Johan Friestedt es Secretario Ejecutivo de ECRI, la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia. Durante una entrevista por videoconferencia, explicó la estructura y los objetivos de ECRI, una organización que se “estableció hace 30 años” y “está compuesta por 46 expertos independientes de cada uno de los estados miembros de los países de Europa y que solía tener 47 números hasta hace poco”. El principal objetivo de esta comisión es la prevención y la lucha contra el racismo y la discriminación en el deporte, como se puede ver en la Recomendación Nº12.
—¿Cuáles son los principales objetivos de ECRI, la organización que usted representa, y cómo ayuda a combatir el racismo y la intolerancia en áreas como el deporte?
—ECRI, la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia, es un organismo independiente que está especialmente luchando contra el racismo y la intolerancia en Europa, desde Portugal hasta Azerbaiyán y desde Islandia hasta Turquía. Se estableció hace 30 años. Está compuesto por 46 expertos independientes de cada uno de los estados miembros de los países de Europa. Solía tener 47 números hasta hace poco porque la Federación Rusa fue expulsada del Consejo de Europa por la guerra en Ucrania. Entonces ECRI hace un trabajo de monitorización y eso significa que va regularmente a cada país, incluida España, para ver cómo está allí la situación del racismo e informa al respecto. Supervisa el racismo, la discriminación y la intolerancia en todas las áreas de la vida. Pero no solo en el deporte sino también en la educación, el empleo, la vivienda o el sistema sanitario. Y, desde 2013, también indaga sobre la homofobia y la transfobia. ¿Cómo ayuda? Hace recomendaciones que se dirigen a los gobiernos y estas recomendaciones pueden convertirse en recomendaciones de políticas generales. En otras palabras, los resultados de ECRI son recomendaciones de políticas generales sobre salud pública y para combatir la discriminación racial en el campo de los deportes o recomendaciones específicas de países en respuesta a problemas particulares, identificados tras las visitas a estos países. También ayuda dando la voz de alarma cuando hay un problema, pero también orientando, como organismo independiente, las acciones gubernamentales contra el racismo y la intolerancia.
—Hay campañas muy conocidas en el deporte contra el racismo. Si tuviera que elegir algunas recomendaciones para luchar contra el “discurso del odio”, ¿cuáles destacaría y por qué?
—Hay dos posibles recomendaciones que son de gran relevancia en el ámbito deportivo y se trata de la recomendación número 12 y la recomendación número 15 sobre la lucha contra el “discurso del odio”. Como usted dice, hay campañas antirracistas a gran escala bien conocidas en el fútbol, en particular. Se han organizado, coordinado, fomentado o apoyado clubes y federaciones deportivas. Esta ha sido una recomendación clave de ECRI durante muchos años, así que creo que es importante. Estas campañas han tenido bastante éxito porque creo que hablamos más sobre el racismo en los deportes ahora que hace 30 años y creo que esto es necesario para estas campañas. Pero esto no es suficiente. Otra recomendación clave es quizás sobre la regla de los árbitros para prevenir y combatir el racismo. Se les debe invitar a reaccionar apropiadamente cuando los atletas, el personal técnico o los fans del deporte realicen gestos o expresiones racistas. Estos árbitros deben tomar medidas, incluso interrumpir o detener los deportes, incluso cuando sea necesario, y también deben informar sobre estos incidentes racistas. Creo que esta es una recomendación clave de ECRI hace muchos años. Ahora lo vemos más en el campo, escuchamos sobre partidos de fútbol que fueron interrumpidos por cánticos racistas. Creo que es una buena recomendación, los árbitros son clave. Otra recomendación importante es invitar a las federaciones y clubes deportivos a adoptar políticas de diversidad e igualdad de oportunidades para garantizar que haya una representación de los grupos minoritarios en los deportes en todos los niveles. Es muy relevante porque no se trata solo de los jugadores, también se trata de los gerentes de las Recuerdo una teleconferencia hace algunos años. Clarence Seedorf, que es una leyenda del fútbol holandés, me llamó la atención sobre la pequeña cantidad de personas negras en puestos directivos en las federaciones de fútbol o en la UEFA, en comparación con la cantidad de jugadores negros en el campo. Creo que estas políticas garantizan que se tiene, para grupos minoritarios, no solamente sobre el terreno sino también en las estructuras de gestión, lo que también es un punto importante.
