ORIGEN E HISTORIA DE LA DINASTIA CAPETO EN FRANCIA
Hugo I Capeto (c. 938-996), rey de Francia y fundador de la dinastía de los Capetos. Era hijo de Hugo el Grande, conde de París, a quien sucedió en el año 956. Su señorío sobre diversos feudos alrededor de París y de Orleans le convirtieron en virtual monarca de Francia, y cuando Luis V, último rey de la dinastía Carolingia, murió en el 987 sin dejar heredero. La dinastía de los Capetos, que gobierna en Francia desde el 987 hasta 1328, fortalece el poder real al reafirmar los principios de la herencia, la primogenitura y la indivisibilidad de las tierras de la Corona.
A la muerte de Hugo Capeto (996), su hijo Roberto el Piadoso le sucede sin dificultades, continuando la obra de su padre. Su biógrafo, nos ha dejado un retrato de él que lo representa, a la vez, desbordante de actividad y muy piadoso. Aunque le gusta cantar acompañándose con el laúd, adora la caza y la guerra. No teme exponerse él mismo con ocasión de las expediciones de su reinado. Sumiso ante la Iglesia, no vacila en incurrir en anatema, a causa de la pasión que siente por su prima Berta, por la que repudia a su primera mujer. Solamente la esterilidad de su unión con Berta le obliga a casarse con Constanza de Arles, conocida por su avaricia y por su carácter agrio.
Llamado el Piadoso, se muestra, sin embargo, muy atento a los intereses temporales de la corona. Si apoya el movimiento en favor de «la paz de Dios», es porque ve en él una tentativa muy interesante, salida del seno de la Iglesia y apoyada por la opinión pública, para limitar el azote de las guerras incesantes entre los señores.
Blandiendo la amenaza del anatema, los obispos multiplican los obstáculos a la guerra feudal. Al mismo tiempo, Roberto el Piadoso lucha personalmente contra la anarquía desarrollada por los señores feudales en su propio dominio, y no vacila en hacer arrasar los castillos que amenazan a las colectividades monásticas. En el exterior, sus intervenciones son menos fáciles; bajo su reinado se inicia la oposición feudal, tan nefasta luego para la monarquía capeta. Especialmente amenazador resulta Eudes II, conde de Blois y de Chartres. El rey no puede hacer nada contra él cuando se anexiona la Champaña, cercando así el dominio real.
El sucesor de Roberto el Piadoso, su hijo Enrique I (1031-1060), carece del valor de su padre. No ha podido hacer frente a los poderosos adversarios con que ha tenido que enfrentarse. Se ha atraído la reprobación de la Iglesia por su avidez, que lo ha impulsado a vender los obispados y otras dignidades eclesiásticas. Aunque coronado con varios años de anticipación, ve cómo le disputa el trono su hermano más joven, Roberto, que goza de la preferencia de su madre, la reina Constanza.
Los grandes vasallos están encantados de participar en esta crisis familiar; el conde de Blois entra en la liza a favor de Roberto, y sus rivales, el duque de Normandía, el conde de Anjou y el conde de Flandes, permanecen fieles al rey. Finalmente, Enrique I logra sus objetivos, indemnizando a su hermano con el ducado de Borgoña. Pero la guerra continúa hasta 1044 contra Eudes de Blois, y luego, durante varios años, contra los hijos de éste.
Para recompensar el apoyo de Roberto el Diablo, duque de Normandía, durante la guerra contra el conde de Blois, el rey de Francia le cede el Vexin francés. Esta nueva amputación de su dominio no se le agradece, pues el sucesor de Roberto el Diablo, Guillermo el Bastardo, futuro conquistador de Inglaterra, se revela como su más feroz enemigo. El ejército real sufre dos humillantes derrotas en el país normando: una, en Mortimer, y otra, en el vado de Varaville, sobre el río Dive. La guerra no ha terminado todavía, cuando Enrique I muere, el 4 de agosto de 1060, legando a su hijo menor, Felipe I, una situación más grave que la encontrada por él, a su subida al trono. Su reinado ha representado un incontestable retroceso del poder real.
La regencia, confiada al conde de Flandes, Balduino V, conoce una relativa tranquilidad. El feudalismo fortifica sus posiciones; en el interior del dominio real, un pequeñoseñor, como el de Puiset, podrá tener en jaque a Felipe I. Un acontecimiento de excepcional gravedad caracteriza este período: la conquista de Inglaterra por el duque de Normandía, Guillermo, el más poderoso de los grandes vasallos. Desde entonces, el duque de Normandía se convierte en el igual del rey de Francia, y la rivalidad de ambos reinos va a determinar la actitud del gobierno capeto, así como sus relaciones con el feudalismo, tanto si los grandes vasallos permanecen neutrales como si adoptan uno u otro partido.
Sin embargo, Felipe I supo aprovecharse del tiempo de respiro que le dejó Guillermo el Conquistador, demasiado ocupado en la reorganización de Inglaterra, para intervenir con eficacia en el continente; se esforzó en realizar, del mejor modo, un programa de beneficios materiales y de adquisiciones, explotando las rivalidades y el desorden. Concede su alianza al mejor postor, acrecentando así el dominio real. En el momento en que Felipe I habría podido aprovecharse de la crisis que atravesaba el reino anglo-normando, a consecuencia de la rivalidad de los hijos de Guillermo el Conquistador por la sucesión paterna, se aisló en una extraña inercia, que contrasta con la actividad de los primeros años de su reinado.
Según el historiógrafo Suger, abad de Saint-Denis, se convirtió en un «esclavo del placer». Repudió a su mujer, Berta de Frisia, en 1092, V llevó una vida de voluptuosidad con su nueva esposa, Bertrada de Montfort, que había quitado al marido, Fulco el Rechin, conde de Anjou. Así, con una gran prudencia, Felipe I supo restablecer en su reino una situación que, a su subida al trono, se anunciaba desastrosa. Bajo su reinado, se pueden apreciar incluso las primicias de una centralización; da una mayor importancia a los oficiales de palacio, sus altos funcionarios, e inicia una especialización de los cargos.
LAS GRANDES CONQUISTAS DEL DOMINIO REAL
Para los primeros Capetos, hacer respetar su autoridad significaba poseer la fuerza material capaz de imponérsela a sus vasallos. Disponiendo de un dominio bastante restringido, la realeza capeta sólo cuenta con escasos recursos financieros. Dar nuevas tierras en feudo, para constituir fuerzas militares superiores, es arriesgarse a debilitar aún más el patrimonio real, como han probado anteriores experiencias. La conquista o la anexión por vía diplomática son los únicos medios para triunfar sobre las pretensiones de sus vasallos. Roberto el Piadoso inaugura brillantemente esta política con la conquista de Borgoña.
En 1002, el duque de Borgoña, Enrique, tío de Roberto, muere sin heredero. Su sucesión es reivindicada por el rey y por un vasallo de Enrique, el conde de Borgoña, Otón-Guillermo. Ambos competidores se enfrentan, y se suceden varias campañas. Por fin, Roberto el Piadoso acaba la conquista, en 1016, y confía la administración del ducado a su hijo Enrique, aunque él se reserve la soberanía. Desgraciadamente, Enrique I lo cederá en feudo a su hermano Roberto, tronco de una nueva casa ducal de Borgoña, perdiendo así todo el beneficio de la hazaña paterna.
Enrique I agregó al dominio real el condado de Sens, al faltar un heredero directo. Felipe I se anexiona al Gatinais, en 1068, aprovechando un conflicto entre los dos pretendientes a la sucesión del conde de Anjou; poco tiempo después, le toca el turno a Corbie, reivindicada en vano por el conde de Flandes; en 1077, se apropia del Vexin francés; en 1101, compra Bourges a su vasallo el conde de Bourges, que necesita dinero para marchar a la Cruzada. Pone así el pie en Aquitania, y prepara la extensión de la influencia capeta en el sudoeste.
El camino a seguir está claro; los brillantes sucesores de estos primeros Capetos, cuya historia se conoce mal, a decir verdad, por falta de documentos suficientes, van a continuar esta política de conquista y anexión, y no está lejos el tiempo en que la jurisdicción del poder real coincida con las fronteras de Francia.
