Pablo Neruda

El enemigo

Miré los años en su rostro,

en sus ojos de agua cansada,

en las líneas de soledad

que le subieron a las sienes

lentamente, desde le orgullo.

Hablamos en la claridad

de un mediodía pululante,

con viento que esparcía sol

y sol combatiendo en el cielo.


Pero el hombre sólo mostró

las nuevas llaves, el camino

de todas las puertas. Yo creo

que adentro de él iba el silencio

que no podía compartirse.


Tenía una piedra en el alma:

Él preservaba la dureza.

Pensé en su mezquina verdad

enterrada sin esperanza

de herir a nadie sino a él

y miré mi pobre verdad

maltratada adentro de mí.


Allí estábamos cada uno

con su certidumbre afilada

y endurecida por el tiempo

como dos ciegos que defienden

cada uno su oscuridad.


Pablo Neruda de España en el corazón. 

Himno a las glorias del pueblo en la guerra (1936–1937) [1937]