Jordi Gispert

Componente de la asociación ADDA

Gispert en un acto reciente en Bruselas con la ECEAE. / CEDIDA

“Hemos avanzado un siglo y ahora sabemos que hay otros métodos y hay otras maneras de experimentar”

La asociación ecologista propone nuevos métodos para evitar la experimentación animal y critica duramente que se siga utilizando animales en este tipo de investigaciones

ALBA FERNÁNDEZ-CID SAIZ Y LUCAS VARGAS ZEGERS | Cataluña-Santiago de Compostela

Jordi Gispert Giron tiene 35 años, es periodista de formación y trata de compaginar la experiencia periodística con la divulgación científica oceánica y biológica. Empezó muy joven a trabajar en la radio, para enfocarse desde entonces en todos los ámbitos de la comunicación (televisión, radio, prensa, revistas, agencias y comunicación corporativa). También se involucra en el fomento de todo lo relacionado con la docencia y la práctica del deporte y las diversas ciencias asociadas. Trabaja con el equipo de la ONG ADDA, la Asociación Defensa Derechos Animal, fundada en 1976. En la defensa de los animales y la naturaleza. Actualmente, Jordi busca nuevas propuestas, especialmente en el campo de la investigación periodística, de la difusión de las ciencias del deporte, de la comunicación corporativa y de la divulgación científica oceánica.


—¿Cómo definiría usted la ONG ADDA y cuáles son sus objetivos?

ADDA es la organización de defensa de los animales pionera tanto en Cataluña como también a nivel estatal en España. Hace muchos años, desde el 76, se dedica básicamente a esto, a fomentar el respeto hacia los animales y hacia la naturaleza. Esto se hace en todos los campos y se intenta incidir en todos los temas que afectan de mala manera a la protección de los animales, como pueden ser prácticas como la caza o los espectáculos que infligen sufrimiento a los animales como pueden ser la tauromaquia los toros, circos o los zoos. También las granjas intensivas o la experimentación con animales.

—ADDA defiende 12 causas a favor de los derechos de los animales, pero hoy nos centraremos en una en especial, la experimentación animal. ¿Por qué se experimenta con animales?

—La experimentación con animales es uno de los campos especiales que nosotros trabajamos especialmente porque es muy preocupante. ¿Por qué se experimenta con animales? Porque es una inercia de la ciencia que viene ya de lejos, de todo el siglo XX. En los principios de la experimentación, tanto para medicamentos, como por muchos otros temas, como la investigación de enfermedades se ha tendido a utilizar desde un principio la biología a los animales como otro cuerpo vivo para experimentar y sacar resultados. Después de que hemos investigado en otros campos sabemos que esto no es así, ya que los resultados que se sacan de un animal no son fiables, porque un conejo, un ratón o un perro no tienen el mismo metabolismo que el ser humano. Por lo tanto, investigar un fármaco o una sustancia en un mono, un perro o un gato no es lo mismo que investigarlo en un ser humano. Pero vivimos de esta inercia de la ciencia de hace más de un siglo. También vivimos de una cosa que es un negocio, porque, al final, la experimentación con animales también se nutre del tráfico internacional, es decir, de la captura, la cría y el comercio de estos animales que van destinados al final a los laboratorios.

—¿Qué tipo de animales se utilizan y cómo es habitualmente el proceso que se sigue?

—Se emplean todo tipo de animales, aunque en una mayor parte son roedores:ratas y ratones. También son muy comunes, por ejemplo, los hurones o los conejos. Los conejos se usan en esos experimentos de sensibilización de la piel o del ojo, pero también se emplean perros, gatos y animales que estamos más acostumbrados a ver, porque son animales domésticos que comúnmente la gente tiene en casa. También se utilizan monos, especialmente en experimentos a nivel neurológico que no sirven para nada o para prácticamente nada, pero siguen siendo utilizados. Son experimentos muy dolorosos y se les introducen, por ejemplo, electrodos en la cabeza para investigar enfermedades como el Alzheimer, enfermedades neurodegenerativas, que parten de procesos generales. También los perros se utilizan mucho para experimentos toxicológicos; es decir, se introducen en su cuerpo sustancias tóxicas para ver cómo reaccionan y, a partir de aquí, se extrapolan unos resultados que para nada son fiables porque hay sustancias que para los humanos son tóxicas y para los perros no o viceversa.

