Elizabeth Maconchy

Ilustración ©2021 Mª Carmen Pichardo Fumadó

Elizabeth Maconchy (Broxbourne (Hertfordshire) 1907- Boreham (Essex) 1994) fue una compositora inglesa, hija de un padre abogado y de una madre ama de casa. No tuvo una relación con la música tan cercana como la que habían tenido otros músicos, sino solo un apremiante impulso interno y el compromiso vital de expresarse por la música.


Sus padres se dieron cuenta de que su hija de seis años tenía un talento especial al ver que era capaz de identificar el sonido de las campanas de la iglesia en el piano familiar, poco utilizado. En su adolescencia tomó lecciones de la mejor profesora de piano de Dublín, una tal señora Boxhill y clases de armonía y contrapunto con un tal John Larchet.


Maconchy no tardó en aventajar a la señora Boxhill y al señor Larchet aconsejándole que entrara a estudiar en el Royal Collage of Música en Londres, lo que hizo a partir de los 16 años. Este conservatorio ofrecía a todo joven compositor una oportunidad de primer orden para que su música se interpretara. Entre sus maestros se encontraban Arthur Alexander, Charles Wood y Ralph Vaughan Williams. Maconchy no tardó en estar en primera línea de dicha actividad, y en 1926 dos de sus composiciones fueron elegidas para ser interpretadas por el prestigioso Patron´s Fund, lo que significó que la compositora, con tan solo diecinueve años, oyó su música interpretada por músicos profesionales.



Maconchy valoraba las enseñanzas de Vaughan Williams: "De repente lo vi todo claro"; "cuando me convertí en estudiante suya se me abrió un mundo nuevo"; fue "como si me hubiera encendido una luz".⁠ ¿Significa eso que seguiría su dirección musical?. De ningún modo. Dice mucho en valor de su maestro que no solo dejara que su alumna siguiera su propio camino, sino que la animara a hacerlo, pues esperaba de todos sus estudiantes que pensaran por sí mismos, "en su propio lenguaje musical", por diferente que fuera del suyo propio. Maconchy, siempre independiente, quería y necesitaba encontrar su propio camino.



Se interesó por la música contemporánea de Europa Central, particularmente de Béla Bartók. Su maestro Vaughan Williams le recomendó que continuara sus estudios en Praga. Allí conoció la música de Janáček (que también influyó en ella) y estrenó su primer concierto para piano. En 1930 había conseguido una voz personal, caracterizada por ritmos energéticos.

Ese mismo año contrajo matrimonio con William LeFau, una figura discreta y destacada, que no pertenecía al mundo de la música, pero apoyaba de todo corazón a su esposa. Regresó a Gran Bretaña, donde siguió componiendo a pesar de un severo episodio de tuberculosis y a pesar también de cuidar a sus dos hijos.



Incluso después de haber cosechado los triunfos de 1930, Maconchy recordaba que nadie planteó la posibilidad de un encargo, ni de una beca, ni de una entrevista informal en la radio, "no digamos ya de una interpretación. Los editores no estaban interesados. Todos eran hombres, por supuesto, y solían pensar que las compositoras sólo eran capaces de escribir una canción o dos de vez en cuando".


Ante la intransigencia de la industria de la música, un notable grupo de mujeres se unieron en 1931 y transformaron el mundo de la música en Londres, al menos durante unos años. Una de ellas era Iris Lemare, dedicada a esa cosa tan rara para una mujer que es dirigir una orquesta. Las otras dos eran la violinista Anne Macnaghten y la compositora Elisabeth Lutyens. Juntas organizaron una serie de conciertos destinados a presentar obras nuevas de compositores jóvenes y piezas de épocas poco abordadas en las salas londinenses de la época. Los Conciertos Macnaghten-Lemare demostrarían ser un salvavidas para Elizabeth Maconchy a lo largo de la década de 1930.



Llegó a pensarse que su música desafiaba las categorizaciones de género, dada su "virilidad casi agresiva". Esto se aprecia en su serie de cuartetos de cuerda, compuestos entre 1933 y 1984.



En los tres años posteriores a la guerra quedó prácticamente sumida en el silencio, pero logró salir de aquella situación de una manera sorprendente.



Fue la primera mujer miembro de la Composers' Guild de Gran Bretaña, así como la presidenta de la Society for the Promotion of New Music, y fue nombrada "Dama del Imperio Británico" en 1987.







Fuente:

"Armonías y suaves cantos " Anna Beer. Editorial Acantilado.


Trabajo realizado por la profesora Dña. Mª Carmen Pichardo Fumadó. Curso 2021-22.

Maconchy: String Quartet No.1 Bloomsbury Quartet