Fuente Consultada:
HISTORIA I José Cosmelli Ibañez Editorial Troquel
HISTORAMA La Gran Aventura del Hombre Tomo III edit. CODEX – La Dinastía Capeto de Francia
PRIMERAS ESCUELA DEL REY CARLOMAGNO EN LA EDAD MEDIA
Bajo los primeros carolingios, la Galia se hallaba en un estado de decadencia intelectual inquietante. Desde hacía mucho tiempo, habían desaparecido las escuelas públicas de la época romana, siendo reemplazadas por escuelas eclesiásticas, destinadas a la formación del clero; pero resultaban insuficientes para llevar a cabo su labor, aunque la lectura y la escritura se tenían por un lujo entre los clérigos e, incluso, entre los obispos.
Más aún, la lengua latina, única lengua escrita que perduraba, estaba completamente corrompida y el libro se había convertido en un objeto muy raro. Los manuscritos prueban la torpeza tanto de los escribas como de los miniaturistas encargados de ornamentarlos. Sin embargo, el caso de Italia, donde el ostrogodo Teodorico se había esforzado en conservar y desarrollar la cultura antigua, ejemplo seguido por los lombardos, cuyos reyes y duques se comportaban como verdaderos mecenas, era mucho menos desconsolador.
También en España, la Iglesia, que rápidamente se hizo poderosa, se había esforzado en crear una nueva enseñanza capaz de reemplazar a las antiguas escuelas romanas, preservando de esta manera, la cultura clásica. Pero, más que estos países, fue Irlanda el foco de intensa vida intelectual, gracias a la actividad de los monjes.
La vieja enseñanza romana de humanidades se conservó en los monasterios, casi pura de toda mezcla, con las siete ramas del saber: gramática, retórica, dialéctica, aritmética, astronomía, ciencia musical y geometría. A esta enseñanza tradicional, fue ajustada la teología que formará como su coronación. Los monjes irlandeses, hechos misioneros, habían difundido por Escocia e Inglaterra su enseñanza y su gusto por la cultura. Antes de finalizar el siglo VII, habían fiorecido grandes escuelas anglosajonas que crearon maestros notables, tales como Be-da, denominado «el Venerable», en la época carolingia, versado en todas las ciencias. Los misioneros anglosajones, lo mismo que en otro tiempo los monjes irlandeses, extendieron, a su vez, por todo el continente, el conocimiento de la antigüedad latina. Así, San Bonifacio, el reformador de la escuela franca, no concibió la reforma moral del clero sin una reforma intelectual.
LAS PRIMERAS ESCUELAS
En sus comienzos, el programa de Car-lomagno se confundió con el que había inaugurado San Bonifacio. Desde el comienzo de su reinado, se alzó contra la ignoran cia de los sacerdotes y tomó a su cargo la organización de los estudios en el reino. Recurrió a maestros italianos, anglosajones y españoles: Pablo Diácono, Alcuino, Teodulfo y sus émulos. Alcuino, el maestro más famoso de la gran escuela episcopal de York, fue el principal colaborador de Carlomagno. De este modo, el sistema inglés de enseñanza penetró en el reino franco, y después en todo el Imperio. Sin embargo, este movimiento de estudios no quedó por mucho tiempo confinado en la Iglesia. Car-lomagno trabajó por su difusión entre los laicos.
Así, ordenó la institución de cursos elementales destinados a un público más amplio, es decir, al mismo pueblo, aunque sólo fuera por darle algunas nociones de instrucción religiosa. En la corte, hizo crear «la escuela palatina» para formar en el servicio del Estado a la gente joven que le rodeaba. De esta manera, el palacio del soberano se convirtió en el verdadero centro intelectual del Imperio. Carlomagno y sus cortesanos, incluso los de edad avanzada, dieron ejemplo y se pusieron a estudiar. En la primera fase de este renacimiento intelectual, no hubo obras verdaderamente originales.
Se trata de una literatura latina que es una transposición de las obras clásicas, tanto en la forma como en el fondo. Egui-nardo calcó su «vida de Carlomagno», de las «Vidas» de Suetonio. Teodulfo imitó los versos de Ovidio o de Fortunato. Angilberto siguió la Eneida de Virgilio. También en materia artística, la imitación fue la norma. Se utilizaron, frecuentemente, trozos de monumentos antiguos para hacer el remedo más completo. En este aspecto, fue más Rávena que Roma la que sirvió de modelo. Para la capilla de Aquisgrán, construida a imitación de la de San Vital de Rávena, Carlomagno mandó llevar de Italia columnas, mármoles y mosaicos para decorarla.
Fuente Consultada:
HISTORAMA Tomo III El Rey Carlomagno Editorial CODEX Tomo III
La Gran Aventura del Hombre
Carlomagno también generalizó, para asegurar mejor la cohesión de las diferentes partes del Imperio, una institución que existía ya bajo los merovingios: la de los comisarios o missi dominici.Carlomagno hizo de ellos un medio regular y permanente de inspección. Los «enviados reales» cumplían al pie de la letra la misión que se les encomendaba. En general, son dos: un conde y un obispo. Este papel de agente de la autoridad pública que correspondía por derecho al obispo, es muy característico de la época.
Carlomagno, rey de los francos desde 768 hasta 814, fue uno de los más grandes líderes militares de la edad media. Conquistó gran parte de Europa central y occidental. Como rey, dio un nuevo impulso a la vida cultural y política, que había entrado en decadencia cuatro siglos antes tras el declive del Imperio romano.
Los dos tienen un poder de jurisdicción muy extenso, tanto sobre los agentes locales como sobre los particulares, en el ámbito fijado por el emperador en el momento de su nombramiento (entre 6 y 10 condados, a partir del siglo IX). A finales del reinado de Carlomagno, éstos tienen que girar una visita obligatoriamente cuatro veces al año por su jurisdicción o missaticum. Si, después de la muerte de Carlomagno, esta institución decae rápidamente, es debido a la insuficiencia numérica de personas seguras a las cuales pudiera ser confiado tal puesto, así como a la falta de tiempo y a la frecuente ignorancia del derecho.
En última instancia, todo descansa en la personalidad del soberano. Su sola presencia en un lugar puede imponer sus decisiones a los condes y a los grandes, y hacer reinar el orden y la justicia en una época en la que sólo es le-galmente válida la orden transmitida oralmente. He aquí por qué Carlomagno lleva una vida de perpetua andanza, de un extremo al otro de su vasto imperio. A partir del año 808, cuando su enfermedad le fija en Aquisgrán, su capital, las capitulares señalan sin cesar los abusos. Alrededor del emperador, los cuadros administrativos son tan insuficientes como los locales.
El Imperio carolingio no tuvo jamás el armazón sólido de un verdadero estado, a causa de una economía rudimentaria, de una estructura social anárquica. Reina la confusión entre los empleos domésticos y las funciones públicas, tanto en el palacio carolingio como en el merovingio, que siguen siempre al emperador en todos sus desplazamientos. El gran capellán, principal consejero eclesiástico del soberano, dirige la capilla, conjunto de sacerdotes y de clérigos encargados del servicio religioso del rey y de su séquito, y de la redacción de ciertas actas reales.
Cuatro dignatarios laicos son una herencia merovingia: el senescal, que ocupa el primer puesto en la servidumbre real, encargándose del abastecimiento; el copero, de las bebidas; el condestable, del servicio de las cuadras; el camarlengo, de los departamentos privados del rey y de su tesoro personal, conjunto de regalos preciosos y de dinero acuñado. Estos grandes oficiales palatinos son los consejeros del rey; pueden ser enviados en misión diplomática o recibir cargos militares con mando. Entre ellos, un solo oficial tiene un papel permanente mucho más importante, el conde palatino, creación carolingia. Es el presidente normal del tribunal palatino y, por delegación del soberano, puede hacer justicia sin apelación.
Fuente Consultada:
HISTORAMA La Gran Aventura del Hombre Edit. CODEX Tomo III Carlomagno
El poder monárquico de los reyes merovingios iba degradándose progresivamente y los mayordomos de palacio se convirtieron muy pronto en los verdaderos dueños de la Galia. El primero que se hizo especialmente célebre fue Carlos Martel, gracias a la batalla de Poitiers. El segundo, Pipino el Breve, tuvo la gloria de ser el padre de Carlomagno.
Carlos Martel (c. 688-741), monarca carolingio del reino franco de Austrasia (en el actual noreste de Francia y suroeste de Alemania). Carlos, cuyo apellido significa ‘el martillo’, era el hijo de Pipino de Heristal y el abuelo de Carlomagno. Pipino fue el mayordomo de palacio con los últimos reyes de la dinastía merovingia.