Para poner un último ejemplo, la penicilina, que es una de las grandes revoluciones del siglo XX, como antibiótico, descubierta por el señor Fleming, al final de los años 30, 40, es una sustancia que para el ser humano es muy beneficiosa, pero que para otros animales es tóxica. Si esta sustancia se llega a experimentar en ratones u otras especies, probablemente nunca habría salido a la luz, porque los resultados habrían dado negativos. En cambio, para el ser humano es una sustancia absolutamente beneficiosa.

“A nivel neurológico no sirven para nada o para prácticamente nada, pero siguen siendo utilizados”


—¿De qué modo sufren los animales durante estos experimentos?

—Los animales sufren mucho porque, en primer lugar, parten de una captura de su medio natural o muchos son criados en cautividad. Por lo tanto, parten de una base de que ya no son animales libres, ya que o son criados en cautividad o son privados de esa libertad. Sino, en caso de ser sacados de su medio natural, esto supone una separación, porque muchos de estos animales son mamíferos, como nosotros y, por lo tanto, tienen una vida social, necesitan a su grupo, a su madre, a su familia, a quien sea, ya que son muy grupales. Son sacados de este medio y son metidos en laboratorios donde, en el mejor de los casos, aunque estén bien tratados, igualmente estarán en pequeños reductos o en cajas pequeñas, encerrados en jaulas y solo salen cuando se necesitan para experimentar, para hacer una tarea concreta que haga el científico de turno. Por un lado, este cautiverio genera estrés y todo esto conduce a enfermedades propias de los animales, igual que si un ser humano es encarcelado. Cuando un ser humano está en una cárcel puede padecer múltiples problemas, no únicamente a nivel psicológico, sino también a nivel físico y enfermedades que se derivan de esta situación que no es natural. Por lo tanto, este es el primer gran sufrimiento que a veces se omite. Después está ya el sufrimiento propio de cada experimento. Cada caso tiene su particularidad, como, por ejemplo, los test de toxicología, que consisten en administrar sustancias tóxicas hasta que el animal muere y, si no fuera así, puede ser afectado gravemente. Después de esta afectación grave, muchas veces se mata, para no decir eufemismos, porque ya no sirve a la ciencia. Podéis haceros una idea del sufrimiento que pueden tener: se les introducen sustancias a través de la boca con tubos y otras cosas o, como hablaba de los primates, mediante electrodos, que son implantes directos al cerebro. Pero también con descargas eléctricas y con multitud de sufrimientos de este tipo.

Otra prueba más de diagnóstico es el test de irritación ocular, que es un test muy típico para investigar posibles afecciones de productos, incluso cosméticos y, por lo tanto, para el lujo de los humanos. Son gotas que se van inyectando en el ojo del animal para ver si este, al final, se irrita o no se irrita. Y si la irritación es constante, el dolor es constante. Y esto es día a día hasta que acaba el experimento. Cuando acaba el experimento muchos de estos animales son matados o simplemente descartados y tienen una vida continúa en cautiverio, aparte con todo el sufrimiento que ya han padecido.

Gispert (1º por la izq.) en una manifestación en defensa de los animales y en contra de la ganadería industrial en Barcelona. / CEDIDA

—¿Qué cree usted que pasaría si se prohibiese la experimentación animal?

—Si se suprimiera, mejor. No se necesita para nada o para casi nada la experimentación con animales. Existen hoy en día, no sé si lo sabéis, alternativas a todo lo que es la experimentación con animales y que se basan en cultivos de células humanas. Se extrae una célula y se cultiva en placas de Petri. A partir de aquí, se generan tejidos o se crean también sistemas de multi órganos; o sea, imitando el fluido de la sangre a través de estos mini órganos a partir de células humanas. Esto reproduce lo que es un organismo humano.

Por lo tanto, aparte de la ética, infligimos un sufrimiento a los animales. Si lo suprimimos, es algo ético. Pero, por otro lado, está la fiabilidad de la ciencia y la salud humana; es decir, es más fiable experimentar sobre células humanas que no experimentar sobre un animal, que no tiene ningún tipo de comparación. No pueden ser comparadas las coles con las peras. Este es un fallo metodológico, de base, de raíz, que existe aquí. Por lo tanto, si se suprime la experimentación con animales, avanzaríamos también en una ciencia más fiable y en una mejora de la salud humana, porque podremos investigar de manera mucho más fehaciente lo que son las enfermedades y podremos llegar a conclusiones más sólidas y sacar más medicamentos.

