1974

*1974. El hombre y la tierra. Rodríguez de la Fuente

En los estertores de la dictadura una serie documental para televisión fascina a la sociedad, El hombre y la tierra. Su creador, Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980), fue un médico reconvertido a divulgador medioambientalista. La serie fue pionera y una referencia para los documentales de naturaleza a nivel internacional.

El hombre y la tierra comenzó a retransmitirse en 1974 y, a lo largo de tres partes, y una cuarta inconclusa, se produjeron más de 130 capítulos.

Con su peculiar manera de contar las historias de su serie, Rodríguez de la Fuente atrajo a un público diverso e intergeneracional al que transmitía su amor por la naturaleza y su preocupación por los problemas ambientales.

Es interesante también el mundo documental, en España con un mito como el de Félix Rodríguez de la Fuente, con una vida estuvo dedicada al estudio de los animales y la naturaleza. Fue autor de numerosos artículos de prensa y colaboró en televisión con diversas series sobre la fauna y la vida animal. Sus programas como Fauna, Vida salvaje, Planeta azul y El hombre y la tierra consiguieron los mayores índices de audiencia. Pero su labor fundamental fue haber ayudado a crear conciencia ecológica y sembrar la idea en miles de seguidores, muchos de ellos cineastas que han continuado su trabajo, de que la defensa de la especie humana depende de la defensa del medio ambiente. (Martínez-Salanova, 2012)

1974. Movimiento Chipko. India

Los recursos forestales de la India habían sido explotados históricamente, por parte de la población autóctona, desde una relación simbiótica con su entorno. Las nuevas políticas forestales iniciadas a finales del siglo XIX permitieron la explotación a las grandes empresas madereras y prohibieron el recurso a las poblaciones locales. Los hombres y mujeres de la zona, en desacuerdo con las políticas forestales oficiales y viendo con preocupación el empleo local, realizaban protestas aplastadas con gran dureza. En los años 20, estas demandas aparecen unidas al movimiento independentista de carácter pacífico de Gandhi.

En 1973, el Departamento de Asuntos Forestales de la India subastó 2.500 árboles del Bosque Reni, junto al río Alaknanda, para ser talados mientras se negaban los derechos de la población local a su tradicional parte de madera. El 26 de marzo de 1974, una mujer llamada Gaura Devi lideró un grupo de 27 mujeres del pueblo de Laata formando círculos alrededor de los árboles, abrazándolos, para impedir su tala de manera pacífica, en la línea de Gandhi. De esta manera, con sus cuerpos impidieron la corta de los árboles y el gobierno se vio obligado a revisar la situación. Dos años más tarde el gobierno prohibió durante diez años la tala de árboles en esta zona del país.

Chipko es una palabra hindi que significa “abrazar” y el movimiento Chipko toma su nombre del hecho de que sus miembros solían abrazar los árboles para impedir su tala. Un número creciente de mujeres se unió al movimiento cuando se dieron cuenta de que las frecuentes inundaciones y desprendimientos de tierras que sufrían eran provocados por la deforestación. El movimiento se extendió y más mujeres, en otras localidades, impidieron la tala en varias zonas boscosas a lo largo del Himalaya aumentando la capacidad del movimiento.

Dentro del movimiento Chipko, las mujeres establecieron cooperativas y participaron en proyectos de rotación de cultivos para facilitar la recogida del forraje, ayudaron a repoblar tierras degradadas, y crearon viveros dirigidos a la repoblación con especies autóctonas.

1974. Man's Responsibility for Nature. Passmore

El filósofo australiano John Passmore (1914-2004) escribió Man's Responsibility for Nature (“La responsabilidad del ser humano para con la Naturaleza”), argumentando que existe una necesidad urgente de cambiar nuestra actitud hacia el medio ambiente y que los seres humanos no podemos seguir sin restricciones explotando la biosfera.

