José Lezama Lima - Acantilado

Muchos años más tarde él recordaría el comienzo de esa aventura, asociándola a una lección de historia, donde se consignaba que un emperador chino, mientras desfilaban interminablemente sus tropas, precedidas por las chirimías y atabales de combate, acariciaba una pieza de jade pulimentada casi diríamos con enloquecida artesanía. La viviente intuición de la mujer deseosa le llevó a mostrar una impresionable especialidad en dos de las ocho partes de que consta una opoparika o unión bucal, según los textos sagrados de la India. El llamado mordisqueo de los bordes, es decir, con la punta de sus dedos presionaba hacia abajo, el falo, al mismo tiempo que con los labios y los dientes recorría el contorno del casquete. Farraluque sintió algo semejante a la raíz de un caballo mordido por un tigre recién nacido.

José Lezama Lima de Paradiso [1967]