Parte 8 - Kilómetros 5 al 10

Agüita nuevamente en el km 5. Bolsitas nefastas que contaminan y desperdician agua. Los vasitos no son tan buena solución. Está bien, son de papel, pero no son nada prácticos para tomar, si no se cuida uno, se anda ahogando fácilmente. Las botellas son peores. Más contaminación y más desperdicio de agua. ¿Cuál será entonces la solución? Llevar cada quien su agua no parece la opción. Es mucho cargar y muy incómodo. Llevar sus botellas y que se las recarguen en el camino es muy impráctico. Tendría uno que estar parando y perdiendo ritmo. ¿Cuál será la solución? Este fue un debate recurrente cada 2.5 km por obvias razones.

En el monumento a Cuauhtémoc había un grupo patrocinado por la Delegación Miguel Hidalgo. Buen ritmo y buen ambiente. Reforma siempre es espectacular. Mucho colorido, mucho verde, mucha vida. Gente en la calle apoyando, cantidad de gente tomando fotografías.

Frente a la embajada de EEUU, un grupo de gringuitos echando porras con la bandera de EEUU. ¡Genial!

Llegamos a El Ángel. Ahí encontré a un señor mayor de edad, empujando la silla de ruedas de su hijo, éste de entre 20 y 30 años. Tenía alguna discapacidad. El joven llevaba una cara de felicidad que no podía con ella. Me hizo recordar una historia de un video que ha circulado por Facebook, de un padre que hace triatlones, jalando su hijo en una balsa mientras nada, luego en una silla especial mientras anda en bici y en otra lo empuja mientras corre. Así este señor. Seguramente con la fuerza inspirada por su hijo y dándole gusto. ¡Qué historias! ¿Cuántas historias conmovedoras podrá encontrar uno entre tanto participante?

Bueno, pues no fueron muchos pasos adelante cuando me volví a percatar que llevaba en frente a otro ejemplo de vida. Una señora de más de 60 años, con una discapacidad motriz, pero con cuerpo de corredora. Con todo el trabajo que se veía que le costaba correr, ahí iba y ahí fue, siempre delante mío marcándome el ritmo. ¡Qué amor a la vida! Como con tan poquito nos sentimos débiles e incapaces, como con tanta dificultad se hacen fuertes y potentes. Cámara por aquí, cámara por allá. Sonrío, hago la seña de que voy bien. No vaya a ser que no salga bien en las fotos.

Dejamos Reforma, damos vuelta en Mariano Escobedo. Ahí está un grupo de corredores esperando para incorporarse. Iban a correr el resto de la distancia como entrenamiento para otro maratón. ¡Qué chistoso! Usar un maratón de entrenamiento para otro. Supongo que es una forma segura de entrenarse.

Vuelta en Darwin, vuelta en el Eje 3 Pte. Ya vamos llegando al km 10. Phil sigue insistiendo en tener kilómetros más cortos y que sigo yendo muuuuuy rápido. El km 7 me lo marcó en 6:05 min/km. ¡XYOLI!! Deja de inspirarte, vas muy rápido. Tienes que controlar esa velocidad. Ok. Km 9, dice Phil que ya te moderaste, vas a 7:02 min/km. Pero claro, no te gustó y volviste a acelerar, km 10 a 6:33 min/km.

Siguiente puesto de abastecimiento, km 10. Estamos en Polanco. ¡Qué rápido!