Sin embargo, rechazó la idea de abandonar la tradición occidental del racionalismo científico, y se mostró indiferente a los intentos de articular la preocupación ambiental a través de revisiones radicales del marco ético, como proponían los ecologistas profundos, cuestión que él concibe como misticismo equivocado o irracionalismo.

1974. The relationship of awareness to concern for environmental quality among selected high school student. Winston

B. J. Winston, en su tesis doctoral The relationship of awareness to concern for environmental quality among selected high school students (“La relación de la conciencia con la preocupación por la calidad del medio ambiente entre estudiantes de secundaria seleccionados”), de 1974, afirma que las actitudes hacia el medio ambiente influyen en el comportamiento con el medio ambiente, pero que poco se sabe acerca de la naturaleza o la formación de estas actitudes. Según su hipótesis, la mayor parte de los programas de educación ambiental existentes basan sus esfuerzos conforme a la información disponible en ese momento en cuanto al conocimiento y actitudes:

Los esfuerzos educativos para la producción de ciudadanos ambientalmente alfabetizados, en gran parte, se han basado en el postulado de que existe una relación lineal entre lo cognitivo (conocimiento), lo afectivo (actitudes) y los dominios connotativos (comportamiento). En consecuencia, los programas de educación ambiental a menudo presentan la conciencia, el conocimiento de la ecología y/o de los problemas ambientales, suponiendo que esto conducirá al desarrollo de la actitud deseada y finalmente a los comportamientos necesarios ambientalmente éticos. (Winston, 1974)

Según Culen (1994):

Numerosos programas de educación ambiental, basados en un modelo lineal de conocimiento - actitudes - comportamiento, han sido desarrollados y han funcionando desde los años 1960. Si este modelo fuera válido, sería lógico asumir que los problemas ambientales estarían en disminución, debido al comportamiento a favor del medio ambiente por parte de la propia población. (…)

La importancia de unos objetivos claramente establecidos y definidos no debe ser subestimada. Especialistas en currículum están, en general, de acuerdo en que, independientemente del tema, los objetivos son necesarios para proporcionar un sentido de dirección para el desarrollo del currículum y la instrucción. El uso de metas para el desarrollo curricular en educación ambiental, fines específicos que se pueden escribir, sirven para poner en práctica estos objetivos y proporcionar una base racional a la instrucción y a la posterior evaluación de esa instrucción. Con estas metas en la mano, los educadores ambientales tienen la base para desarrollar materiales apropiados que se centren en los componentes críticos que ayudan a producir el fin último de la educación ambiental, un comportamiento ambiental responsable.

Según Asta Budvytytė (2011), hay tres aspectos principales que envuelven la meta de la educación ambiental: cognición, afecto y conducta. El aspecto cognitivo incluye el conocimiento de la ecología, la conciencia de los problemas ambientales, el conocimiento de los sistemas ecológicos que conectan la acción humana y sus consecuencias a través del espacio y el tiempo, el conocimiento de una localidad y sus componentes humanos y culturales, y el conocimiento de estrategias de acción. El aspecto de afecto incluye la motivación para el cambio, el apego emocional y la sensación de que uno puede hacer una diferencia, y el compromiso de continuar con el esfuerzo, aunque podría parecer que uno puede hacer muy poco, la sociedad en su conjunto puede hacer muchas cosas. Los aspectos del comportamiento incluyen el consumismo verde, el apoyo a las políticas pro-ambientales, las conductas de ciudadanía, el activismo, las opciones de manejo de tierras, acciones colectivas…

*1974. Ecología. Margalef

Ramón Margalef López (1919-2004) fue un oceanógrafo y ecólogo catalán, precursor de la ecología y director de la primera Cátedra de Ecología del Estado, abierta en 1967 por la Universidad de Barcelona y, junto con González Bernáldez, refundador de esta disciplina en el país.

En 1974 publica Ecología, un monumental tratado que se ha convertido en referencia básica sobre la materia. En el prólogo, Margalef (1989) afirma que en los últimos tiempos se está haciendo gran propaganda a favor de la conservación de la naturaleza y lo valora como pertinente, sin embargo aconseja clarificar las ideas y contribuir a la introducción de puntos de vista ecológicos en la enseñanza y en la formación, eso sí, siempre alejados de cualquier propaganda sensacionalista.