Para acabar, solo un 8% de todos los fármacos que se investigan a través de animales pasan las pruebas que después se hacen en humanos. Solamente un 8%. De estos fármacos que pasan las pruebas, que después se hacen en humanos, muchos tienen que ser retirados del mercado porque generan efectos secundarios que no se habían previsto antes. Esto te da la idea de que experimentar con animales, básicamente, es más difícil aún que la lotería.

¿Y por qué no se hace?

Aquí hay cuestiones de inercia y económicas que os he dicho antes. La ciencia parte de una comodidad, está sentada sobre unas bases y es difícil moverse siempre más allá, ya que el que piensa más allá inquieta un poco y, aparte, está el tema económico. Si esto genera un negocio tanto para criaderos, para el tráfico, para centros científicos y para el mismo Gobierno, es difícil salir de aquí. Hay que darse cuenta de que existen distintas alternativas y hay que promocionar estas alternativas y es una posibilidad económica muy pujante, porque esto puede dar dinero. De hecho, hay laboratorios y gente que está en empresas de biotecnología que están en este campo que han podido también crecer económicamente en los últimos tiempos; porque esto va a ser el futuro. Pero esto tiene que llegar aquí. A España todavía no ha llegado porque España no invierte absolutamente nada, en investigación de alternativas. Hay que presionar entre todos al Gobierno para que esto sea una realidad.

—Luego de la experimentación, ¿qué se hace con los animales?

—Luego de la experimentación, los animales muchas veces, cuando ya no sirven, se matan. Entonces, las cifras oficiales de usos de animales de experimentación, que salen cada año en España y cada tres años en Europa, solo cuentan los usos de los animales, pero no cuentan a aquellos animales a los que se ha matado porque ya se acabó el experimento; es decir, animales que han quedado dañados o han quedado con alguna patología a causa de este experimento y se decide eliminarlos. Todo esto no es contable y esto también hay que contarlo. Pero tampoco se cuentan los que no son eliminados, porque son experimentos más leves y aún pueden seguir con vida. En este caso tienen dos opciones: o seguir en un cautiverio toda la vida o volver a ser utilizados otra vez para experimentación para hacer así un ciclo, hasta que se acabe, hasta que se mueran porque el experimento es demasiado duro o porque deciden matarlos porque ya no sirven o por lo que sea. Sin embargo, lo que se tendría que hacer es volver a dar a estos animales en adopción. Pero esto ocurre en una minoría de los casos. Se puede adoptar a un animal que ya tiene un trauma, que ya tiene problemas psicológicos, como los que están en protectoras, pero la gente es más difícil que se sensibilice con esto y que escoja un animal que puede tener este tipo de problemas. Por lo tanto, una labor que hacemos es la de instar a la sociedad a que, antes de comprar un perro o un gato en una tienda, siempre acuda a protectoras y, si puede ser, que adopten animales que han sufrido y que también necesitan el cariño de la gente.

—¿Cuáles son los límites del daño causado a un animal según la legislación actual y qué debe cambiar en estas leyes?

—La legislación actual es de 2013 y es una adaptación de la directiva Europea, que es de 2010 y es la que rige en el campo de la protección de los animales de laboratorio. Entonces, esta directiva se basa en la regla de las tres “r”, que en inglés sería: “replace”, “reduce” y “refine”. Es decir, sustituir, reducir e intentar causar el menor daño posible. Lo que pasa es que no marca ningún objetivo concreto. Es muy general y no marca ningún objetivo concreto. Dice que se tiene que intentar causar el menor daño posible a los animales, pero esto no está regulado. Entonces, por ejemplo, aparecen las imágenes, como las del caso de Vivotecnia, que es una empresa, un laboratorio, de Madrid. Una trabajadora encubierta con una cámara oculta grabó imágenes de lo que pasaba allí. Y lo que pasaba allí es horrible y, evidentemente, no tiene nada que ver con el trato bueno a los animales. En la mayoría de los centros, el trato, no digo que sea así, pero en muchos seguro que será así. Y, en el caso de los centros en los que el trato sea un poco mejor, igualmente hay uncautiverio, hay unas condiciones, hay unos experimentos que se hacen y, por lo tanto, hay un sufrimiento muy grande de todos estos animales.

