Macedonio Fernández - Suave encantamiento

Profundos y plenos

Cual dos graciosas, breves inmensidades

Moran tus ojos en tu rostro

Como dueños;

Y cuando en su fondo

Veo jugar y ascender

La llama de un alma radiosa

Parece que la mañana se incorpora

Luminosa, allá entre mar y cielo,

Sobre la línea que soñando se mece

Entre los dos azules imperios,

La línea que en nuestro corazón se detiene

Para que sus esperanzas la acaricien

Y la bese nuestra mirada;

Cuando nuestro ser contempla

Enjugando sus lágrimas

Y, silenciosamente,

Se abre a todas las brisas de la Vida;

Cuando miramos

Las cenizas de los días que fueron

Flotando en el Pasado

Como en el fondo del camino

El polvo de nuestras peregrinaciones.

Ojos que se abren como las mañanas

Y que cerrándose dejan caer la tarde. 

Macedonio Fernández  en Martín Fierro, n° 14 y 15, 24 de enero de 1925.