Actualmente, la especie humana es tan numerosa y posee tal capacidad de control que, si se prescinde de ella, no es posible entender el funcionamiento presente de la gran mayor parte de los ecosistemas. Su actividad afecta a toda la biosfera. La biomasa humana es solamente 4 x 10-15 de la biomasa total; pero su influencia está fuera de proporción con dicha representación (…) El problema de la conservación de la Naturaleza es básicamente un problema de educación. La creación de reservas y parques naturales –a veces pintorescamente caracterizados- es solo una ayuda parcial, porque el problema afecta a la organización general de todo el territorio. (Margalef, 1989)

1974. Le féminisme ou la mort. Françoise d’Eaubonne

Françoise d’Eaubonne (1920-2005) fue una escritora francesa, feminista, comunista y líder del primer movimiento revolucionario homosexual de Francia, el Front homosexuel d'action révolutionnaire (“Frente Homosexual de Acción Revolucionaria”), que acuñó el término en su obra de 1974, Le féminisme ou la mort (“El feminismo o la muerte”).

Para d’Eaubonne la vida moderna es el resultado de una dominación patriarcal, fruto conjunto del descubrimiento de la paternidad y la domesticación de los animales y la agricultura de riego, eventos que impulsaron al ser humano a convertirse en sedentario. La sociedad cazadora y recolectora se convierte en agrícola y sedentaria, pasando de la libertad a la dominación, de compartir a poseer; desde entonces todo se enfoca a “tener”. El hombre, al ser consciente de que fertiliza a la tierra y de que fecunda a la mujer, asume el rol de autoridad sobre ambas.

Para d’Eaubonne:

La causa inmediata de los problemas presentes y la amenaza del mañana es el sistema patriarcal, basado en la propiedad de la fecundidad y la fertilidad; de cuyas estructuras mentales y culturales han surgido otras que se han mantenido en todas las formas de organización social y económicas sucesivas

1974. Declaración de Cocoyoc. Cocoyoc, México

El PNUMA tenía entre sus objetivos el siguiente:

e) Estimular a las comunidades científicas internacionales y otros círculos de especialistas pertinentes a que contribuyan a la adquisición, evaluación e intercambio de conocimientos e información sobre el medio ambiente y, cuando sea apropiado, a los aspectos técnicos de la formulación y ejecución de los programas relativos al medio ambiente dentro del sistema de Naciones Unidas

En virtud de este fin se organiza, junto con la UNCTAD, un simposio de expertos sobre desarrollo y medio ambiente, posteriormente conocido también como Founex II, que se celebró en Cocoyoc (México), del 8 al 12 de 1974. Lo presidió Bárbara Ward y contó con la presencia de 33 delegados de ocho países en vías de desarrollo y 14 de países desarrollados. Entre ellos, M. Strong, como primer director del PNUMA; su sucesor (al poco de este evento) Mustafá Tolba; Enrique Iglesias, en la época secretario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); Gamani Correa, Secretario General de la CNUCD; Ignacy Sachs… El debate se polarizó rápidamente entre los representantes de los países en vías de desarrollo y el resto, lo que obligó a redactar hasta nueve proyectos de declaración en tres días (Paquot, 1998). Durante este simposio se identificaron los factores económicos y sociales que conducen al deterioro del medio ambiente, se discutieron estrategias de desarrollo y relaciones económicas internacionales, y se analizaron problemáticas ambientales y los límites de los recursos naturales.

La Declaración final, que hacen suya el PNUMA y la UNCTAD, supuso un duro manifiesto a favor de un desarrollo centrado en el ser humano y en sus necesidades. Se extiende en ocho folios y, tras una introducción a modo de reflexión teórica, se atreve a redefinir los conceptos de El propósito del desarrollo, La diversidad del desarrollo y La independencia, para finalizar con Sugerencias para la acción y un (maravilloso) epílogo.