Los experimentos están catalogados, según esta legislación, en leves, severos o muy graves, pero, también, en experimentos que causan directamente la muerte. La obligación es simplemente informar. Cada centro tiene que informar qué experimento hace y el grado del experimento. Pero, a partir de aquí, ¿estás obligado a más o menos sufrimiento? No. Es simplemente que tú lo tienes que justificar. Por lo tanto, la ley necesita mejorarse mucho y precisa, sobre todo, establecer unos objetivos concretos y unos planes concretos también para acabar con esta experimentación que no conduce a ningún sitio.

—¿En qué países aún es legal este tipo de experimentación y qué se está haciendo para evitarla?

—La experimentación es legal en todos los países, lo que pasa es que hay grados de legislación. Entonces, en la Unión Europea existe uno de los grados con más conciencia o más legislación existente para la protección de los animales. También la hay en Estados Unidos o en México, pero más hacia el sur, en Asia y en África o en ciertos otros sitios prácticamente no hay legislaciones. Allí se hace lo que se quiere, como tampoco la hay con el caso de las granjas. Aquí se ha conseguido un poco porque desde Europa se está empujando mucho y, por lo menos, se ha conseguido que haya legislación y comités. Pero otra cosa es que estos comités no sirvan para ciertas cosas, porque en este de los animales en laboratorios, nosotros somos los únicos en defensa de los animales en la naturaleza que tenemos una silla en este comité, ya que las demás sillas son para miembros de laboratorios y comités científicos. Por eso, lógicamente, la mayor parte están a favor o defienden este tipo de experimentación, por lo que hacer algo allí es muy difícil.

“Se ha conseguido un poco de legislación porque desde Europa se está empujando”


—Mencionaba usted antes la Unión Europea. ¿De qué modo cree usted que la Unión Europea va a tomar algún tipo de medidas respecto a este tema?

—Sí, las está tomando; y hay que ver también las cosas positivas. Disminuyen un poco los experimentos año a año, cerca de un 1%. Es un nivel muy pequeño, pero es algo. Por poner un ejemplo, el 16 de septiembre de este año pasado, 2021, el Parlamento Europeo votó a favor de una resolución para poner un plan de medidas concreto para acabar con los experimentos con animales. Esto no se produce desde hace mucho tiempo. La Comisión Europea dio una respuesta diciendo que esto no se iba a adaptar, ya que Europa está haciendo todo lo que hace falta. Pero, por lo menos, el parlamento votó y ese es el primer acto a favor de los animales. Sin embargo, Europa es el primer continente que prohibió el uso de animales para experimentos con cosméticos. Esa prohibición no existía, y no existe en la mayor parte de países del mundo y, por lo tanto, es muy importante. Sin embargo, ahora la Unión Europea se está contradiciendo y en su estrategia de químicos y sostenibilidad de 2020 está instando y obligando a muchos más experimentos también con animales, para ingredientes y productos de cosmética. A partir de aquí, las organizaciones se han unido este año y han hecho una petición concreta a la Unión Europea, una iniciativa legislativa europea, que tiene que llegar al millón de firmas hasta el 30 de agosto de este 2022, para pedir esto, que realmente se prohíban, como ya estaban prohibidos estos experimentos en cosméticos. También para que se desarrolle un plan concreto de medidas para acabar con los experimentos con animales.

Esta es una iniciativa muy valiosa, la más crucial que hay este año.Se llama ECI, en inglés Save Cruelty Free Cosmetic; o sea, cosméticos sin crueldad en castellano, una iniciativa que pueden firmar todos los ciudadanos europeos. Con esto se quiere conseguir un cambio en la legislación y que Europa vuelva otra vez a defender más la decisión que había tomado.

¿De qué manera es ética esta práctica científica de experimentación animal?

