: ‘Te amo, te amo oh Hijo’; envuelve todo el aire en sus mares de amor, a fin de que respirando oyera el respiro de amor de mi Madre; cubrió todo el mar con su mar de amor, cada serpenteo de los peces, y el mar murmuraba ‘te amo oh Hijo mío’, y los peces deslizaban el ‘te amo, te amo’; no hubo cosa que no invistiera con su amor, y con su imperio de Reina mandaba a todos que recibieran su amor, para dar a su Jesús el amor de su Mamá. Así que cada pajarito, quién cantaba amor, quién gorjeaba amor, hasta cada átomo de tierra era investido por su amor, el aliento de las bestias me venía con el ‘te amo’ de mi Madre, el heno era investido por su amor, por eso no había cosa que Yo viera o tocara en que no sintiera la dulzura del amor de Ella. Con esto me preparó la fiesta más bella en mi nacimiento, la fiesta toda de amor, era la correspondencia a mi gran amor que me hacía encontrar mi dulce Madre, y era su amor que me hacía calmar el llanto, me calentaba mientras en la cuna estaba tiritando de frío; mucho más que encontraba en su amor el amor de todas las criaturas, y por cada una me besaba, me estrechaba a su corazón, y me amaba con amor de Madre por todos sus hijos, y Yo sintiendo en cada uno su amor materno, sentía amarlos como sus hijos y como mis queridos hermanos. Hija mía ¿qué no puede el amor animado por un Fiat Omnipotente? Se hace imán y nos atrae en modo irresistible, quita toda desemejanza, con su calor transforma y confirma a Aquél que se ama, después embellece en modo increíble, de sentirse cielos y tierra raptados a amarla. No amar a una criatura que nos ama nos resultaría imposible, toda nuestra potencia y fuerza divina se vuelven impotentes y débiles ante la fuerza vencedora de quien nos ama. Por eso también tú dame la fiesta que me dio mi Madre al nacer, envuelve cielos y tierra con tu ‘te amo oh Jesús’, no dejes huir nada en lo cual no corra tu amor, hazme sonreír, porque no nací una sola vez, sino renazco siempre, y muchas veces mis nacimientos son sin sonrisas y sin fiesta, y me quedan sólo mis lágrimas, los sollozos, los gemidos, y un hielo que me hace temblar y helar todos mis miembros. Por eso estréchame a tu corazón para calentarme con tu amor, y con la Luz de mi Voluntad fórmame los vestidos para vestirme, así también tú me harás la fiesta, y Yo te la haré a ti con darte nuevo amor y nuevo conocimiento de mi Voluntad”

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Lc 2, 11

os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor


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Vol. 25-17 (1-4) Diciembre 25, 1928

🎉 “La fiesta que prepara la pequeña hija al niño Jesús, cómo lo vuelve feliz”

 

(1) Estaba pensando en el nacimiento del niño Jesús y le pedía que viniera a nacer en mi pobre alma. Y para cantarle himnos de alabanza y hacerle cortejo en el acto de su nacimiento, me fundía en el Santo Querer Divino, y girando en todas las cosas creadas, quería animar el cielo, el sol, las estrellas, el mar, la tierra, y todo, con mi “te amo”, quería poner a todas las cosas creadas como expectantes en el momento de nacer Jesús, a fin de que todas le dijeran “te amo, y queremos el reino de tu Querer sobre la tierra”. Ahora, mientras esto hacía, me parecía que todas las cosas creadas se ponían atentas en el acto de nacer Jesús, y en cuanto el amado niño salía del seno de su Mamá Celestial, el cielo, el sol y hasta el pequeño pajarito, todos como en coro decían: “Te amo y queremos el reino de tu Voluntad sobre la tierra”. Mi te amo en el Querer Divino corría en todas las cosas en las que la Divina Voluntad tenía su vida, y por eso todas alababan el nacimiento de su Creador, y yo veía al niño recién nacido, que arrojándose en mis brazos todo tembloroso me ha dicho:

(2) “Qué bella fiesta me ha preparado la pequeña hija de mi Querer, cómo es bello el coro de todas las cosas creadas que me dicen te amo y quieren que reine mi Voluntad; quien vive en Ella todo puede darme y puede usar todas las estratagemas para volverme feliz y hacerme sonreír aun en medio de las lágrimas, por eso Yo estaba esperándote para tener una sorpresa tuya de amor en virtud de mi Querer Divino. Tú debes saber que mi Vida sobre la tierra no fue otra cosa que sufrir, obrar y preparar todo lo que debía servir para el reino de mi Divina Voluntad, que debe ser reino de felicidad y de posesión, por eso mis trabajos entonces tendrán sus plenos frutos y se cambiarán para Mí y para las criaturas en dulzuras, en alegrías y en posesión”.