Carlos Martel, miembro de la dinastía Carolingia, gobernó Austrasia (en el actual noreste de Francia y suroeste de Alemania), como mayordomo de palacio de dicho reino franco, desde el 715 hasta el 741.
ANTECEDENTES DE LA ÉPOCA:
Las invasiones de los bárbaros provocaron la caída del Imperio romano y con ello quedó rota la unidad política de la Europa Occidental. La Iglesia católica quedó como única expresión del orden y se erigió en custodia de la organización y ia cultura romanas. Convertidos los bárbaros, la influencia de la Iglesia fue en aumento. A fin de consolidar su unidad y la del mundo cristiano, organizó y estableció sus jerarquías para lo cual tomó como modelo la administración civil del viejo Imperio romano. Europa quedó dividida en provincias eclesiásticas o arquidiócesis colocadas bajo la autoridad de los arzobispos. A su vez, cada arquidiócesis estaba formada por varias diócesis al mando de obispos. Estas últimas estaban divididas en parroquias urbanas y rurales a cargo de los curas párrocos.
Este conjunto de religiosos constituía el clero secular, porque vivía en contacto con la sociedad o mundo (seculum: siglo). A partir del siglo V puede distinguirse otro tipo de clero cuyos miembros (los monjes) vivían en los monasterios, alejados del mundo y sujetos a determinadas reglas. Estos religiosos constituyen el clero regular. De ellos nos ocuparemos más adelante.
La influencia de la Iglesia se hizo sentir en la política; coronó reyes y emperadores, y en más de una ocasión los privó del poder. Por sobre todo, difundió la cultura y suavizó las costumbres al afirmar la superioridad del espíritu sobre la materia. También se esforzó por aliviar el dolor y creó asociaciones de asistencia social y beneficencia
Francia. La dinastía carolingia
Con la muerte de Clodoveo, ocurrida en París —año 511— el reino de los francos comenzó a dividirse pues sus cuatro nijos se repartieron el territorio para formar nuevos reinos. Se produjeron guerras civiles y esto provocó la decadencia de la dinastía merovingia. Los últimos representantes de esta familia fueron soberanos indolentes e incapaces, y con justa razón se les llamó reyes holgazanes. Alejados de las tareas de gobierno, delegaron el poder en unos funcionarios llamadosmayordomos de palacio, los que adquirieron gran autoridad y se adueñaron de Francia.
Los mayordomos de palacio comenzaron siendo intendentes de la casa real, encargados de administrar los bienes personales del rey. Con el tiempo, comandaron la guardia militar, desempeñaron ministerios y en varias oportunidades ejercieron la tutela de los príncipes hasta que éstos alcanzaban la mayoría de edad. Finalmente, la designación de los mayordomos de palacio dejó de ser privilegio de los monarcas y estuvo en manos de la aristocracia que de esa manera controlaba el poder.
A principios del siglo VIl —después de la muerte del rey Dagoberto— el cargo de mayordomo de palacio comenzó a ser hereditario, privilegio que recayó en la familia de los Heristal, duques de Austrasia. Uno de ellos, Carlos Martel, alcanzó gran renombre, pues logró contener el ataque de los musulmanes en Poítiers (732).
A su muerte (741) hereda la mayordomía su hijo Pipino el Breve quien destrona a Childerico III, el último merovingio, contando con el apoyo del Papa Zacarías. Pipino se hizo proclamar rey de los francos y así se produjo el advenimiento de una nueva dinastía: la carolingia.
El nuevo Papa Esteban II se trasladó a Francia, consagró a Pipino y le otorgó el derecho a la sucesión hereditaria. Al poco tiempo, el Pontífice solicitó la ayuda del rey Franco para rechazar a los lombardos que sitiaban a Roma. Pipino no titubeó y al frente de su ejército cruzó los Alpes, penetró en Italia y, luego de derrotar a los lombardos, se apoderó de los territorios que formaban el Exarcado-de Revena y los cedió al jefe de la Iglesia.
Pipino el Breve (c. 714-768), mayordomo de palacio del reino de Austrasia y rey de los francos (751-768), hijo del gobernante franco Carlos Martel y nieto de Pipino de Heristal. Fue mayordomo de palacio durante el reinado de Childerico III (que reinó entre el 743 y el 751 aproximadamente), último monarca de la dinastía Merovingia.
LA HISTORIA EN MAS DETALLES:
PIPINO DE HERISTAL Y CARLOS MARTEL
A principios del siglo VII, el reino franco de los merovingios se hallaba en una situación difícil. Después de un breve período de apogeo, cayó en la decadencia. Apenas muerto Dagoberto (639), no hubo más que luchas intestinas y repartos, agravados por las tendencias particularistas de las tres grandes divisiones del reino franco: Austrasia, Borgoña, Neustria, transformadas prácticamente en reinos autónomos; Aquitania seguía abandonada al saqueo de todos. Pero, mientras se sucedían reyes asesinados o gastados por precoces desenfrenos, quedaba una realidad estable: la del gobierno de los mayordomos de palacio, promovidos de simples mayordomos a verdaderos jefes de la administración en cada uno de los tres reinos. Pero los mayordomos de palacio estaban deseosos, como los reyes poco antes, de rehacer cada cual en beneficio propio la unidad del reino franco, mientras que su dominio, frecuentemente abusivo, estaba constantemente comprometido por los grandes.
La familia de los Pipinidas, jefes de la aristocracia austrasiana, es la que va a imponerse en el reino franco, sirviéndose de la mayordomía. Estos son los precursores de los Carolingios; en el año 687, Pipino de Heristal, mayordomo de Austrasia, habiendo eliminado a los otros mayordomos de palacio, gobierna solo—bajo un solo rey merovingio, puramente nominal—, los tres reinos. Inmediatamente después de su muerte, su viuda Plectrudis gobernó como tutora de sus tres hijos menores (714).
La sucesión de Pipino se concierta ya como una sucesión real. Sin embargo, surge la revuelta; losneustrianos se rebelan; los turingios y los alamanes son reprimidos a duras penas; los frisones, los sajones y los árabes de España penetran en el reino franco; los aqui-tanos se declaran independientes bajo un duque de su elección. La regente es sustituida, y elegido un bastardo de Pipino de Heristal, Carlos Martel. Este salva al reino, derrotando sucesivamente a todos sus enemigos y rehaciendo su unidad, ‘fracasadas las veleidades de independencia regional. La gloria principal de Carlos Martel es la jornada de Poitiers; donde detiene la oleada árabe lanzada a través de la Galia. A los ojos de sus contemporáneos, en el año 732 salvó a la Galia cristiana del peligro islámico. En recuerdo del vencedor de Poitiers, se llamará Carolingios a los príncipes austrasianos de la casa de los Pipinidas.
PIPINO EL BREVE, REY POR LA GRACIA DEL PAPA:
En el año 741, Carlos Martel muere; y es reemplazado por sus dos hijos Pipino y Carlomán. Estos colocan en el trono merovingio, vacante desde hacía cuatro años, a un niño llamado Childerico. Pero a continuación de la abdicación de su hermano, atraído por la vida monástica, Pipino, llamado el Breve a causa de su corta estatura, consumó el golpe de estado y, en el año 751, confina en un monasterio al último descendiente de Clodoveo, Childerico III. Entonces es proclamado rey en una gran asamblea que tuvo lugar en Soissons. Esta sustitución de dinastía se hizo con la aprobación del papa.
Se cuenta que Bonifacio fue encargado de plantear al papa Zacarías la famosa pregunta: ¿conviene llamar rey a aquél que tiene el poder en realidad, o a aquél que tiene la apariencia del poder?Habiendo respondido el papa según el deseo de Pipino, Bonifacio interpretó que éste debe reinar «en virtud de la autoridad apostólica».
Por medio de una ceremonia, desconocida hasta entonces en la Galia, Bonifacio consagró en Soissons al nuevo rey y a la nueva reina, en nombre de la Iglesia, derramando sobre sus frentes el santo óleo. Según el modelo de los reyes de la antigüedad judía, hace del primer rey Carolingio el elegido de Dios y su representante. Al mismo tiempo, hace ostensible para todos el consentimiento del papa en la usurpación llevada a cabo. Pipino alcanza, mediante la consagración, fuerza y prestigio.
FORMACIÓN DE LOS ESTADOS PONTIFICIOS
Pipino sella muy pronto la alianza de los francos y el papado contra los lombardos, y paga también su deuda a Roma. En efecto, el papado tiene necesidad de la fuerza política y militar de los nuevos dueños de la Galia, si no quiere ser transformado en un simple obispo lombardo y abandonar sus sueños de universalidad; la realeza franca no tiene menos necesidad del papado para consolidar su dinastía.