—El tema de la ética, cuando hay desconocimiento, lo puedes poner como excusa, como hacía por ejemplo Luis Pasteur, uno de los grandes científicos del siglo XIX que empezaba a experimentar con animales. Él, de hecho, era un gran defensor de los animales y estaba en contra de la caza y de otras prácticas, pero decía que por el bien mayor de la ciencia todavía se debía experimentar con animales, porque él creía que era la mejor manera de avanzar en el conocimiento de las enfermedades de la microbiología.Estamos hablando de 1870 más o menos. Hemos avanzado más de un siglo y ahora sabemos que hay otros métodos y hay otras maneras de experimentar; por tanto, cuando se sabe que hay otros métodos y otras maneras por las que no es necesario para nada causar dolor y daño a un animal, pues no es ético. Es absolutamente amoral y no es razonable ni es justificable bajo ningún concepto, excepto en muy pocos casos. En esos casos,dejemos la puerta abierta, pero, por lo que he hablado con científicos, es una cifra prácticamente nulo; es decir, que en la mayoría de los campos se puede experimentar con métodos in vitro, que son los métodos de células humanas cultivadas, o los métodos in silico, que son los métodos computacionales, que son realizados a través de ordenador y reproducen modelos biológicos. Por lo tanto, si hay todo esto, ¿para qué vamos a utilizar animales o para qué vamos a causar dolor en los animales? No es ético en ningún caso.

¿Por qué creen ustedes que debe ser prohibida la experimentación animal?

—Lo puedo resumir en dos motivos: primero, a nivel ético. A un animal se le infligen dos tipos de sufrimientos, que es el cautiverio y, después, el daño físico infligido por el experimento de lo que sea. Y el daño posterior deriva bien en un trauma o directamente en la muerte. También se hace daño a las comunidades, a los hábitats y a las comunidades originarias de estos animales. Son extraídos directamente de la naturaleza y se altera, por lo tanto, el ritmo biológico de su grupo, de la naturaleza, de su hábitat. Por otro lado está el tema científico. En todos los trabajos científicos te exigen explicar muy bien la metodología que vas a aplicar, pero nadie se ha parado a preguntar si la experimentación con animales es útil. Si es un método malo, se pide buscar métodos alternativos, pero nadie ha pedido validar si los animales son válidos realmente para experimentar. Porque los genes, el metabolismo de los órganos y la fisiología humana son muy diferentes a las de un mono, que es un mamífero prácticamente igual a nosotros a nivel genético. Por lo tanto, no es lo mismo comparar un ajo con un tomate, yla ciencia va a evolucionar mucho mejor con otros métodos que serán más fiables y nos permitirán también tener una mejor salud. Y estose consigue con los métodos alternativos como extraer directamente células a un paciente que está infectado por la enfermedad. Y estose puede hasta personalizar, porque, aunque seamos todos seres humanos, cada uno es diferente y, por lo tanto, también le van a afectar las cosas de manera diferente. Así, en este sentido, se va a mejorar muchísimo y va a haber una mejoría muy grande en nuestra salud.

¿Qué métodos alternativos de experimentación proponen para que no sea necesario utilizar animales?

—Para cada experimento hay métodos concretos y bases de datos de métodos alternativos que se pueden buscar. Por ejemplo, ANAR, que es una base de datos que ha hecho una ONG alemana, Doctors Against Animal Experiments, una ONG que ha hecho esta base de datos donde se puede buscar una enfermedad en concreto. Ahí aparecen qué tipo de métodos puedo usar para investigar este tipo de enfermedad. En muchos casos estamos hablando de que hay más de 400 o 500 métodos alternativos destacados y en otros hay más de mil. Pero también están los métodos in vitro, que son los cultivos celulares realizados a partir de células humanas. Después están los métodos computacionales, que son los métodos que realizan a través del ordenador reproducciones biológicas que pueden predecir un poco por dónde van. Básicamente son esos tipos de métodos los que existen, pero hay muchísimos para cada experimento concreto.

—¿Los animales que se dan en adopción después de los experimentos necesitan algún tipo de trato especial?

—Sí. Después de los experimentos el problema es que si no mueren en el experimento, por causas posteriores puedan morir. Si no es el caso, hay secuelas y traumas psicológicos como tú tendrías. Cualquier persona tendría traumas psicológicos después de haber vivido en la cárcel y de haber estado sometidos a torturas y también a daños físicos que se te quedan en el cuerpo durante un largo tiempo. A partir de aquí se puede decidir intentar adoptar a este animal, pero tiene que ser una persona o un centro de acogida que pueda tratar como se merece a este animal. También para intentar rehabilitarlo hace falta conocimiento y mucho cuidado.

—Hemos hablado anteriormente con científicos que afirman que la experimentación con animales es necesaria. ¿Por qué hay tanta diferencia entre lo que dicen ustedes y lo que dicen ellos?