—Circunstancias como las guerras en Siria y en Ucrania con muchos refugiados llevaron a diferencias claras en la forma en que los europeos los han tratado. ¿De qué manera percibe las diferencias en el trato a los refugiados en función de sus países de origen?
—Sí, es un poco difícil no recordar la indiferencia de muchos estados europeos hacia las familias en Siria y la guerra en Siria en comparación con la enorme solidaridad que pudimos ver hacia Ucrania. Por supuesto, es maravilloso que podamos ver tanta solidaridad hacia los ucranianos. Pero según la opinión de ECRI no debería haber tanta diferencia. Por eso, en una declaración pública excepcional muy reciente publicada el mes pasado, ECRI afirmó que la solidaridad mostrada a Ucrania debería ser el nuevo modelo para todas las personas que necesitan protección y asistencia, independientemente de su origen étnico o nacionalidad, religión, color de piel, ciudadanía, orientación o identidad sexual. Eso es muy importante. Usemos esta solidaridad que vemos con Ucrania para convertirla en la nueva norma para la gestión de crisis humanitarias presentes y futuras. Ha habido informes de trato injustificado contra personas de etnia gitana o estudiantes negros que huyen de Ucrania y espero y ECRI espera que se investigue. Así que todos los que necesitan protección y asistencia deben recibirla. No deberían ser tratados de modo diferente.
—Desde su experiencia, ¿piensa que, en general, la situación ha mejorado o empeorado en los últimos tiempos?
—Diría que es difícil decir si ha mejorado o empeorado, porque hablamos más de racismo. ¿Cómo interpretas eso? ¿Significa que hay más racismo o significa que somos más conscientes del racismo? Ese racismo es más visible, pero somos más sensibles y reaccionamos ante él. Supongo que la pregunta debería ser sobre las tendencias. Lo veo especialmente en los políticos. Donde en el pasado teníamos un discurso racista de los extremistas, ahora es cada vez más habitual en la política y en los políticos. Quizás esto sea lo más preocupante, pero al mismo tiempo creo que la sociedad está más concienciada sobre el racismo y creo que se ha mejorado. Pienso que por un lado hay mejoría, pero también hay un empeoramiento en los discursos públicos en particular, tal y como se puede ver en las campañas electorales.
—¿Existen casos de discriminación racial, insultos racistas y agresiones a deportistas más frecuentes en algún deporte concreto y, en caso afirmativo, por qué ocurre?
—Creo que la mayoría de los incidentes racistas que se denuncian ante la ECRI ocurren en el fútbol y, tal vez en deportes colectivos más populares como el balonmano en algunos casos. Y esos están dirigidos a jugadores afrodescendientes, jugadores negros. Puede haber varias razones, pero ECRI no ha dado más detalles sobre esas razones. Solo digo que yo podría apuntar otras razones. Es quizás que los incidentes racistas en el fútbol son más visibles que en otros deportes porque el fútbol es uno de los más populares, por no decir el más popular en Europa y en el mundo. Así que esa es quizás una explicación. Otra es que probablemente haya más seguimiento de los incidentes racistas en el fútbol, en colaboración con organizaciones civiles. Recuerdo que a principios de la década de 2000, la UEFA y el Fútbol contra el Racismo en Europa (FARE) se habían asociado para hacerle frente a los incidentes racistas, por lo que sí hay mecanismos para monitorear, se vuelve más visible y da la impresión de que en realidad hay un problema mayor en el fútbol, lo cual puede no ser el caso. Pero también hay otra posible explicación de que haya un problema mayor con los fanáticos del fútbol durante los partidos y que van desde los llamados “cantos del mono” hasta agredir físicamente a jugadores de ascendencia africana. Recuerdo estos cánticos racistas durante un partido amistoso en 2018 en Rusia entre Francia y Rusia durante el que los hinchas rusos lanzaron cánticos racistas contra los jugadores negros de la selección francesa. Pero esto también puede ocurrir fuera de los eventos deportivos. Pienso en la República Checa, hace algunos años, podemos hablar de una paliza a una persona negra por parte de hooligans del fútbol en un tranvía, y eso puede ser realmente grave. Pero, aunque es cierto que la mayoría de los casos ocurren en el fútbol, lo mismo se puede decir del balonmano o del hockey. Pero el fútbol fue probablemente en el que más incidentes registramos.