Pero el rey lombardo Astolfo se arroja sobre Rávena, y conquista rápidamente los territorios que le separan aún de Roma (la Emilia), amenazándola en el año 751. Pipino, que es llamado en su ayuda, duda hasta el momento en que el propio papa acude a la Galia en pleno invierno (753). Aceptando renovar solemnemente la ceremonia de la unción en beneficio de Pipino, de su mujer y de sus hijos, el papa liga su suerte a la del rey franco, mientras que este último se identifica la causa franca con la del cristianismo romano. Pipino interviene en Italia dos veces, en los años 754 y 756, y obtiene de Astolfo el compromiso de evacuar todo lo que acaba de conquistar—es decir, el exarcado de Rávena, la Emilia, la Pentápolis (Rímini – Fano-Pesaro -Sinigaglia – Ancona) y de «dárselo a San Pedro», ya que el exarca de Bizancio había huido. Esta decisión fue la carta de fundación del Estado Pontificio.
Pipino murió en el año 768, dejando dos hijos, Carlos y Carlomán. El mismo año, Carlos, el futuro Carlomagno, contraía matrimonio con la hija de Desiderio, rey de los lombardos.
Fuente Consultada
HISTORIA I Antigua y Edad Media de José Cosmelli Ibañez
HISTORAMA La Gran Aventura del Hombre Tomo III Dinastía Carolongia
CANUTO I EL GRANDE REY DE INGLATERRA BIOGRAFÍA
Canuto I el Grande o Canuto II nació en 994 y murió en 1035, sucedió a su padre en la corona como rey de Inglaterra (1016-1035), al morir su hermano mayor se convirtió en rey de Dinamarca (1018-1035) y finalmente de Noruega (1028-1035). Era hijo de Sven I Barba de Horquilla, rey de los daneses, conquistó Inglaterra en 1013. Un órgano que asesoraba a los reyes anglosajones, conocido como Witenagemot reinstauró en Inglaterra al rey Elteredo II, y Canuto se retiró. Regresó en 1015 y pronto sometió toda Inglaterra, excepto Londres. Después de la muerte de Etelredo en 1016, los londinenses nombraron rey a su hijo Edmundo II.
Canuto, hijo del rey danés Sven I, se convierte en rey de Inglaterra tras el fallecimiento casi consecutivo del monarca anglosajón Etelredo II y del hijo de éste, Edmundo II. Canuto reinará asimismo hasta el año de su muerte (1035) en Dinamarca y en Noruega.
Al finalizar el siglo x, las invasiones danesas se renuevan bajo la forma de incursiones y piraterías, a las que el rey sajón Ethelredo intentó poner dique pagando pesados tributos a los invasores; pero este medio se reveló tan inútil como costoso, y, en 1013, el rey de Dinamarca, Sweyn, decidido a someter a todo el reino anglosajón, lanzó una ofensiva general; necesitó menos de un año para conseguir sus fines y obligar a Ethelredo a refugiarse en la corte del duque de Normandía.
Pero el rey danés murió brutalmente, y su hijo Canuto, que lo había secundado en todas sus campañas, prefirió retirarse momentáneamente a Dinamarca, donde su hermano mayor acababa de ser nombrado rey, con el objeto de reforzar su ejército. En 1017, a la cabeza de tropas frescas, sólidamente armadas, volvió a hacerse a la mar y, tras una serie de victoriosas campañas, expulsó al hijo de Ethelredo del trono de Inglaterra y se hizo coronar rey; se casó casi inmediatamente con Emma, viuda entonces de Ethelredo, descartando así eventuales oposiciones a su usurpación.
La muerte de su hermano mayor lo puso a la cabeza del reino de Dinamarca, y una guerra victoriosa, dirigida diez años después contra el rey Haraldo de Noruega, le aseguró la corona de este país. Así, Canuto el Grande reunió bajo su cetro un inmenso reino, promoviendo un notable incremento de los intercambios marítimos en el mar del Norte; pero este reino, demasiado disperso para ser sólidamente unificado y bien defendido, no debía sobrevivir a su creador.
En lo que se refiere a Inglaterra, Canuto fue un prudente administrador, conservando las costumbres y la organización que los anglosajones le habían legado, haciendo establecer los primeros códigos ingleses, consolidando el ejército y la marina, sosteniendo a los clérigos. Solamente fue cambiado el personal dirigente, y los daneses ocuparon desde entonces todos los altos puestos, de los que se había separado a la nobleza anglosajona
Gobernaba entonces Inglaterra, Ricardo II, el sucesor de Eduardo III, que pretendía imponer su poder absoluto con eran despliegue. Se había rodeado de una guardia personal de diez mil galeses, y trataba de reducir la influencia del Parlamento. Su reinado acabó violentamente. Enrique de Lancaster, nieto de Eduardo III, lo obligó a abdicar. El rey usurpador necesitó afirmarse en el trono; como la nobleza se le oponía, buscó apoyo en la clase burguesa, la cual exigió que la Cámara de los Comunes interviniera en forma más decisiva en el gobierno. Ya que Francia apoyaba a sus enemigos tuvo que reanudar la guerra.
ENRIQUE LANCASTER DE INGLATERRA: ENRIQUE IV
Enrique de Lancaster, compañero de juegos de Ricardo, era en todo un hombre distinto. Político frío y cínico, será el adversario de todas las causas defendidas por su primo, como la paz de Francia y la disminución del poder parlamentario. Ricardo, que regresó precipitadamente de Irlanda, se encontró terriblemente aislado. Previendo su pérdida, quiso negociar. Con la promesa de indultar a los rebeldes y convocar el Parlamento, él creyó que recobraba la suerte; pero, una vez en Londres, fue encerrado en la Torre y retenido como prisionero.
Ante el Parlamento, Enrique esbozó un negro cuadro del mal gobierno del rey. Reivindicó para él la corona, siéndole reconocida por la asamblea en octubre de 1399. Después de esto, apoyándose en una vieja tradición, pretendió ser el heredero legítimo de Enrique III Plantagenet, haciendo correr la especie de que su hijo mayor había sido apartado del trono porque era jorobado. Por el mismo motivo, se adornó con el título de rey de Francia, al cual le daba derecho un parentesco lejano y dudoso.
Ricardo II vacila en reanudar la guerra contra Francia; además, se niega a lanzar una represión feroz contra los lollardos. Esta ausencia permanente de decisiones rebaja el prestigio de la dinastía, ha nobleza se rebela y permite al primo del rey, Enrique de Lancaster, usurpar el trono para derribar «la tiranta de Ricardo I». Este momento es el comienzo de largas querellas dinásticas que van a debilitar a Inglaterra durante varios decenios. Ricardo II entrega su corona y su reino al duque de LancasterMiniatura—París, Biblioteca Nacional.
Esperando poder reivindicar la corona francesa por las armas, necesitaba asentar su situación interior, y para eso eran necesarias grandes precauciones; las asambleas parlamentarías y los consejos de barones eran convocados sin cesar, por lo que el gobierno carecía de libertad de acción.
Para satisfacer al clero, introdujo en Inglaterra la persecución religiosa, dirigida contra los herederos de Wiclef. Sin embargo, hasta el fin de su reinado, Enrique IV tendrá que combatir la rebelión de sus subditos; el rey, privado del poder, contaba aún con numerosos partidarios, y su muerte, por inanición, no impediría la rebelión de la familia de los Percy, en el norte, y después la de Essex. Más grave todavía fue, en el año 1400, la sublevación del país de Gales, que no se apagaría hasta nueve años después. Seguidamente, las fuerzas reales iban a agotarse luchando contra Escocia.
Después, cuando el rey, a partrr del año 1408, se siente debilitado por la enfermedad, su heredero, el futuro Enrique V, es quien se impone, aliándose con sus tíos en contra de su padre. Sin embargo, cuando a la muerte de Enrique IV, sube al trono su hijo, se revela como un capitán notable y un hábil administrador, que, gracias a una Inglaterra pacificada, se propone cumplir los designios del primero de los soberanos Lancaster: la conquista de Francia.