—Nosotros no tenemos ningún tipo de interés; es decir, somos una entidad sin ánimo de lucro y, por lo tanto, no nos guía ningún interés. Simplemente, nos intentamos basar mucho en la ciencia,, en las nuevas investigaciones. Pero la ciencia siempre tiene detrás un interés económico bastante importante. La ciencia en poca proporción es independiente. Por esto hay estas diferencias. Normalmente, el argumento científico va más encaminado hacia el campo económico y también de interés, es decir, se prima mucho el publicar artículos, a nivel científico.Yo creo que esto es erróneo; es decir, una persona es relevante por lo que conoce, por lo que hace, pero no por lo que publica. Entonces hay una inercia dentro del mundo científico o pseudocientífico que creo que es mala en este sentido. Hay otros campos científicos que pueden ser independientes y esos son los que realmente funcionan y hacen avanzar a la sociedad. Pero los que están enquistados en esta metodología pasada también es difícil que salgan de ahí. Mucha parte de estos científicos, también hay que entender, a lo mejor, que no lo dicen con mala fe, pero es lo que les han enseñado en las facultades y han visto únicamente esto toda su vida; desde la facultad hasta donde han ido a trabajar. Y se les ha inculcado esta máxima, de que los animales son absolutamente necesarios. Pues no. Habría que abrir un poco la mente y ver que hay todas estas alternativas. Por lo tanto, es difícil ver por qué exactamente tienen una visión tan dispar. Yo los situaría en el terreno económico y en el terreno de la inercia, del conservadurismo y el haber sido enseñados con esta metodología.

Si hay soluciones y conocemos el problema, ¿por qué no se erradica?

—A mí también me gustaría saberlo, pero hay que buscarlo por aquí para saber dónde estamos. Pero a partir de esto, cuando sabemos dónde estamos, tenemos que buscar las cosas positivas y ser optimistas de cara al futuro. Yo creo que vamos avanzando, muy poco a poco, y más en España, donde los pasos son de hormiguita. En Europa poco a poco se hace más. Entonces, hay que ver que si hay algunos campos que tiran un poco para delante, pero el porqué no avanzamos, hay que buscarlo en esto.

Lógicamente, sí hay enquistamiento en este pasado y cambiar siempre es difícil en todos los campos, pues siempre hay una reticencia y de esta reticencia inicial se pasa a que sea más mayoritaria. Después de mayoritaria, se pasa a aceptarlo como una cosa normal de toda la vida. Te pongo un ejemplo: en España, hace mucho tiempo, en fiestas tradicionales, se tiraban cabras de un campanario y se degollaban pollos vivos en línea y el campeón era el que más cabezas conseguía. Esto se denunció hace mucho tiempo, pero en los años 90 denunciar esto no era normal, te veían como una especie rara. Ahora empiezas a preguntarle a la gente: ¿Tú aceptarías una fiesta donde se tirase una cabra del campanario? Y la mayor parte de la gente te diría que no. Por lo tanto, como mínimo se ha avanzado. En este campo hay una sensibilización de la población. Hay una encuesta europea de hace un año (2020) en la que un 70% creía que no era necesaria la experimentación con animales e instaba a Europa a prohibir estas prácticas, lo cual quiere decir que la gente es cada vez más sensible y tiene un poco más de conocimiento. Con este conocimiento van paralelos los avances de la sociedad y será esta la que tenga que presionar a los políticos y a los científicos para decir que todo esto que están haciendo no nos parece bien.

Mirando hacia el futuro, ¿cuándo piensa que se podrá hacer investigación científica sin necesidad de usar animales?

—Será paulatino. Con la inercia de las cosas los animales dejarán de ser utilizados. Miraremos atrás y diremos: ¡Qué bárbaros eran estos! Pero la inercia de cambiar no es fácil de un día para otro y depende de esta conciencia de la sociedad. El modelo de las acciones políticas va un poco lento, el mundo político está dependiente de los programas electorales, de si conviene para los votos o no y, evidentemente, de la economía. Cuando los métodos alternativos sean un negocio rentable vamos a avanzar mucho más deprisa. De hecho, ya lo son, pero hay demasiada gente que aún no se ha dado cuenta. Cuando se den cuenta de que la clínica avanza y de que esto no solo es un tema de ¡Ay, pobre animalito! sino que también es un tema de salud humana, va a haber cambios. Cuando todas estas condiciones se vayan dando poco a poco, todo irá cambiando inevitablemente.