Lánzate al estado de Jalisco y descubre, en medio de hermosos campos de agave, este Pueblo Mágico donde, según la tradición, nació la bebida que ha dado fama a México a nivel mundial.
Foto: Enrique Escalona
Foto: Ignacio Guevara
Foto: Enrique Escalona
Foto: Enrique Escalona
Foto: Paulo Jimenez
Foto: Enrique Escalona
Foto: Paulo Jimenez
Foto: Enrique Escalona
Esta tierra del oro azul se levanta a las faldas del volcán de Tequila y el cañón del Río Grande, entre el paisaje de los cultivos de agave, las antiguas haciendas y las destilerías que fabrican la deliciosa bebida emblema de México. El principal productor del tequila en el mundo, donde todos los sentidos sucumben al dulce aroma de la piña, es una fiesta para el paladar. Además, recorriendo sus estrechas calles empedradas conocerás antiguas leyendas del pueblo y podrás divertirte en sus bares, muchos de ellos “callejeros”.
Tequila, “lugar en que se corta” o “lugar de tributos”, se ubica a menos de 60 km de Guadalajara, en la región centro-norte del estado de Jalisco. De agradable clima cálido y semiseco, su temperatura media anual es de 23°C.
Fue habitado originalmente por tribus chichimecas, otomíes, toltecas y nahuatlacas hasta que en 1530 fue conquistada por los españoles.
Es el lugar ideal para comprar botellas en todas las presentaciones de tequila: blanco, reposado o añejo. Se recomienda cuidar que las etiquetas tengan el logotipo de la Norma Oficial Mexicana (NOM).
En los locales del centro hallarás todo tipo de artesanías, como tarros y barriles de madera hechos a base de roble, conocido también como palo colorado. Otra opción son las ánforas forradas con piel de cerdo o los artículos hechos con la piña y las hojas del agave, como bolsas, monederos o pulseras. También encontrarás varios talleres talabarterosdonde se venden huaraches, cinturones y prendedores de piel.
Se encuentra en el Centro y es una edificación de piedra del siglo XVII que cuenta con una torre. En el atrio se encuentra la estatua de Santo Toribio Romo, mártir de la Guerra Cristera, quien parece estar resguardado por dos querubines. En su interior podrás ver un retablo de estilo neoclásico.
Enfrente aparece la sencilla Capilla del Señor de los Desamparados, de 1536, que destaca por ser el primer centro religioso creado por iniciativa de fray Juan Calero.
Ubicado en una casa porfiriana exhibe fotografías, documentos, una amplia colección de botellas, la historia de las destilerías, así como el origen de la tradicional bebida.
Date una vuelta por los 83 lavaderos construidos en 1918. Cuenta la historia que eran utilizados por las familias ricas del poblado porque les tocaba el agua completamente limpia que venía del volcán de Tequila.
Es la más antigua de América, con más de 250 años de existencia. Obtuvo el primer permiso del rey Carlos III para fabricar el “vino mezcal”, como se le conocía antes al tequila. En la actualidad hay visitas guiadas para conocer el proceso de producción, así como una tienda con suvenires y ediciones especiales, y un pequeño bar.
Es una finca tequilera que desde 1873 trabaja el destilado de agave. Ofrece degustaciones y maridajes con cocina de autor.
*Para ver el centro y sus lugares emblemáticos no hay como un recorrido en tranvía, en especial los que tienen forma de botella o barril.
Son paseos en tren donde podrás disfrutar de kilómetros de paisajes agaveros y visitar haciendas tequileras. Ambas rutas inician en Guadalajara y operan los fines de semana. La primera concluye en Amatitlán y la segunda llega hasta Tequila.
Ubicado en lo alto de una colina, es otro gran sitio que no debes perderte. Este antiguo santuario remodelado, es punto de encuentro de los devotos que con rituales y danzas autóctonas, acuden cada 3 de mayo a celebrar a la Santa Cruz. Desde ahí, la vista de Tequila resulta impresionante.
Antigua casa de la familia Sauza, célebre por la fabricación y promoción del tequila. Su valor radica en que conserva algunos muebles originales, reconocimientos y un interesante mural con la historia de la elaboración del tequila.
Un sitio excelente para pasar el día es la Barranca de Tequila, lugar maravilloso que no se queda atrás en la espectacularidad de su vista, ahí, tomar un baño de aguas de manantial es todo un placer. Además puedes visitar el Templo de Santo Toribio Romo adentrado en la naturaleza de esta barranca y edificado en el sitio donde fue torturado este mártir durante la sangrienta guerra cristera, que en esta región persiguió a los sacerdotes con mayor ahínco.
Es un centro ceremonial con basamentos cónicos escalonados y patios circulares, con un juego de pelota y varias terrazas. Se cree que fue edificado para rendirle culto a Ehécatl, dios del viento.
A 18 kilómetros descubre este municipio colonial, que destaca por sus minas de ópalo.
Aquí podrás practicar senderismo, rappel y deportes extremos; puedes llegar a caballo o a pie.
La capital del estado es una ciudad elegante y, al mismo tiempo, fiestera, pues no faltan los mariachis, la charrería, los bares de ambiente animado y, por supuesto, el tequila. Su Centro Histórico ostenta hermosos edificios religiosos y civiles, como la Catedral, el Teatro Degollado, o el Instituto Cultural Cabañas, cuyos interiores están decorados con invaluables murales de José Clemente Orozco, por lo que fue designado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
Inmerso en las montañas de Michoacán, este Pueblo Mágico te ofrece bellas construcciones de aire minero y, cada año, la visita de uno de los insectos más sorprendentes: La Mariposa Monarca.