Enrique IV (de Inglaterra) (1367-1413), rey de Inglaterra (1399-1413), de la Casa deLancaster.Enrique nació en el castillo de Bolingbroke en abril de 1367; hijo de Juan de Gante, duque de Lancaster. Desde 1387 hasta 1390 fue el jefe de la facción que se oponía a su primo el rey Ricardo
De sus subditos ingleses, el rey espera el apoyo necesario para el cumplimiento de sus ambiciones territoriales. Una rebelión fomentada por los últimos partidarios de Ricardo fue sofocada con el advenimiento de Enrique. Después de lo cual, habiendo sublevado a la opinión pública contra los franceses desleales, el rey obtiene amplios subsidios del Parlamento y consigue reunir ejército y flota.
La muerte de Enrique V, en 1422, después de haber llevado a cabo la mayor parte de su programa, iba a volver a hundir al país en los azares de una minoría de edad, comprometiendo para siempre los sueños de hegemonía francesa alimentados por los Plantagenet.
Fuente Consultada:
Enciclopedia de Historia Universal HISTORAMA Tomo IV La Gran Aventura del Hombr
e
Construcciones en Perú:
Las Líneas de Nazca
Más al sur, sobre la costa meridional de Perú, el pueblo Nazca floreció entre 200 a.C. y 500 d.c. Sus grabados a gran escala en la tierra, diseños que hoy son en su mayoría visibles desde el aire, se mencionan como evidencia de la presencia, tiempo ha, de visitantes interplanetarios. Los arqueólogos que estudian al pueblo Nazca rechazan la teoría de los antiguos astronautas como pura tontería.
Los mochica, nombre de la lengua que hablaban, eran más imperialistas que sus vecinos nazca. Fundaron una grande y vigorosa civilización en los fértiles valles de los ríos del norte de Perú, después del año 1 de nuestra era; cavaron excelentes canales para irrigar la tierra desértica y construyeron ciudades.
Aunque los mayas tenían jeroglíficos, los mochica, al igual que los incas (que les sucedieron más tarde en Suramérica), carecían de escritura. Lo que conocemos hoy sobre los mochica proviene en su mayor parte de los estudios de su arte y arquitectura. Como en la Mesopotamia primitiva,los mochica construían con ladrillos de barro y, al igual que los egipcios, descubrieron la irrigación y enterraban a sus reyes en pirámides (en el capítulo 3 hay más información sobre las antiguas civilizaciones del Cercano Oriente, en Mesopotamia y Egipto).
Los más conocidos ejemplos que nos han llegado son: la Pirámide del Sol, de 160 metros de altura, y su vecina gemela, la Pirámide de la Luna. Se pueden ver los monumentos mochica en el sitio que fue su capital, entre 200 y 550 d.C. aproximadamente, llamadaMoche, localizada cerca de la actual Trujillo, en Perú. Los mochica, que trabajaban el metal — alhajas de oro y plata —, nos legaron hermosos textiles y, en especial, cerámica. Las ilustraciones de sus vasijas muestran una sociedad guerrera con distintas clases sociales, desde el rey hasta los esclavos, y una religión que incluía los sacrificios humanos.
Otra cultura agrícola peruana, la Paracas, tuvo su auge entre 500 y 200 a.C. Como los nazca, los paracas tallaron enormes dibujos en el campo, sobre la costa pacífica, al sur de Lima. Fueron también grandes tejedores y bordadores dejaron en tumbas subterráneas cuerpos cuidadosamente momificados , provistos de vajillas y textiles.
Hoy se piensa que las líneas, algunas de las cuales fueron creadas hace 2400 años, eran trazadas a modo de caminos que eran recorridos durante las ceremonias rituales en las que se pedía lluvia, en esa región en la que la principal amenaza era la sequía. “Allí donde están las líneas era donde se celebraban las ceremonias; eran como grandes templos al aire libre, donde se realizaban las ofrendas a los dioses
”
En la Mesopotamia (entre los ríos Tigris e Eufrate) fue el primer lugar donde se desarrolló la escritura, hace más de 5,000 años, como resultado del crecimiento de las ciudades. Fue entonces cuando se hizo necesario crear un sistema de control para conservar los datos que interesaban al rey y a su gobierno: los impuestos, las transacciones comerciales, etc.
La escritura sumeria es la más antigua, y hoy se cree que se trata de una lengua emparentada con e! grupo turanio, de donde vienen el turco, el finlandés y el mongol. Poco después, comenzaron a registrarse por escrito también otros asuntos. Aparecieron así los libros sagrados, los libros de ciencia y las primeras obras literarias. La importancia del descubrimiento de la escritura fue tan grande que es a partir de ese acontecimiento cuando los historiadores sitúan el nacimiento de la historia.
Los más antiguos textos escritos mesopotámicos datan de alrededor del año 3000 a. de C. los sumerios utilizaron un sistema cuneiforme (“en forma de cuña”) de escritura. Mediante el empleo de un estilizado punzón marcaron impresiones (en forma de cuña) sobre tablillas de arcilla fresca, las cuales eran introducidas en hornos o secadas al sol. Una vez secas, estas tablillas eran prácticamente indestructibles.
El uso de estas herramientas también supuso cambiar la forma en que se venían trazando los signos. De los dibujos geométricos de la etapa ideográfica se pasó a signos que, formados por pequeñas cuñas y marcas lineales, se parecían cada vez menos al objeto que en un principio representaron. Este tipo de escritura sería bautizada, miles de años más tarde, con el nombre de “cuneiforme” -del latín cunne (cuña)-
La escritura sumeria evolucionó de pinturas de objetos concretos a signos simplificados y estilizados, lo cual finalmente condujo a un sistema fonético que hizo posible la expresión escrita de ideas abstractas. En el tercer milenio, el sumerio fue el principal lenguaje hablado y escrito de Mesopotamia y de las áreas circunvecinas; sin embargo, en el segundo milenio el acadio lo reemplazó.
Después del año 2500 a. de C., los pueblos de lengua semítica adaptaron el sumerio cuneiforme para utilizarlo en sus propios lenguajes escritos (como se observa en el Acadio Antiguo). Al final, en Mesopotamia se utilizaron dos dialectos del antiguo acadio: el asirio en el norte y el babilonio en el sur.
Los pueblos mesopotámicos utilizaron la escritura, sobre todo, para llevar registros. Las tablillas cuneiformes más comunes registran transacciones de la vida cotidiana: marcas del ganado que conservaban los pastores para los propietarios, cifras de producción, listas de impuestos y pagos de salarios, cuentas, contratos y decisiones judiciales relacionadas con asuntos de negocios. También existen textos monumentales, documentos destinados a durar para siempre, como las inscripciones labradas en la piedra de las estatuas y de los edificios reales.
El sistema de escritura cuneiforme, pese a su progresiva simplificación, nunca resultó fácil de utilizar. Memorizar y aprender a combinar cientos de signos y usar la punta de caña con soltura requería mucho tiempo y dedicación. Por esto, desde la invención de la escritura, la figura del escriba dentro de la sociedad sumeria fue respetada e incluso venerada.
Los palacios y sobre todo los templos, núcleos de poder en las primeras ciudades, fueron el hogar y principal centro de trabajo de esta élite ilustrada. Como leer y escribir se convirtieron en una necesidad para prosperar en une sociedad cada vez más compleja se crearon talleres especiales para que los hijos de las familias influyentes pudieran aprender a grabar e interpretar el lenguaje escrito Así aparecieron las primeras escuelas de la historia.
Los documentos escritos pertenecientes a la civilización sumerio-acadia que han llegado hasta nuestros días muestran cómo los primeros habitantes de Mesopotamia supieron aplicar la escritura cuneiforme en todos los ámbitos de la vida cotidiana. De manera gradual, las escuelas se convirtieron en importantes centros culturales, puesto que la literatura mesopotámica se utilizaba con fines pedagógicos. Es más, de las escuelas de escribas surgieron nuevas producciones.
Otro cambio significativo que sufrió la escritura sumeria tras siglos de desarrollo fue el de la orientación de los textos. En los primeros documentos, los signos aparecen escritos en columnas de arriba a abajo, comenzando por el extremo superior derecho de la tabla. Posteriormente, a medida que los escritos se hicieron más extensos y las tablillas más grandes, se optó por comenzar a escribir líneas de signos de izquierda a derecha ,es decir, como se hace todavía en el mundo occidental.
Aunque la discusión sobre la invención de la escritura sigue abierta, los más modernos métodos de datación han confirmado que, si bien por pocos siglos de diferencia, las tablillas sumerias son realmente más antiguas que los jeroglíficos egipcios.