—Muchos atletas son modelos a seguir para los jóvenes, pero sus actitudes no siempre son ejemplares en el tema del racismo. ¿Cuáles cree que son las medidas que deberían adoptarse al respecto?
—Pues tienes razón. Los deportistas son modelos a seguir para los jóvenes, pero también para los menos jóvenes como yo. Por eso deben entender que son modelos a seguir en todas partes y en todas las circunstancias. Por eso importa mucho lo que dicen y lo que hacen, tanto en público como en privado, porque, a veces, lo que dicen en privado puede hacerse público en algún momento. Recuerdo que el año pasado circuló un video de un jugador de fútbol francés burlándose del personal japonés que los ayudaba y se disculpó más tarde cuando este video comenzó a circular. Aunque fue durante un entrenamiento cerrado, luego circuló el video igual. Por esto, aunque se disculpó, la disculpa no es suficiente. Los clubes deportivos deben introducir las medidas de seguridad necesarias e, incluso, suspender eventos. Además, la industria de la publicidad debe tener cuidado sobre el mensaje que envían cuando los jugadores de los clubes muestran actitudes racistas.
—Con frecuencia se dice que debemos “sacar lecciones del pasado y educar en el presente y para el futuro”. ¿Qué recomendaciones le daría a las instituciones educativas como, por ejemplo, nuestra escuela secundaria, para formar personas tolerantes y respetuosas en ámbitos como el deporte?
—Sí, creo que es una cuestión muy importante la que planteas. ECRI ha estado enfatizando durante muchos años la necesidad de adoptar una legislación comprensiva contra la discriminación. Pero la ley es una cosa, pero para cambiar la mentalidad del futuro, la educación escolar es clave. Nadie nace racista, por lo que el deber de la escuela es realmente asegurar una educación inclusiva y ayudar a los alumnos a detectar el racismo y las actitudes discriminatorias y también a denunciarlo y reaccionar ante él en el futuro. No se trata solo de respeto y tolerancia con las personas y estudiantes de diferente origen, sino que se trata también de comprometerse a luchar contra la desigualdad en todos los frentes.
Y hablando de los deportes en particular, la deportividad es un lenguaje universal. Por supuesto que hay algún tipo de competencia, pero es una competencia sana y se construye el sentido de luchar juntos por unas metas comunes. Por lo tanto, el deporte escolar es un canal muy importante para enseñar los valores necesarios para la sociedad futura en la que queremos vivir.
—El primer punto del documento “Recomendación Nº12 para la lucha contra el racismo y la discriminación racial en el ámbito deportivo” hace referencia a la igualdad de oportunidades en “el acceso al deporte para todos”. Sin embargo, hacerse socio, incluso de un club de deporte no profesional, es normalmente muy caro (pago de inscripción, comprar la ropa). ¿Cómo pueden las federaciones o las autoridades locales contribuir a que los chicos y las chicas tengan acceso a estas organizaciones deportivas, cuando provienen de entornos desfavorecidos sin posibilidades económicas?
—Efectivamente, asegurar el acceso al deporte en igualdad de condiciones es una cuestión muy importante, al igual que lo es el acceso a otros ámbitos como la educación o el trabajo, y se necesitan medidas prácticas por parte de autoridades privadas, locales y nacionales, como es el caso de las organizaciones y federaciones deportivas. Y estas medidas pueden incluir becas que cubran el coste de la membresía o descuentos para familias con rentas bajas. Estas medidas no aparecen en los documentos de la ECRI, quizás porque no nos hemos centrado en ello o porque ya existen otras iniciativas. Pero creo que la clave está en que existan medidas proactivas por parte de las autoridades locales y de las federaciones para ayudar, de la forma que sea, a aquellas familias con pocos recursos, especialmente a las familias desfavorecidas de comunidades minoritarias. Estas medidas podrían incluir ayudas para cubrir los gastos de inscripción o descuentos para familias pobres y provenientes de grupos excluidos. Y quizás ECRI necesita incrementar su atención en el futuro a otros deportes distintos al fútbol porque tengo la impresión de que hay mucho hecho en el ámbito del fútbol y menos en el caso de otros deportes.
