Denise Levertov

La novia de Abel

La mujer teme por el hombre, él va

solo a hacer sus labores. Ningún espejo

anida en su bolsillo. Su rostro

se sella y despeja acorde a sus expectativas.

Su sexo le cuelga sin ocultarse

o se levanta ante él

ciego e inquisitivo.


Ella se piensa

afortunada. Pero triste. Cuando ella sale

se mira al espejo, se recuerda

a sí misma. Piedras, carbón,

el silbido del agua sobre las ramas

ardiendo—su ser

es una cueva, hay huesos en su hogar.


Denise Levertov en Poems 1960-1967 [1983]