Foto: Arturo Lara
Foto: Brenda Islas
Foto: Brenda Islas
Foto: Ernesto Polo
Foto: Pablo Morales
Foto: Arturo Lara
Foto: Christian Palma
Foto: Brenda Islas
Foto: Ernesto Polo
Foto: Arturo Lara
Foto: Arturo LaraPreviousNext
MÉXICO DESCONOCIDO
Enclavado en el eje volcánico transversal se encuentra este poblado, famoso por su glorioso pasado minero. Entre el inigualable paisaje montañoso es posible divisar a un destino único que sobresale por el verdor de sus bosques de coníferas y por las construcciones de techos de teja adornadas con balcones.
Sin embargo, buena parte del encanto de Angangueo se debe a que es uno de los prestigiosos santuarios que año con año elige la mariposa monarca para visitar tierras mexicanas y pintar de anaranjado sus azules cielos.
Cuando llegaron los españoles, Angangueo era tierra de nadie y no se habían descubierto las riquezas naturales que albergaban sus suelos. No fue sino hasta finales del siglo XVIII cuando se convirtió en un enclave minero que dio vida a un próspero pueblo. Sus vetas fueron explotadas por españoles, ingleses, alemanes, franceses y norteamericanos, hasta que a mediados del siglo pasado, por un accidente ocurrido dentro de las minas, pasaron a formar parte del patrimonio nacional. En 1991 cesó por completo la explotación minera de la localidad.
Lleva un recuerdo de las mariposas a través de objetos artesanales o en los dibujos de las prendas de vestir que venden en Angangueo.
Entre la gastronomía de este lugar destacan el mole y los helados, mientras que de arte popular podrás encontrar piezas de metalistería, platería, herrería y tejidos en telar, entre otras.
Observar los cielos pintados de dorado y negro por el batir de las alas de la Mariposa Monarca, es uno de los principales atractivos de Angangueo debido a su cercanía con la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca. La mejor época para disfrutar de este espectáculo natural es el invierno, puesto que la mariposa permanece en este lugar desde noviembre hasta finales del mes de febrero o principios de marzo. En este santuario, y en el Rosario, podrás aprender sobre el magnífico recorrido que emprenden estos diminutos seres vivos que se han convertido en uno de los símbolos primordiales del estado de Michoacán. Para llegar a este magnífico escenario boscoso puedes hacerlo a pie o a caballo.
Está a ocho kilómetros al suroeste de Angangueo, en Ocampo. En este municipio está el santuario de mariposas más visitado en el este de Michoacán. El área toma el nombre del caserío llamado El Rosario, situado a poco más de tres kilómetros al suroeste del cerro El Campanario, donde se reúnen las mariposas monarca en sus bosques de oyamel, cedro y pino, en una estampa multicolor digna de admirar y fotografiar. El santuario puede alcanzarse a pie o a caballo.
El Templo de la Inmaculada Concepción, de estilo gótico y elaborado en cantera rosa y gris, compone el edificio más sobresaliente entre el paisaje de casas de tejas de color rojizo. Levantado en el siglo XVIII en pleno centro de la población, cuenta con un altar traído desde Italia y con las bellas imágenes de la Virgen de la Inmaculada Concepción y de San José, de París.
Enfrente se encuentra la Parroquia de San Simón Celador, también del siglo XVIII, a un costado la Presidencia Municipal y en medio, una pequeña plaza con un quiosco de hierro donde los habitantes se sientan a disfrutar del tranquilo ambiente del pueblo.
La Casa Parker, ubicada en el centro de Angangueo, que fuera el hogar de Bill y Joyce Parker, ahora es un museo que aloja una crónica fotográfica realizada por este matrimonio que retrata la época minera en su gran auge.
Otro sitio que no puedes dejar de conocer es El Túnel turístico San Simón, una veta descubierta en 1792, de 9.50 metros de profundidad y con una longitud aproximada de 100 metros. En este impresionante espacio, que recrea las antiguas minas de Angangeo, podrás conocer las herramientas y vestimentas utilizadas en la industria minera. El túnel inicia en la Casa Parker y concluye en el Templo de la Concepción.
Uno de los imperdibles de este destino es subir, a través de un camino de terracería, al Mirador de la Cruz de Hierro. Desde esta altura es posible admirar las mejores vistas de Angangueo y de las montañas que la rodean. Si se sigue esta ruta hasta el punto más alto, se llega a unas cuevas, famosas porque, cada año, de ellas parten una peregrinación en honor a la Virgen de Guadalupe.
A 48 kilómetros de Angangueo está el Pueblo Mágico de Tlalpujahua. Este poblado enclavado en las montañas atrapa a cualquier visitante con los secretos de sus minas y calles empedradas. El mayor atractivo de este destino lo componen sus artesanías, especialmente las esferas y los adornos navideños, pero también el arte plumario, la alfarería y las fuentes de cantera, las cuales puedes adquirir en el Mercado Municipal. Aquí no dejes de visitar el Santuario de Nuestra Señora del Carmen, de hermosa fachada de cantera, y de disfrutar de unas ricas enchiladas placeras y del mole de guajolote. La mejor época para visitarlo es de octubre a diciembre, cuando se lleva a cabo la Feria de la Esfera.
Este popular balneario se encuentra muy cerca de Angangeo. Aquí podrás disfrutar de albercas y pozas naturales, junto a otras construidas para aprovechar los variados manantiales de sulfurosas aguas que surgen del subsuelo a altas temperaturas. Todas estas amenidades están rodeadas por el magnífico paisaje boscoso.