—Hacer deporte y formar parte de un club puede ser una buena oportunidad para la integración de los jóvenes de grupos minoritarios en una determinada comunidad. ¿No deberían las autoridades locales ser más activas en este sentido, cooperando con niños para que puedan practicar deporte y entrar en clubes deportivos locales?
—Sí, es absolutamente cierto. El deporte es un medio efectivo de conseguir la integración de los jóvenes pertenecientes a determinadas minorías en la comunidad en general. Es necesario sentir que se trabaja juntos, y no sólo en los deportes colectivos. Eso es lo que ECRI quiere decir cuando menciona que los gobiernos locales deben apoyar y facilitar la participación de la gente de comunidades minoritarias en el deporte. Pero debe ir más allá de facilitar el acceso a los clubes deportivos, por lo que las autoridades locales deben animar a los clubs deportivos a que integren también a las minorías en las propias estructuras deportivas. No se trata sólo de favorecer el acceso de los niños, sino que también debe incluir al resto de los miembros de esas minorías porque si entran a formar parte de las estructuras deportivas locales aseguran que el mecanismo seguirá funcionando en el futuro.
—¿Cree usted que, de alguna forma, la discriminación racial, el racismo que sufren las mujeres de grupos minoritarios, es diferente en comparación con el caso de los hombres en el mundo del deporte?
—Es lo que llamamos la interseccionalidad. En realidad hay poca información en este sentido en los documentos de ECRI relacionados con el deporte en comparación con otros ámbitos de la vida. Pero creo que es un problema en una serie de deportes. Imagino que una mujer de color jugando al fútbol en un club, por ejemplo, puede sufrir casos de racismo. Recuerdo hace algunos años, no en Europa, sino durante los Juegos Olímpicos de Río, que una judoka negra enseñó y ofreció su medalla como símbolo contra el lenguaje de odio sexista que había sufrido en las redes durante los Juegos. Por tanto, esto es algo que ocurre y que deberíamos atender más en el mundo del deporte.
—¿Existe algún tipo de supervisión que garantice que un documento tan interesante y necesario como la “Recomendación nº 12” es realmente implementado o, cuando menos, conocido por los clubs y las federaciones deportivas?
—Sí, ECRI vela por la efectiva implementación de sus acciones, incluyendo esta entrevista, por ejemplo. El documento de recomendaciones nº 12 ha sido ampliamente adoptado hace ya bastantes años y sigue siendo muy relevante a día de hoy. Pero dicho esto, no es seguramente suficiente. Estamos cooperando con otros sectores del Consejo de Europa como el del ámbito deportivo. Hay otro sector de la organización que se ocupa del deporte y lo difunde a las federaciones, estructuras deportivas y también a los gobiernos. Nuestros compañeros del sector deportivo están trabajando, por ejemplo, con la UEFA en el ámbito del fútbol. Y debemos buscar socios entre la sociedad que nos ayuden a implementar las recomendaciones e incluso otras instituciones y estructuras deportivas.
—Teniendo en cuenta su experiencia, ¿cuáles son las diferencias más visibles entre los países/las naciones que pertenecen a ECRI en relación con su grado de compromiso a la hora de luchar contra la discriminación en el deporte?
—El nivel de compromiso en la lucha contra el racismo en el deporte es similar al nivel de compromiso de una nación a la hora de luchar contra el racismo en otros ámbitos. Creo que ningún país se centra más en el mundo de los deportes. Cuando una nación adopta planes rigurosos y estrategias contra el racismo, yo creo que demuestra que tiene un compromiso fuerte. Y este es un tema recurrente cuando nos enfocamos en él en ECRI, y recomendamos que los gobiernos adopten estrategias y planes de acción. Por eso la adopción de estos planes y estrategias es para nosotros una buena indicación de su compromiso. De hecho, hay muchas naciones que están adoptando estas acciones, planes y estrategias, y creo que éste es un aspecto muy positivo.
—¿Cuál cree que es el impacto que puede tener la educación en la prevención del racismo y la intolerancia?
—La educación es un factor clave, como dije antes. Es donde empieza todo. Cuanto más capaz eres de identificar el racismo y hablar sobre él, tendrás más posibilidades de saber cómo combatirlo.