La Declaración de Cocoyoc revela la dificultad de satisfacer las necesidades humanas en un medio ambiente bajo una gran presión. Comienza con un resumen sobre la falta de progreso en temas como la pobreza, el hambre, el analfabetismo, la salud y la falta de vivienda, a los que añade problemas de degradación de recursos. Seguidamente, indica cuáles deben ser las metas del desarrollo (cubrir las necesidades básicas) y recomienda actuaciones de acuerdo con una gestión económica global basada en un nuevo orden económico internacional y en la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados.

Declaración de Cocoyoc (fragmento)

…la negligencia de la sociedad mundial para proporcionar una vida segura y feliz a toda la Humanidad no es causada por ninguna carencia actual de recursos físicos. El problema no es, hoy sobre todo, de escasez física absoluta, sino de mala distribución y de uso erróneo de los recursos económicos y sociales; las dificultades de la Humanidad se arraigan sobre todo en estructuras económicas y sociales y comportamiento en y entre países.

Nada podría ilustrar mejor que el grado de dependencia del sistema de mercado mundial—que ha venido operando ininterrumpidamente para aumentar la riqueza y el poder de los ricos y mantener la precaria situación de los pobres—no está basado en circunstancias físicas inalterables sino en relaciones políticas que pueden por su propia naturaleza experimentar profundos cambios y transformaciones. En cierto sentido, un nuevo orden económico está ya luchando por nacer y la crisis del antiguo pudiera darle la oportunidad de surgir definitivamente.

Es asimismo cierto que en estos momentos el panorama mundial sólo parece ofrecernos confrontaciones, malos entendimientos, amenazas y enojosas disputas. Pero repetimos una vez más que no hay razón para desesperar. La crisis puede suponer también, llegado el momento de la verdad en el que los países empiezan a comprender, que el viejo sistema está en bancarrota y que por eso se necesita buscar el marco de un nuevo orden económico.

La misión de los hombres de Estado en estos momentos consiste, por consiguiente, en tratar de encaminar a todos los pueblos, con todas sus diferencias e intereses, poderes y fortunas, hacia un nuevo sistema para alcanzar los límites internos que permitan cubrir las mínimas necesidades humanas de toda la población mundial sin afectar a los límites externos de los recursos ni al medio ambiente del planeta. Porque estamos convencidos de que ello es, al mismo tiempo, vital y posible, se sugieren aquí algunos cambios en las políticas económicas que tienden al desarrollo equilibrado y a la conservación del planeta y nos parecen los componentes esenciales del nuevo sistema.

1. Objetivos del desarrollo

Nuestra preocupación primordial consiste en definir de nueva cuenta los propósitos globales del desarrollo. No debe tratarse del desarrollo de los objetos, sino del desarrollo del hombre. Los seres humanos tienen como necesidades básicas el alimento, la vivienda, el vestido, la salud y la educación. Cualquier proceso de crecimiento que no lleve a la plena satisfacción de estas necesidades o, peor aún, que obstruya cualquiera de ellas es, en realidad, una parodia de la idea del desarrollo. Todavía nos encontramos en la etapa en que la principal preocupación del desarrollo debe ser alcanzar la satisfacción de las necesidades básicas para los estratos más pobres (que puede llegar a sumar hasta un 40 por 100 de la población).

El primer objetivo del crecimiento tiene que consistir, pues, en asegurar el mejoramiento de las condiciones de vida de esos grupos. Los procesos de crecimiento que benefician únicamente a las minorías más prósperas y mantienen o aumentan las disparidades entre países, y la situación de sus habitantes dentro de ellos, no puede considerarse «desarrollo». Es explotación. Y ha llegado el momento de iniciar el verdadero tipo de crecimiento económico, es decir, el que permita lograr una mejor distribución de la riqueza y la satisfacción de las necesidades básicas para todos.

