“La muerte se paga, viviendo”
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“Fue un poeta absoluto, esencial, desnudo ante la vida que en sus manos se convertía en poesía, y ante
la poesía que, al conjuro de sus palabras precisas, se le convertía en vida.”
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La poesía de Giuseppe Ungaretti está signada por una inusitada fuerza humanista, con un carácter complejo pero siempre revelador y epifánico. Su voz es la voz del hombre enfrentado a la tragedia (experimentó en carne viva la crudeza y bestialidad de la Primera Guerra Mundial), pero también a la solidaridad entre los hombres y a la inmensidad de la naturaleza. Leer a Ungaretti es abrazar aquello que nos convierte en seres humanos, con todas sus luces y también sus necesarias sombras.
—Juan José Podestá
El poema de Ungaretti deja flotando una sabiduría, lejos de la ostentación, una sabiduría aguda y suave a la vez, experimentada por alguien que ha sido guiado por la intuición y ha sorteado un larguísimo camino, solitario y quizás polvoriento.
—Carlos Battilana
Textos
La alegría [1914-1919]
[ Agonía ]
[ Silencio ]
[ Vagabundo ]
[ Sereno ]
[ Lejos ]
[ Nostalgia ]
[ Mañana ]
[ Vanidad ]
[ Soldados ]
[ Junio ]
[ Los ríos ]
[ Peregrinaje ]
El puerto sepulto [1916]
Sentimiento del tiempo [1919-1935]
[ Se le parece ]
[ La piedad ]
[ Calma ]
[ Caín ]
[ Canto beduino ]
[ Quietud ]
[ Condena ]
Poemas dispersos [1945]
[ Estoy enfermo ]
[ Babel ]
El dolor [1947]
[ Todo he perdido ]
La tierra prometida [1950]
Un grito y paisajes [1952]
El cuaderno del viejo [1960]
Últimos coros para la tierra prometida
[ 21 ¿Podría ser que yo vuelva... ]
[ 22 Sin aliento la tarde se hace irrespirable... ]
[ 23 En este siglo de la paciencia... ]
[ 24 Me coja con sus garras azules el halcón... ]
[ 25 Bajaba a Siracusa sin la luna... ]
[ 26 Ahogada en estertores desparece... ]
[ 27 El amor ya no es esa tormenta... ]
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«La verdadera urgencia de su obra radicaba
en el propósito de identificar la vida con la poesía.»