Imagen: Ejemplo de escritura sumeria, el Cono de Uruinimgina, informando de la reducción de impuestos
La escritura de la civilización del Nilo, que data del 3100 a. C. aproximadamente, evolucionaría paralelamente a la escritura cuneiforme pero, según algunas hipótesis, sólo habría comenzado a desarrollarse cuando ambas culturas entraron en contacto.
Más allá del debate que ha enfrentado secularmente a egiptólogos y orientalistas, lo que resulta evidente es que ambos sistemas compartieron durante milenios el honor de ser la principal forma de comunicación escrita de la Antigüedad.
En la inestable Mesopotamia, el uso de la escritura cuneiforme se prolongó en el tiempo gracias a que todos los pueblos que ocuparon la región -o fueron vecinos de ésta- pudieron adaptarla fácilmente a su propio lenguaje.
Los primeros que adecuaron la escritura cuneiforme a su fonética fueron los semitas acadios y los elamitas -a finales del III milenio a. C.- Posteriormente, durante el II y el I milenio a. C., la lengua acadia sería utilizada por los babilonios y los asirios. También loshurritas, del norte de Mesopotamia, los hititas, de Asia Menor, y el pueblo de Urartu, en Anatolia, transcribirían su lengua a la escritura cuneiforme.
El uso de los signos fonográficos se abandonó cuando, fruto de un proceso de simplificación del sistema de escritura egipcio, se inventó y desarrolló el alfabeto. Cada signo, desde entonces, pase a representar un único sonido.
Este sistema de escritura, cr
eado por los fenicios -una civilización semita de la costa oriental mediterránea-, fue la base del griego y es el que todavía se utiliza en la cultura occidental.
En 1835 Henry Rawlinson, fue el primer investigador en conocer la escritura cuneiforme. Lograron avanzar en el descifrado gracias al descubrimiento de miles de tablillas en el Palacio de Nínive las que le permitían comparar.
En 1857, ambos estudiosos se sometieron a una curiosa prueba en la Real Sociedad Asiática de Londres. Consistía en realizar, por separado, una traducción de una tablilla determinada.
Si la traducción de ambos venía a coincidir en su mayor parte, el jurado consideraría que se había realizado con éxito el descifrado de la escritura cuneiforme. Y, por fortuna, ambos realizaron traducciones prácticamente idénticas. Así que, desde ese año, se considera logrado el difícil objetivo de comprender una lengua antigua escrita con unos caracteres desconocidos hasta entonces.
PARA SABER MAS…
EL SELLO CILÍNDRICO
Observemos el palo de amasar, ese utensilio que se usa para estirar la masa. Imaginemos que alguien se hubiera entretenido en grabar caracteres sobre toda la superficie curva del palote. Si lo hiciéramos pasar ahora sobre la masa, ésta quedaría marcada con caracteres en relieve.
En la antigua Babilonia, dos mil años antes de Jesucristo, todos iban con un pequeño rodillo similar al palote de amasar, colgado del cuello con una cuerda. Cuando tenían que poner una firma (y en esa ciudad todos eran grandes comerciantes y muy frecuentemente tenían ocasión de suscribir cartas, cuentas, préstamos, contratos, inventarios y hasta… letras de cambio) descolgaban el singular “sello” y con una sola pasada el autógrafo estaba hecho.
El utensilio tenía, lógicamente, dimensiones proporcionadas al uso: un diámetro de diez a quince milímetros y una longitud de un dedo. Los había de cristal, alabastro, ónix, ágata o mármol.
¿Cómo podían, los grabadores babilonios, hacer un trabajo tan pequeño en materiales tan duros? En los primeros tiempos empleaban un taladro de arco; pero hacia el siglo VIII a. de J. C, un ignorado “ingeniero mecánico” inventó el torno.
Con esta máquina, la tarea se simplificó, lográndose al mismo tiempo una mayor precisión. El trabajo era favorecido por el empleo de polvos abrasivos extraídos de piedras durísimas como el corindón. De este modo pudieron grabarse sellos que son pequeñas obras maestras, con dibujos de leones alados, águilas y árboles.
LA ESCRITURA CUNEIFORME
En la antigua Mesopotamia se escribía mediante incisiones hechas con un agudo estilo triangular sobre una tableta de arcilla blanda. Inmediatamente después de hecha la inscripción, la tableta era endurecida al sol, juntó al fuego o en un horno, y se convertía en un manuscrito indeleble. El estilo imprimía a cada rasgo de esta escritura una forma de cuña (“cuneus”), motivo por el cual ha dado en llamársele escritura cuneiforme.
Este tipo de signo —como los sellos que antes citamos— ya lo utilizaban los sumerios (Baja Mesopotamia) hacia el 3200 a. de J. C. Sin duda alguna derivó de una escritura figurativa más remota, que éstos pintaban en su cerámica (¿3600 a. de J. C.?), cuyos dibujos se simplificaron, convirtiéndose, sobre la arcilla blanda, en signos convencionales. Y estos signos ya no representaron figuras, sino sonidos silábicos (escritura fonética).
Cuando se necesitaba guardar o remitir alguna carta o documento, como lo hacemos hoy bajo sobre, se cubría la tableta escrita con otra, pegando sus bordes, y encima de esta última se inscribía el nombre del destinatario. Luego iba al horno. Para leer semejante carta, el recibidor rompía la tablilla de cubierta —como nosotros rasgamos el sobre— y quedaba a su vista el manuscrito. Los sumerios leían de derecha a izquierda, y los babilonios lo hacían al revés.
Hacia el 2700 a. de J. C. ya había en el Sumer grandes bibliotecas. En las de Babilonia las tablillas estaban clasificadas en tinajas colocadas en anaqueles. Cada tablilla tenía indicado en el borde a qué tratado pertenecía. De las ruinas de Nínive se exhumaron, en 1872, más de 30.000 tablillas, de las que todavía no se ha descifrado la mitad. Son obras de medicina, astronomía, matemáticas, historia, diccionarios, poemas, etc., que integraron la biblioteca de Asurbanipal (669 – 626 a. de J. C.
Fuente Consultada:
La Historia del Mundo DK Grupo Z
Enciclopedia Estudiantil Tomo VII Editorial CODEX
“Egipto es un regalo del Nilo”
Herodoto
Egipto no se comprende sin la presencia del Nilo. El noreste de África es un desierto pero el Nilo lo convirtió en una zona privilegiada. Gracias a sus sistemáticas crecidas, se forma el limo, tierra muy fértil para la agricultura. Gracias a un amplio sistema de canales y diques lograron hacer tres cosechas al año, dicha abundancia de alimentos hizo que el pueblo egipcio creciera y llegue a ser el gran imperio de oriente.
Principales Yacimientos Arqueológicos de Egipto Antiguo
El Nilo, Alma del Nilo:
Este río, uno de los más grandes de todos los conocidos en el mundo antiguo, tiene sus fuentes en el corazón de Africa, en la región de los grandes lagos Alberto y Victoria y luego de bañar toda la zona ecuatorial africana, formando numerosos saltos y cataratas, penetra en Egipto.
Allí corre encajonado entre dos cadenas de montañas, la Líbica y la Arábiga: es el Alto Egipto.
Luego, al llegar el Nilo cerca de la ciudad de Menfis, se divide en 7 brazos principales formando su famoso Delta, de unos 100 Km. de largo y 500 de ancho: es el Balo Egipto, región muy fértil, de clima cálido y húmedo, y surcada de innumerables canales.
Finalmente, y tras haber recorrido más de 6.500 Km., el Nilo vuelca su voluminoso caudal de unos 13.000 m. por segundo en el Mar Mediterráneo.
Herodoto, famoso historiador griego del siglo y antes de Cristo afirmaba: “Egipto es un regalo del Nilo.” En efecto, si hay vida y riquezas en este país, ello se debe al extraordinario sistema de las crecientes periódicas de su río.
Cada año, apenas comienzan las grandes lluvias del verano en el centro del África, y el deshielo en los montes de Abisinia, el Nilo comienza a elevar rápidamente su nivel arrastrando consigo un manto de humus y de sustancias fertilizantes formadas por restos de plantas en descomposición. Al aumentar la creciente, el Nilo se desborda y. cubre todo el valle durante los meses de julio y agosto. Luego en los tres meses siguientes las aguas se van retirando poco a poco, dejando toda la región cubierta de una riquísima capa de limo negro.
Inmediatamente se procede a la siembra, y cuatro meses después se cosecha. Si la creciente ha sido muy buena, puede efectuarse una segunda siembra.
