1983

*1983. I Jornadas de educación ambiental. Sitges, Barcelona

Del 13 al 16 de octubre de 1983, se reunieron en Sitges, en las Primeras Jornadas de Educación Ambiental, organizadas por la Dirección General del Medio Ambiente del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo y la Diputación de Barcelona, más de 300 personas de diversas ONGs, universidades, instituciones ambientales y educativas y movimientos de renovación pedagógica. El Presidente de las Jornadas fue Ramón Folch i Guillén; Vicepresidenta, Eva Barreno; Vocales, Françoise Bretón, Cristina Herrero y Jordi Miralles; y Secretario General Miquel Monge.

Se organizaron en seis grupos: medio natural, medio urbano, gestión del medio, sensibilización del público, medios audiovisuales, y bases científicas y planteamientos metodológicos. El fin era examinar la situación y problemática de la educación ambiental no académica en España tras la Conferencia de Tbilisi, propiciar el contacto y el intercambio mutuo entre las personas, grupos y entidades activas en el campo de la educación ambiental, y realizar un balance de la situación de la educación ambiental en el Estado. Hubo 4 ponencias, 85 comunicaciones y 30 paneles y otros materiales de exposición que, según Calvo y Gutiérrez Pérez (2007):

Sin declaración final, sin manifiestos ni brindis al sol, permitieron que las personas y los grupos que trabajaban de forma aislada en todo el territorio se conocieran y empezaran a trabar esas relaciones que aún hoy se mantienen y que dan forma a la educación ambiental española.

De las conclusiones del grupo sobre educación ambiental: Bases Científicas y Planteamientos Metodológicos, se subraya que: “Es necesario ampliar la educación ambiental fuera del ámbito estrictamente escolar y plantearse conjuntamente, educadores y técnicos, la forma más adecuada para que sea eficaz y tenga posibilidad de ser asumida con profundidad y convencimiento”.

En el grupo de Gestión del Medio: “la educación ambiental, como proceso de gestión del medio debe orientarse hacia un encuentro de la libertad del individuo, el placer y la participación colectiva”. Por su parte el grupo de Sensibilización del Público afirma que “la educación ambiental no debe limitarse al marco escolar”. Y el grupo de Medio Urbano apunta que “Si la Administración se decide a hacer educación ambiental –como es de desear– ha de ser coherente con el ideario de la educación ambiental y velar para que a nivel de gestión no haya contradicciones”. (Informe Final, Sitges, tomado de Calvo y Gutiérrez Pérez, 2007)

Estas primeras Jornadas permitieron que la mayoría de las personas que trabajan en el tema coincidieran en un mismo foro, facilitaran el conocimiento mutuo y contextualizaran el alcance y sentido de su trabajo, así como también que se hiciese una reflexión conjunta y que se llegase a una serie de conclusiones, como resultado de las discusiones de los grupos.

Si bien estas Jornadas se celebran al hilo de las directrices emanadas de Tbilisi, la efervescente situación política en la España de finales de los 70 hace que los marcos teóricos y la actividad educativo-ambiental del país vayan por caminos diferentes que “se modelan más por nuestra historia local y nuestro entorno concreto. Sabemos, por ejemplo, que en los inicios del movimiento de la educación ambiental, nuestra práctica se adaptó menos a Tbilisi que a los movimientos de renovación pedagógica del país”. (Franquesa, 1995, citada en Calvo y Gutiérrez Pérez, 2007)

Las Jornadas fueron el punto de partida para la educación ambiental en el Estado: las investigaciones de educación ambiental comienzan a crecer, surgen las jornadas autonómicas, se crean las primeras asociaciones de educación ambiental en Cataluña (Sociedad Catalana de Educación Ambiental -SCEA) y en Baleares (Sociedad Balear de Educación Ambiental-SBEA), aumentan los equipamientos, las asociaciones ecologistas comienzan sus primeros programas…

1983. Environmental Education's Definitional Problem. Disinger

John F. Disinger (1930-2005) fue inspirador y, posteriormente, profesor emérito de la Escuela de Recursos Naturales en el Colegio de la Alimentación, Agrícolas, Ciencias Ambientales de la Universidad del Estado de Ohio. También se desempeñó como director asociado del Centro de Información ERIC para la Ciencia, Matemáticas y Educación Ambiental, ubicado en la Universidad de Ohio State de Educación y como miembro y presidente (1985-1986) de la NAAEE.

