Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del Cuzco. Yo me había despedido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando un niño del lugar, enclenque, haraposo, se acercó a pedirme que le regalara una lapicera. No podía darle la lapicera que tenía, por que la estaba usando en no sé qué aburridas anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un cerdito en la mano.
Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitas cuarteadas de mugre y frío, pieles de cuero quemado: había quien quería un cóndor y quién una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas y no faltaba los que pedían un fantasma o un dragón.
Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba más de un metro del suelo, me mostró un reloj dibujado con tinta negra en su muñeca:
-Me lo mandó un tío mío, que vive en Lima -dijo
-Y anda bien -le pregunté
-Atrasa un poco -reconoció
Eduardo Galeano
1- Qué narrador presenta el texto?
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4- Localiza el sujeto de las siguientes oraciones:
- Los jugadores del Celta de Vigo entrenaron ayer por la tarde.
- El jueves llovió todo el día.
- Llegaron a la meta los atletas gallegos.
- Me gusta el café de Colombia.
- En clase resolvieron el problema los alumnos.
- Los coches de gasolina contaminan mucho.
- Consiguieron la copa los jugadores de primera división.
- En ese restaturante comimos muy bien.
- Las sandalias verdes rompieron por la suela.
- Alcanzó la meta el primer coche de fórmula 1.