—¿Cuáles son las dificultades más evidentes a la hora de conseguir sus objetivos y cómo valora el futuro de la lucha contra el racismo y las desigualdades en Europa?
—Quizás el primer gran desafío sea aceptar que combatir el racismo y la discriminación racial es una batalla muy larga e interminable. Durante muchos años, ECRI pidió a los gobiernos que les enviaran sus leyes antidiscriminatorias y sus sanciones para combatir el discurso de odio racista. También ha desempeñado un papel clave en la creación de organismos nacionales de igualdad en toda Europa, o casi en todas partes. Pero el objetivo a largo plazo es la prevención. Como solemos decir, es mejor prevenir que curar. Es por eso que la prevención es uno de los mayores desafíos de hoy y de mañana. Porque la sensibilización, la educación y la formación son áreas clave de la prevención. Y esto es quizás lo que estamos haciendo ahora; se trata de prevención. Hablar del racismo es un primer paso, y reconocer que existe es un primer paso. Además, ECRI, por naturaleza, analiza lo que llamamos racismo estructural e institucional, no el racismo individual, no quejas individuales sobre racismo. Es difícil abordar qué es el racismo estructural. Generalmente se trata de un sesgo racial inconsciente y generalizado. Y esto a veces requiere una mirada cuidadosa sobre cómo funcionan nuestras instituciones y sobre la mentalidad de las personas que trabajan en los sectores público y privado. Por lo tanto, también puede requerir que estudiemos más detenidamente nuestra propia historia original nacional europea, incluido su lado oscuro, y que aprendamos de ella. Lo peor es permitir algún tipo de reescritura sesgada de la historia; esto puede conducir a un discurso nacionalista y racista contrito, y eventualmente puede conducir a la guerra, por lo que esto es realmente importante. Este es un gran desafío que tenemos que afrontar en el futuro. Otro, tal vez un tercero, sería el racismo en la política. Es otro desafío más. Ahora sé que quizás no recuerdes que la muerte de George Floyd a manos de policías en Estados Unidos resonó tanto en Europa y desencadenó reflexiones sobre el racismo, y eso es bueno. También muestra que la policía y el papel de la policía es esencial. La policía debería ser parte de la solución a esta lucha contra el racismo, pero cómo hacer que la policía colabore es el tema clave cuando existe, en ocasiones, un patrón de actitudes y comportamientos racistas en torno a algunos policías. En cuanto a la prevención en Internet y las redes sociales, existe una línea clara entre el derecho a la libertad de expresión, el derecho a difundir sus opiniones e ideas personales y la protección contra el discurso racista. Hay muchas preguntas sobre cómo detener el discurso de odio en Facebook, Twitter y todas las redes sociales y se debe dar prioridad a esa regulación, pero es posible que tengamos que buscar medidas más estrictas y tal vez leyes más estrictas. Hay unidades especiales de policía que se enfocan en este tema. Y por último, otro reto de futuro es el uso de la Inteligencia Artificial. Ahora es muy nuevo, pero tiene algunos riesgos relacionados con el racismo y la desigualdad, y este sería un gran desafío para el mañana. En pocas palabras, estos podrían ser los principales desafíos en la lucha contra el racismo en el futuro. Y cuento con todos ustedes para seguir esa lucha.
—¿A través de qué medios o de qué forma ECRI da a conocer sus acciones?
—Nosotros hablamos con los gobiernos de los países democráticos en Europa. Pero, sin duda necesitamos trabajar con lo que llamamos organismos iguales, organizaciones nacionales que luchan contra el racismo, organizaciones no gubernamentales, con la sociedad civil, para así asegurarnos que nuestras recomendaciones son puestas en práctica y son efectivas. Necesitamos a todos los actores posibles. No hablamos directamente con federaciones u organizaciones deportivas, pero usamos todos los cauces posibles y todos los medios.
—¿Cree que el racismo se reducirá en el futuro?
—Me gustaría mucho. Desafortunadamente tiendo a pensar que el racismo es una enfermedad. Es una lucha constante y debemos reducirla al mínimo posible, pero no estoy seguro de que vayamos a tener éxito cuando veo ciertas reacciones o escucho a algunos políticos, en determinadas campañas electorales, por ejemplo.