Alma Mahler

Ilustración ©2021. Mª Carmen Pichardo Fumadó

Alma Mahler-Werfel, registrada al nacer como Alma María Margaretha Schindler (Viena, 31 de agosto de 1879-Nueva York, 11 de diciembre de 1964), fue una compositora y editora musical austríaca.


Alma Mahler se rebeló contra la tradición, las formas socialmente establecidas y la sumisión esperada de una mujer de principios del siglo XX. Aun así, pasó a la historia fundamentalmente por ser la esposa o compañera de grandes figuras de su época. Gustav Klimt la besó cuando ella tenía 16 años. A los 23 se casó con Gustav Mahler, compositor y director de orquesta y, posteriormente, con el arquitecto fundador de la Bauhaus Walter Gropius y con Franz Werfel, destacado novelista de su época, además de mantener romances con otros artistas como el pintor Oskar Kokoschka.


Pero lejos de conformarse con el papel de musa para compositores, escritores o pintores, Alma Mahler se convirtió en un catalizador de la creatividad de los hombres con los que compartió su vida.

Nacida como Alma Margaretha Maria Schindler en 1879, era hija de Emil Schindler, célebre pintor paisajista de la época que, posiblemente, fue quien la animó a estudiar música desde niña. A los 9 años ya le encantaba componer e interpretar para piano y, antes de los 20, había compuesto 16 lieder, poemas acompañados de piano y compuestos por ella, que aún se interpretan hoy en día.


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El fallecimiento de su padre a los trece años fue un durísimo golpe para ella y, según explica Susanne Keegan en su libro Alma Mahler La novia del viento (Paidos), del dolor de esa pérdida nació su faceta más independiente y firme. Como mujer culta y creativa, no pasaría desapercibida. Allí donde iba se mostraba libre para hablar y opinar, lejos del rol mujer políticamente correcta imperante en la alta sociedad de la época.


La actriz Rose Keegan, formada en la Royal Central School of Speech and Drama e hija de la biógrafa Susanne Keegan, cuenta cómo Alma Mahler era un ejemplo de mujer que se vio limitada, por la misoginia de la época, a ser considerada únicamente como la amante de grandes creadores: “Si bien es cierto que era fue muy apasionada y el amor la cegó en más de una ocasión, corregía las partituras de su marido Gustav y más tarde fue una fiel defensora de las teorías sobre color y percepción de Josef Albers”, quien formó parte de la Bauhaus.


Ya adolescente, Alma Mahler se movió en el ambiente de la Viena bohemia entre artistas modernistas del movimiento Sezession. Su fuerte personalidad y su fama de femme fatale, tras haber seducido a hombres como Zemlisky, compositor; Olbrich, arquitecto; y Thomas Mann, escritor; hacían que su presencia nunca pasara inadvertida.

Sin duda fue su carácter lo que llamó la atención de Gustav Mahler, quien sería su primer marido, la noche en que se conocieron en una cena con amigos. Ella criticó su música durante la velada, cuando todos los demás se deshacían en elogios. "Tu música no me gusta, no tiene estructura, le falta orden", le dijo, y Gustav, retado, la invitó a acudir a un ensayo de la Filarmónica de Viena que dirigía él mismo al día siguiente. Un ensayo que cambió radicalmente su opinión sobre la música de él: “No es música alemana, es música judía, pero me da igual, estoy emocionada y se me caen las lágrimas".


Gustav y Alma Mahler, con sus hijas, en 1910 (Getty Images)

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En 1902 se casaron. Sin embargo, aquella unión implicaba una dura renuncia para ella. Gustav le hizo firmar un acuerdo matrimonial según el cual ella se comprometía a abandonar su faceta de compositora para dedicarse a las tareas propias de una mujer casada de la época. ¿Quién renuncia a aquello que es parte indisoluble de su personalidad? Una persona enamorada. ¿Quién hace renunciar a la persona que ama a aquello que le apasiona? Este dilema hallaría respuesta ocho años más tarde, en 1910, después de haber tenido dos hijas, Maria, que nació en 1902 y falleció en 1907, y Anna (1904-1988). Alma Mahler, que se sentía infravalorada por su marido, le fue infiel con el arquitecto Walter Gropius.


Tras acudir a consulta con Sigmund Freud, Gustav Mahler decidió prestar más atención a su esposa y a sus ideas, dedicarle más tiempo, pero ya era tarde. El corazón de ella seguía su camino. Destrozado, el compositor intentó plasmar su dolor en su sinfonía nº 10, pero fallecería al año siguiente, en 1911, sin poder finalizarla.

En vida, Gustav Mahler había introducido a su esposa en su música para expresar su amor hacia ella. Se cree que en el Adagietto de la sinfonía nº 5 y en diversos pasajes de las sinfonías 6 y 8, el compositor retrató a su esposa. Ella nunca olvidaría a su marido y solicitó, décadas más tarde, a Ernst Kremer, también compositor, que finalizara el primer movimiento de la sinfonía inconclusa. Con esta ayuda y la de otros músicos, como Deryck Cooke, afamado musicólogo, Alma Mahler consiguió que se completara la obra y autorizó su edición e interpretación.