En 1983 publicó el capítulo titulado Environmental Education's Definitional Problem (“El problema de definición de la educación ambiental”), para Informational Bulletin, actualizado en 1997, para Essential Readings in Environmental Education (“Lecturas Esenciales en Educación Ambiental”).

Este capítulo es un escrito clásico en el campo de la educación ambiental. Se preparó como un intento de examinar las diversas definiciones relacionadas con la educación ambiental y discutía los problemas relacionados con la definición, los intentos históricos para definirla y los propios precursores o autores concurrentes (incluyendo la Educación para la Conservación, la de Aire Libre, la del Uso de los Recursos…).

Para Disinger, el problema básico para la definición de la educación ambiental parece ser “la comunicación”, esto es, que los autores afectados no son conscientes de lo que dice el otro o deciden no reconocer, hablar o discutirlo, por cualesquiera motivos. Afirma que hay un buen número de definiciones viables y modelos que han avanzado –los hemos ido viendo en a lo largo de este relato-; sin embargo, entre todas ellas, Disinger (1983) comparte la definición “termino medio” de Harvey quien, tras estudiar y analizar las propuestas realizadas hasta la fecha, propone que la educación ambiental es un proceso interdisciplinario e integrado, dirigido a la resolución de conflictos de valores relacionados con la relación hombre-medio ambiente, mediante el desarrollo de una ciudadanía con conciencia y comprensión del entorno, tanto natural como alterado por el hombre. Además, añade, esta ciudadanía será capaz y estará dispuesta a aplicar habilidades de investigación, implementar la toma de decisiones, la solución de problemas y las estrategias de acción hacia el logro de la homeostasis entre la calidad de vida y la calidad del medio ambiente.

Según Disinger, parece que el trabajo preliminar ha sido puesto en marcha, se ha logrado un pequeño acuerdo y ahora toca desarrollarlo. Aunque está escrito para su publicación en 1983, su mensaje aún sigue teniendo sentido para los estudiosos de educación ambiental. Ayuda a comprender las raíces de la educación ambiental y ayuda a definir mejor lo que es y lo que no es. Esto por sí solo hace que sea una importante contribución al campo.

Un Epílogo para la reedición de1997 actualiza este artículo de referencia, lamentando que no se haya avanzado mucho en esta dirección. Sin embargo, Disinger se pregunta hasta qué punto existen diferencias reales entre las distintas visiones. En el plano teórico, parecen ser, en gran parte, en la redacción; ya que todos profesan un compromiso con el concepto de pensamiento crítico y de evitar toda propaganda. “Tal vez debería ser contratado un astuto semántico para resolver las diferencias reales en el significado”, afirma jocosamente.

Sin embargo, a nivel operativo, las diferencias pueden ser significativas. En la actualidad educadores y educadoras ambientales se están cargando con la promoción de la defensa ambiental en lugar de educar, en un intento de convertir a los y las escolares en rabiosos ambientalistas, con una instrucción, a seguir ciegamente, para actuar directamente sobre complejos temas de los que no comprenden su base (Sanera y Shaw, 1996, citado en Disinger, 1997). A pesar de que la evidencia presentada es anecdótica, en el mejor de los casos tal evidencia existe, al menos ocasionalmente, y la educación ambiental en el aula toma la forma de adiestramiento en vez de enseñanza, de hacer propaganda en vez de educación. En la medida en que se da esta situación, los y las educadores ambientales están profesionalmente obligados a reconsiderar sus metas, objetivos, procedimientos y técnicas de enseñanza, junto con sus definiciones.