Los antiguos egipcios, que ignoraban las causas de estas crecientes periódicas, creían que el Nilo bajaba del cielo a causa de sus numerosas cataratas y le rendían culto como si fuera dios; durante la época de la creciente se entregaban a la oración y a fiestas religiosas en reconocimiento de su divinidad.
Esto es un conciso resumen de la historia de este pueblo, sólo se quiera dar al lector una
somera idea de la vida e historia de este pueblo. (puedes ampliar esta información)
Inicialmente, en sus orígenes, eran dos zonas separadas:
a) Bajo Egipto en la zona del delta del Nilo. (B.E.)
b) Alto Egipto en la zona sur del mismo río. (A.E.)
Se organizaban en nomos, que eran pequeñas unidades administrativas, dirigidas por un familiar. La unión de esas unidades fueron conformando las dos zonas.
Los del A.E. eran pastores, en cambio los de B.E. eran agricultores.
Con el tiempo (-3000) el A.E. dominó al B.E. y ambos reinos quedaron unificados bajo el poder de un faraón, que significa rey de la gran casa, y capital fue Menfis.
Al faraón se lo suponía hijo de un Dios, Ra el dios del sol, por lo que el gobierno era teocrático, es decir el poder era divino por emanaba del mismo dios.
Para mantener su poder, los faraones se casaban entre hermanos formando dinastías de faraones, que fueron unas 30 en toda la historia de Egipto hasta la dominación del imperio romano, que la anexó como una provincia más.
Al lado del faraón estaban los sacerdotes, que intervenían en los problemas de sucesión dinástica e influían en la decisiones del soberano.
Osiris era el dios de los muertos. Rendían culto a los muertos, y suponían que el cuerpo era la residencia del alma, por eso se practicaba el embalsamamiento de cadáveres.
Para guardar estas momias se hacían templos de todo tipo. Los primeros eran mastabas, pero fueron evolucionando hasta construir las grandes pirámides.
Los faraones y sacerdotes proyectaban la economía del pueblo. Determinaban las zonas que habían que sembrar, los canales y caminos, el riego, la cosecha, etc. La economía era netamente agrícola.
Todo el pueblo debía sembrar y la cosecha era entregada en su totalidad al faraón, que este lo depositaba en silos reales, y luego lo administraba, tanto para el consumo como para el próximo sembrado.
Además el pueblo siempre debió pagar tributos, en mercadería como granos, o bien en trabajo civiles del estado. En las pirámides trabajaban grupos de 100.000 obreros.
El suelo o tierra era del faraón y para explotarlo debían pagar ese tributo.A veces el faraón mediante una carta real podía entregar un pedazo de tierra a los sacerdotes o militares.
Cuando hacía falta otros materiales como cobre y madera organizaban expediciones militares y salían a guerrear, en zonas como Sinaí o Nibia.
El faraón tenía gente especializada que sabía leer , escribir, calcular, llamados escribas, que eran los ministros de hacienda o contadores del estado, pues manejaban toda la administración, pero siempre en base a las decisiones de los sacerdotes.
La escritura inicialmente fue la jeroglífica, pero después la simplificaron.Políticamente después de la unificación, donde el poder quedó concentrado en el faraón, muchos jefes de nomos antiguos, trataron de sublevarse, pues habían perdido privilegios. Estas guerras debilitaban muchas veces el poder del faraón, hasta que el –2000 nuevamente se separó en dos zonas.
Mediante la fuerza militar, se reunificó el estado, y se eliminaron los monarcas. La nueva capital fue Tebas. Los monarcas fueron reemplazados por visires, que dependían directamente del faraón. Los visires tenían cierto poder, pero estaban sometidos a la voluntad del rey.
En esta nueva etapa del estado, hubo importantes conquistas y la expansión de Egipto fue máxima. Luego de tres siglos de esplendor y crecimiento aparece un pueblo, conocido como hicsos, o bien hicsos pastores, que conocían el caballo y el hierro. Fue en –1600, y dominaron a los egipcios por un período de tres siglos. Supuestamente fue porque el poder del faraón venía decayendo, debido que ahora los visires también lo desobedecieron y lo traicionaron.Más tarde los faraones Totmosis y Amenofis, iniciaron nuevas campañas, y lograron restituir la unidad y soberanía del estado egipcio. También continuaron con la expansión territorial y realizaron campañas militares a otras zonas desconocidas, sometiendo todo pueblo que se les cruzaba. Esta etapa fue la del imperio Egipcio. Gobernaron Ramsés II y III.
Con estas campañas sacerdotes y militares se beneficiaron con las conquistas. Se armó un ejército permanente con presencia en todas las zonas conquistadas y se aseguró el pago de impuestos y tributos a los pueblos sometidos. De todas maneras mantener esta estructura fue muy costoso e inclusive habían indisciplina militar, pues ahora era los militares los interesados en tener poderDebido a la fragmentación del poder entre faraón, visires, militares y sacerdotes, la unidad fue perdiendo consistencia política y los pueblos vecinos aprovecharon para instalarse en los límites, o para retomar el poder perdido en otras épocas. Finalmente en el –30 Roma la anexa como provincia del imperio romano.
En ciencias, conocían algo de hidráulica, que aplicaban a las crecientes del Nilo. También conocían algo de geometría, pues hacían exactas mediciones y marcados de lotes, construcciones, etc. Con la química pudieron crear las tintas, colores, y técnicas aplicadas en el arte del embalsamamiento. No avanzaron en medicina, pues tenían creencias religiosas muy arraigadas en su cultura. Sabían que el año tenía 365 días y ¼ y el día 24 horas. Las semanas eran de 10 días y el mes de 3 semanas. Sólo tenían tres estaciones al año.
Para escribir, lo hacían en papiros, que era una planta del delta y era de tipo jeroglífica.En el arte trabajan a la perfección la terracota (arcilla) en vasijas y cántaros de forma de cabeza animal. También tejían y usaban el oro y la plata en trabajos de orfebrería.
Practicaban el juicios a los muertos, es decir, al morir se le iniciaba un juicio público, en donde el pueblo podía decirle lo que quería. Si salía culpable no tenía sepultura legal, y en caso contrario se le grababa el nombre en bronce. Los reyes o faraones no estaban exentos de esta práctica.
DIOSES DEL ANTIGUO EGIPTO
Amón Dios de origen tebano, supremo creador. Fue identificado con Ra. Se le suele representar como un carnero o como un hombre con cabeza de carnero.
Anubis Dios de los muertos y del embalsamamiento. Se le representa como un hombre con cabeza de chacal, o como un perro o chacal tendido junto a una tumba o a los pies de Isis.
Atón Originariamente era Ra. El faraón Ajnatón le dio un nuevo nombre y le proclamó el único dios de Egipto. Se le representa como el disco solar con largos rayos solares que acaban en manos.
Bastet Diosa del amor y la fertilidad, hermana de Ra. A veces se la representa como una mujer con cabeza de gato o de otro felino.
Hator Diosa del cielo y de la fertilidad. Era hija de Ra y esposa de Horus. Se la representa como una vaca con el disco solar en la testuz o como una mujer con cabeza de vaca y el disco solar.
Horus Dios del cielo; hijo de Osiris y de Isis y esposo de Hator. La mayoría de las veces aparece representado como un halcón o como un hombre con cabeza de halcón.
Imhotep Mortal deificado y considerado hijo de Ptha. Protector de los escribas, y de la medicina. Suele representársele como un sacerdote con la cabeza rasurada y con un papiro sobre sus rodillas.
Isis Diosa madre de Egipto, también de la magia y de la fertilidad. Esposa y hermana de Osiris y madre de Horus. Como más veces aparece representada es con apariencia de mujer sentada en un trono con el disco solar en la cabeza, o de pie con cuernos de vaca en la cabeza. También aparece amamantando a un niño pequeño, que es Horus.
Maat Diosa de las leyes, la verdad y la justicia. Es hermana de Ra y esposa de Thot. Se la representa como una mujer con una pluma de avestruz en la mano, pluma que era la utilizada por Osiris como medida para pesar el alma del difunto.
Mut Reina de todos los dioses y madre de todas las cosas creadas, esposa de Amón. Aparece muchas veces como una mujer con cabeza de buitre y su nombre escrito en un ideograma.
Nut Diosa del cielo, (entendido como bóveda celeste). Se la representa como una mujer desnuda y enorme, cuya espalda arqueada cubre la tierra.
Osiris Dios principal de la muerte, marido de Isis e hijo de Horus. Muy a menudo aparece como un hombre con barba y el cuerpo vendado como una momia. Lleva también la corona del Alto Egipcio y en sus manos el cayado y el látigo, como símbolos de poder.