(…) todos tenemos la necesidad de redefinir nuestras metas, de nuevas estrategias del desarrollo o de nuevos estilos de vida, incluyendo patrones de consumo más modestos entre los ricos.

Consideramos que los actuales esfuerzos del programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente de diseñar estrategias y de asistir a los proyectos para el desarrollo socioeconómico ecológico sano (ecodesarrollo) en el nivel local y regional constituyen una contribución importante a esta tarea. Se deben crear las condiciones para que la gente aprenda por sí misma, con la práctica, cómo hacer el uso mejor de los recursos específicos del ecosistema en el que viven, cómo diseñar tecnologías apropiadas, cómo organizarse y cómo educarse con este fin.

(Párrafo final)

El camino hacia adelante no reside en la desesperanza del fracaso ni en el optimismo fácil de sucesivas soluciones tecnológicas. Reside en la evaluación cuidadosa y objetiva de los “límites externos”, a través de la búsqueda mancomunada de formas de alcanzar los “límites internos” de los derechos humanos fundamentales, a través de la construcción de estructuras sociales que expresen esos derechos, y por medio de todo el trabajo paciente de diseñar métodos y estilos de desarrollo que conserven y mejoren nuestra herencia planetaria.

El nuevo paradigma del ecodesarrollo aparecía en la escena de la política mundial como alternativa a la problemática medioambiental y a la del desarrollo. Sobre todo aplicada al ámbito rural y con enfoque local donde pone más énfasis en su tesis: el ser humano es el recurso más valioso, por lo tanto debe afianzarse su desarrollo, su realización. En este sentido, se propone aprovechar los recursos naturales locales y no imponer estrategias de producción en función de los intereses del mercado, con el objetivo primero de satisfacer las necesidades locales y, después, respetando las necesidades de futuras generaciones, al frenar prácticas no sostenibles en el tiempo (Gudynas, 2004).

Cocoyoc situó las medidas correctoras para solucionar los problemas ambientales exactamente en el contexto de las demandas totales para una redistribución de los recursos: gestión global de los recursos globales, transferencias de países ricos a pobres, acceso equitativo a los recursos y uso global de lo común. Estas ofertas, evidentemente, se enfrentaban a las normas económicas liberales de libre cambio y a los incentivos y mecanismos del mercado para la transferencia de protección ambiental y de tecnología. Así, el Departamento de Estado de EE.UU., entonces dirigido todavía por Kissinger (dos meses después de la dimisión de Nixon por el Watergate), protestó fuertemente por las conclusiones de la Declaración. Según I. Sachs, la Declaración de Cocoyoc es el documento más radical que nunca se haya hecho en el seno de las Naciones Unidas, porque habla del sub-desarrollo y el sobre-desarrollo o desarrollo excesivo (Paquot, 1998). De golpe, se actuó para superar una crítica, al parecer, demasiado radical sobre el desarrollo, y el nuevo término propuesto se reemplazó por uno usado tradicionalmente en el campo de la economía, olvidando que los informes sobre ser humano y sobre la naturaleza son, sobre todo, informes sociales. El término “ecodesarrollo” pasó a ser maldito tras este simposio. Nunca más se volvió a utilizar en declaraciones oficiales. El propio Kissinger pidió se cambiase dicha expresión por la menos comprometedora de sustainable development (“desarrollo sostenible”), que según Sachs se referiría a la terminología del economista Rostow, self sustainable growth (crecimiento auto-sostenible).