Volviendo a los años del inicio de su relación con Walter Gropius, Alma Mahler asistía a las reuniones del fundador de la Bauhaus con otros componentes de ese movimiento artístico, como el mencionado Albers, pero no como una mera figura decorativa, “sino que las aprovechó para perfilar los experimentos ópticos en materia de color y espacio de este pintor y diseñador, que, todavía a fecha de hoy, son cruciales para todo diseñador gráfico”, expone Annemarie Jaeggi, directora de la Bauhaus-Archiv, con sede en Berlín.

Alma Mahler mantendrá en ese período dos relaciones infructuosas y tóxicas. La primera con el biólogo y compositor Paul Kammerer, que, enloquecido, la amenazaba con suicidarse en la tumba de su exmarido si no accedía a casarse con él, lo cual nunca sucedió. La segunda con el célebre pintor Oskar Kokoschka, con quien mantuvo una breve y turbulenta relación que finalizó precisamente porque ella tenía muy claro que sus cualidades estaban por encima de limitarse a ser la musa de su pareja, así que decidió abortar el hijo engendrado con el pintor y volver a su vida de soltera.

"La novia del viento" (Kokoschka)

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Tras la ruptura, Kokoschka quedó enormemente afectado e incluso mandó construir una muñeca de tamaño real para recordar a su amada con todo detalle. Las habladurías de la época afirman haberlo visto con frecuencia en un teatro local llevando a la muñeca como si se tratara de su compañera.

Anteriormente, Kokoschka también había plasmado a Alma Mahler en una obra, como había hecho anteriormente Gustav Mahler. Se trata de la pintura “La novia del viento”, lienzo conocido también como La tempestad, un autorretrato del autor abrazando a la mujer de su vida.


Tras la ruptura con Kokoschka, Alma volvió con Gropius, se casó con él en 1915 y tuvieron una hija, Manon (1916-1935), pero se divorciaron a los cinco años, en 1920. No fue hasta 1929 cuando ella se volvió a casar, esta vez con Franz Werfel, novelista judío con quién viviría los avatares de la Segunda Guerra Mundial. Huyendo de la anexión de Austria por Alemania, se instalan en Francia, antes de volver a escapar ante la ocupación de ese país por parte de las tropas de Hitler.

Gracias a la ayuda de un periodista estadounidense que habían conocido en Marsella, Varian Fry, cruzaron los Pirineos en un viaje en el que recorren España para llegar a Portugal y, desde allí, llegar a Nueva York, estableciéndose finalmente en Los Ángeles. En aquel periodo, Werfel escribió La canción de Bernadette, obra en la que se basó la película de igual título, rodada en 1943. Poco después, en 1945, Werfel falleció.

Tras enviudar, Alma Mahler se trasladó a Nueva York y consiguió liberarse de la etiqueta de femme fatale, forjándose una reputación como referente cultural y artístico. Se volcó en escribir sus memorias, Mein Leben, tituladas en inglés And the bridge is love (Y el puente es el amor). También editó y publicó parte de las cartas de Gustav Mahler, de las que nunca se desprendió, pese a todas las relaciones que tuvo con otros hombres, y que siempre atesoró como el gran amor de su vida hasta su muerte a los 85 años.

https://es.wikipedia.org/wiki/Alma_Mahler

Creadora, inquieta, vivaz, capaz de renunciar por amor, aunque fuera momentáneamente, a sus dos pasiones, la música y la escritura, también es reconocida hoy por su capacidad para apoyar a sus parejas sentimentales y elevarlas en sus carreras mediante sus aportaciones, solo posibles por parte de una mujer de gran capacidad intelectual y creativa.


Sus memorias y las biografías escritas por diversos autores demuestran su independencia frente a la misoginia de los artistas que la amaron e intentaron frustrar su creatividad y su energía vital.


LA MÚSICA DE ALMA:

Como compositora, escribió muy poco, ya que la insistencia de Gustav para que ella no se dedicase a la composición fue tanta, que optó por abandonar la composición, "El papel del compositor, el papel del trabajador, me corresponde a mí, el tuyo es el de un compañera cariñosa y comprensiva ... Estoy pidiendo mucho, y puedo y se me es permitido hacerlo porque sé lo que tengo para entregar y eso lo que daré a cambio". Debido a que escribió poca música es considerada por algunas personas nada más que una figura menor, sólo 16 lieder prevalecen hasta hoy.

Ya joven, Alma era una dotada pianista; estudió composición con Alexander von Zemlinsky en 1897, escribió algunos lieder y empezó un trío. A veces ha sido descrita como "muy ambiciosa y sedienta de poder".

Su música aún se interpreta en la actualidad, por diversas y diversos artistas, especialmente sus Lieder, tanto con acompañamiento orquestal así como con acompañamiento al piano.


La traducción al español de sus Lieder ha sido publicada en 2009 por la editorial Hiperion, en conjunto con los Lieder de Gustav Mahler.





Fuentes:

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20200830/27270/alma-mahler-mas-musa.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Alma_Mahler


Cinco canciones (1910)





Wiebke Lehmkuhl, contralto

Orquesta Sinfónica de la WDR

Christian Măcelaru, director de orquesta