Ptah Dios creador primigenio, protector de artesanos y orfebres. Se le representa como una momia que lleva en las manos el ankh (símbolo de la vida) y un cetro.
Ra Dios creador y personificación del Sol. Como más veces aparece es como un hombre con cabeza de halcón o de toro y también tocado por el disco solar.
Sekhmet Diosa de la guerra y de las luchas, hermana de Ra y esposa de Ptah. Suele representársela como una leona o como una mujer con cabeza de leona.
Set Dios del caos y de lo aciago, personificación del desierto total. A menudo se le representa como una bestia enorme o como un hombre con cabeza de monstruo. También se le asocia con el cocodrilo, el hipopótamo y los animales que habitan en el desierto.
Thot Dios de la Luna, y medidor del tiempo, escriba de los dioses, señor de la magia y la sabiduría y deidad universal. Se le suele representar como un hombre con cabeza de ibis, o como un ibis o como un mandril con cabeza de perro.
LOS NÚMEROS Y LA ARQUITECTURA MEDIEVAL: Los arquitectos góticos, al igual que sus antecesores egipcios y griegos, y, hasta hace muy poco, los sistemas métricos británicos, empleaban el cuerpo humano como referencia para medir los espacios y las cosas. Las medidas pequeñas se tomaban apoyando el pulgar doblado
sobre la superficie, lo que daba una pulgada (todavía vigente en muchos oficios), de unos 2,5 cm; los objetos medianos se medían con palmos, de unos 20 cm, o pies, de 33 a 35 cm; y los mayores en codos, de aproximadamente 52 cm.
Estas medidas prácticas, sumadas o combinadas cuando era necesario, eran suficientes para la construcción propiamente dicha, una vez que estaban trazados los planos, en los cuales se debían establecer las dimensiones de los grandes bloques básicos, con sus naves, transeptos, ábsides, torres, etc.
Como en toda construcción sacra, estos elementos no se disponían «a ojo», según el buen saber y entender de los constructores. Tanto los arquitectos como algunos canónigos eran duchos en el manejo de fórmulas matemáticas basadas en la geometría euclidiana y la aritmética indoárabe, que contenían relaciones y simbologías religiosas, cuando no directamente mágicas.
EL NÚMERO DE ORO: más prestigiosa y difundida de las fórmulas matemáticas era la «sección áurea», llamada también divina proporción, que pretendía establecer una relación perfecta entre el todo y las partes. Se dice que fue descubierta por matemáticos egipcios, y se empleó en la mayor parte de los edificios y monumentos clásicos. El principio consiste en la división armónica de una recta, de forma que «el segmento menor es al segmento mayor como éste es al todo». Su resultado, llamado «número de oro» es 1,618, ampliamente utilizado por los arquitectos góticos y los artistas del Renacimiento.
San Agustín consideraba a los números como pensamientos de Dios, y toda arquitectura de intención religiosa o sagrada les ha conferido un valor simbólico y un cierto carácter de perfección. Los romanos otorgaban esta misteriosa cualidad a los dígitos de la primera docena. El arte gótico, además, sumó, multiplicó, y combinó en distintas variantes dichos dígitos hasta constituir una verdadera ciencia más o menos hermética.
Veamos, en grandes líneas, sus significados según la numerología del esoterismo cristiano:
1» Significa la Divinidad, el punto de partida de todas las cosas, incluyendo la serie de números naturales. Es también la unidad sagrada, el principio y el fin.
2» Simboliza los dualismos, tanto complementarios como opuestos: el cielo y la tierra, bien y el mal, lo masculino y lo femenino, la polaridad que hace posible la manifestación de la vida.
3» Su representación prácticamente exclusiva era la Santísima Trinidad, quizá el mayor y más controvertido misterio dogmático del cristianismo. La divinidad ternaria está también presente en otras religiones: Osiris, Isis y Thot en Egipto, o Brama, Vishnú y Siva en el hinduismo.
4» Simboliza el equilibrio material y espiritual: cuatro son los elementos, las estaciones del año, los puntos cardinales, los evangelistas y las virtudes cardinales.
5» Utilizado en puntas de estrellas o rayos de sol, simboliza la potestad creadora de Dios y, en tanto suma de 3 y 2, la vinculación de la Trinidad con el dualismo hombre-mujer, o sea el género humano.
6» No muy empleado en la arquitectura gótica, al ser suma del 2 y el 4 suele representar la virtud de lo completo, el equilibrio perfecto.
7» Número simbólico y mágico en sí mismo, su prestigio proviene de las siete jornadas del Creador en el Génesis, así como de las siete leyes herméticas de El Kybalión, deHermes Trimegisto. Siete son también los sacramentos, los pecados capitales, los días de la semana, las maravillas del mundo clásico y las notas musicales. Esta •Afra, cierra el primer ciclo de la numerología.
8» Al ser inicio de un nuevo ciclo, representa el renacimiento, la renovación, el impulso creador y, en clave evangélica, la Resurrección. Por esto mismo suelen ser ocho las figuras de almas reencarnadas ante el Juicio Final. Es también símbolo de justicia reparadora, en alusión a la octava bienaventuranza: «Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque de ellos será el reino de los cielos».
9» Es frecuente en la representación de la Jerusalén celestial, un plano dividido en nueve cuadrados o «cuadras». Se lo considera también símbolo de la luz, por eso las líneas de vidrieras en las catedrales solían dividirse en tres triforios, sumando nueve lucernarios o fuentes de luz.
10» Es la cifra de perfección y de retorno a la divinidad, en tanto es la suma de los cuatro primeros dígitos, y el número de los mandamientos de las Tablas de la Ley. Excepto para representar éstas, no ha sido muy empleado en la arquitectura catedralicia.
11» Es el menos importante de los números del segundo ciclo, y poco se puede decir sobre su significación y presencia en el campo de la construcción religiosa.
12» Número de gran simbolismo, que cierra la serie total de números «sagrados» y simboliza a la Iglesia universal en la representación de los doce apóstoles. Pero también en las doce tribus de Israel, las doce puertas de la Jerusalén celeste, los doce meses del año o signos zodiacales, representados con frecuencia en las catedrales góticas.
Apuntemos, finalmente, que la mala fama del número siguiente, el 13, se atribuye a que es la primera cifra no divina, que corta la continuidad de la serie perfecta, sin duda a causa de los efluvios malignos que posee.
Ahora bien, ¿cómo se utilizaba toda esta numerología simbólica en el diseño y construcción de las catedrales góticas? Lo cierto es que la casi totalidad de su estructura, desde la planta hasta los volúmenes que la alzaban, responden a fórmulas elaboradas a partir de ese simbolismo materna tico.
Toda catedral puede desagregarse en unas pocas formas geométricas sencillas, basadas en la significación de los doce números sagrados. La unidad, imagen del Dios único, se identifica con el punto y su extensión, el círculo, que alude también a los cultos solares. Son circulares los rosetones que presiden los pórticos, por los que se ve nacer la luz del día, y un semicírculo forma del ábside, cabeza de la cruz y sede de la cripta escondida.
La planta en crucero expresa la fuerza del número dos, la dualidad, las direcciones horizontal y vertical que componen el mundo. La Trinidad está representada en los tres pórticos de la fachada, los triforios, las tres marcas que dan acceso al coro, y el triángulo piramidal de algunos tímpanos o los que forman las nervaduras ojivales de las bóvedas.
El cuadrado, generalmente como rectángulo de proporción áurea, otorga simbolismo de divino equilibrio a las plantas de las naves y los planos de los tejados. Las torres tienen con frecuencia planta cuadrada, pero también las hay en forma de prismas hexagonales u octogonales, así como las linternas, flechas y pináculos exteriores.
Para cumplir las estrictas normas simbólicas que se han señalado, los arquitectos medievales diseñaban con regla, escuadra y compás todas las formas y volúmenes de la futura catedral, desde la estructura básica del conjunto hasta los menores detalles. Luego las medidas del boceto se trasladaban al terreno usando una cuerda de doce nudos, método que ya empleaban los constructores de las pirámides egipcias.
Esas formas, su repetición o combinación, junto a la abundante iconografía gótica, constituían una especie de lenguaje críptico. El hombre medieval, volcado tanto hacia lo sagrado como a lo oculto, podía «leer» la catedral como un libro de doctrina cristiana, pero también como una narración de la historia mítica del mundo.