Manuel Altolaguirre
Beso

¡Qué sola estabas por dentro!


Cuando me asomé a tus labios

un rojo túnel de sangre,

oscuro y triste, se hundía

hasta el final de tu alma.


Cuando penetró mi beso,

su calor y su luz daban

temblores y sobresaltos

a tu carne sorprendida.


Desde entonces los caminos

que conducen a tu alma

no quieres que estén desiertos.


¡Cuántas flechas, peces, pájaros,

cuántas caricias y besos!

Manuel Altolaguirre | Poesías [1930-1931]