Walt W. Rostow pensaba que el subdesarrollo no es más que una etapa previa al desarrollo, de tal manera que todos los países, en algún momento de su historia, han sido subdesarrollados. Según cita Rostow en su Los Estadios del Crecimiento, Manifiesto No-Comunista:

… es posible clasificar todas las sociedades, teniendo en cuenta sus aspectos económicos, en cinco categorías: sociedad tradicional, precondiciones para el crecimiento, despegue hacia un crecimiento autosostenido, camino hacia la madurez y etapa de alto consumo. Estas etapas no son sólo descriptivas; no son una mera forma de generalizar las observaciones de ciertos hechos sobre la secuencia del desarrollo en sociedades modernas, sino que tienen su propia lógica interna y continuidad. Estas etapas constituyen finalmente tanto una teoría sobre el crecimiento económico como una teoría más general (aunque todavía muy parcial) de toda la historia moderna. (Rostow, 1960)

En general, la literatura del ecodesarrollo de los años 70 y los años 80 se solapa con la del desarrollo sostenible. La diferencia principal era la eliminación de las insinuaciones neo-malthusianas contenidas en el ecodesarrollo, con más énfasis en el desarrollo a escala reducida, esto es, en pequeños núcleos de población. El PNUMA, realmente, nunca impulsó esa cara del ecodesarrollo. Sin embargo, tanto en los documentos como en los discursos de su dirección demostró ser congruente con dichas observaciones. Por lo tanto, el término ecodesarrollo se combinó con el uso siguiente del término desarrollo sostenible.

1974. Seminario sobre Educación Ambiental. Jammi, Finlandia

En esta reunión organizada por la Unesco de Finlandia se apuesta por que “la educación ambiental es una manera de alcanzar los objetivos de la protección del medio. La Educación Ambiental no es una rama de la ciencia o una materia de estudio separada. Debería llevarse a cabo de acuerdo con el principio de una educación integral permanente” (Unesco, 1974). Según este Seminario, los Principios de la educación ambiental son:

· La educación ambiental es un componente de todo pensamiento y toda actividad de la cultura, en el más amplio sentido de la palabra, y su fundamento es la estrategia de la supervivencia de la humanidad y de otras formas de la naturaleza.

· La estrategia de la supervivencia es un enfoque general que requiere conocimientos de ciencias naturales, tecnología, historia y sociología; así como medios intelectuales para analizar y sintetizar estos conocimientos a fin de crear nuevos modos de actuación.

· Además de la estrategia de la supervivencia, debe tenerse en consideración la calidad de vida, las metas fijadas a este respecto y los medios con que cuenta la humanidad para alcanzarlas.

· La educación ambiental aspira a que se tomen en consideración los principios de la ecología en la planificación social, en diferentes actividades y en la economía, en los planes nacionales e internacionales.

1974. Declaración sobre el Nuevo Orden Económico Internacional. ONU

Partiendo de reconocer que los logros más importantes de las últimas décadas están relacionados con la liberación de muchos pueblos de la dominación extranjera y colonial, de que los beneficios de los avances tecnológicos no llegan de igual manera a todos los países, de que los países empobrecidos –representando un 70% de la población-, reciban solo un 30% de ayuda, de que las crisis económicas de los últimos tiempos se han cebado en mayor medida en los países en vías de desarrollo… La Declaración de las Naciones Unidas sobre el Nuevo Orden Económico Internacional, hace una apuesta basada en la equidad, la igualdad soberana, la interdependencia, el interés común y la cooperación de todos los Estados con el fin de corregir las desigualdades y reparar las injusticias para eliminar las disparidades crecientes entre los países ricos y pobres, y garantizar a las generaciones presentes y futuras un desarrollo económico y social que vaya acelerándose en la paz y en la justicia.

En el preámbulo de la posterior Carta de Belgrado se puede leer:

La reciente Declaración de las Naciones Unidas para un Nuevo Orden Económico Internacional (Resolución de la 6ta. Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU, adoptada el 10 de mayo de 1974, Nueva York) pide un nuevo concepto de desarrollo, que tenga en cuenta la satisfacción de las necesidades y los deseos de todos los habitantes de la Tierra, el pluralismo de las sociedades y el equilibro y harmonía entre el hombre y el ambiente. Lo que se busca es la erradicación de las causas básicas de la pobreza, del hambre, del analfabetismo, de la contaminación, de la explotación y de la dominación. Tratar, como se hacía anteriormente, estos problemas cruciales de una manera fragmentaria no es de algún modo adecuado para la situación.