 (3) Mientras esto decía ha desaparecido, pero después de poco tiempo ha regresado dentro de una cunita de oro, vestido con una pequeña vestidura de luz, y ha agregado:

(4) “Hija mía, hoy es mi nacimiento y he venido para hacerte feliz con mi presencia, me sería demasiado duro no hacer feliz en este día a quien vive en mi Divina Voluntad, no darle mi primer beso y decirte te amo como correspondencia del tuyo, y estrechándote fuertemente a mi pequeño corazón, hacerte sentir mis latidos que hacen salir fuego que quisiera quemar todo lo que no pertenece a mi Voluntad, y tu latido haciendo eco en el mío me repite tu querido estribillo: ‘Tu Voluntad reine como en el Cielo así en la tierra’. Repítelo siempre si me quieres hacer feliz y tranquilizar mi llanto infantil. Mira, tu amor me ha preparado la cuna de oro, y los actos en mi Divina Voluntad me han preparado la vestidura de luz, ¿no estás contenta?”

 Fiat Divina Voluntad



Lc 2, 11-12

11.os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;

12.y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».


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Vol. 4-41 (1-5) Diciembre 25, 1900 

Ve el Nacimiento de Jesús


(1) Encontrándome en mi habitual estado me he sentido fuera de mí misma, y después de haber girado me encontré dentro de una cueva, y he visto a la Reina Mamá que estaba en el momento de dar a luz al Niñito Jesús. ¡Qué estupendo prodigio! Me parecía que tanto la Madre como el Hijo estaban cambiados en luz purísima, pero en esa luz se distinguía muy bien la naturaleza humana de Jesús, que contenía en sí la Divinidad, que le servía como de velo para cubrir a la Divinidad, de modo que abriendo el velo de la naturaleza humana era Dios, y cubierto con ese velo era hombre, y he aquí el prodigio de los prodigios: Dios y Hombre, Hombre y Dios, que sin dejar al Padre y al Espíritu Santo viene a habitar con nosotros y toma carne humana, porque el verdadero amor no se desune jamás. Ahora, me ha parecido que la Madre y el Hijo en ese felicísimo instante quedaron como espiritualizados, y sin el mínimo obstáculo Jesús salió del seno materno, desbordándose ambos en un exceso de amor, o sea, esos Santísimos cuerpos transformados en Luz, sin el mínimo impedimento, Jesús luz ha salido de dentro de la luz Madre, quedando sanos e intactos tanto el Uno como la Otra, regresando después al estado natural. ¿Pero quién puede decir la belleza del Niñito, que en ese momento de su nacimiento traslucía aun externamente los rayos de su Divinidad? ¿Quién puede decir la belleza de la Madre que quedaba toda absorbida en aquellos rayos Divinos? Me parecía que San José no estaba presente en el momento del parto, sino que permanecía en otro rincón de la cueva, todo absorto en aquel profundo misterio, y si no vio con los ojos del cuerpo, vio muy bien con los ojos del alma, porque estaba raptado en éxtasis sublime.

(2) Ahora, en el momento en que el Niñito salió a la luz, yo habría querido volar para tomarlo entre mis brazos, pero los ángeles me lo impidieron, diciéndome que le correspondía a la Madre el honor de ser la primera en tomarlo. Entonces la Virgen Santísima como sacudida ha vuelto en sí, y de las manos de un ángel recibió al Hijo en sus brazos, lo estrechó tan fuerte en el arrebato de amor en que se encontraba, que parecía que lo quisiera meter de nuevo en Ella, después queriendo dar un desahogo a su ardiente amor, lo puso a mamar de sus pechos. Mientras tanto yo permanecía toda aniquilada, esperando ser llamada para no recibir otro regaño de los ángeles. Entonces la Reina me dijo: 

(3) “Ven, ven a tomar a tu amado y gózalo también tú, desahoga con Él tu amor”. En cuanto dijo esto me acerqué, y la Mamá me lo puso en los brazos. ¿Quién puede decir mi contento, los besos, los abrazos, las ternuras? Después de que me desahogué un poco le dije: “Amado mío, Tú has tomado leche de nuestra Mamá, hazme partícipe”. Y Él condescendiendo, de su boca derramó parte de esa leche en la mía, y después me ha dicho:

 (4) “Amada mía, Yo fui concebido unido al dolor, nací al dolor y morí en el dolor, y con los tres clavos con que me crucificaron clavé las tres potencias: inteligencia, memoria y voluntad de aquellas almas que desean amarme, haciéndolas quedar todas atraídas a Mí, porque la culpa las había vuelto enfermas, dispersas de su Creador y sin ningún freno”. 

(5) Y mientras esto decía, ha dado una mirada al mundo y comenzó a llorar sus miserias. Yo, viéndolo llorar he dicho: “Amable Niño, no entristezcas una noche tan alegre con tu llanto a quien te ama, en lugar de dar desahogo al llanto demos desahogo al canto”. Y así diciendo comencé a cantar; Jesús se distrajo al oírme cantar y dejó de llorar. Al terminar mi verso Él cantó el suyo, con una voz tan fuerte y armoniosa, que todas las demás voces desaparecían ante su voz dulcísima. Después de esto le pedí al Niño Jesús por mi confesor, por aquellos que me pertenecen, y finalmente por todos, y Él parecía todo condescendiente. Mientras estaba en esto ha desaparecido y yo volví en mí misma.

Santos de la Iglesia; y escritos de la Divina Voluntad


EL SANTO DEL DÍA