Clara Correa Paz se licencia en farmacia por la Universidad de Santiago de Compostela (USC) en 2013 y ese mismo año comienza el máster en neurociencias de la USC, consiguiendo su título en 2014 con el Trabajo de Fin de Máster (TFM) titulado “Efecto protector de las células madres pluripotentes inducidas (IPS) en un modelo animal de hemorragia intracerebral (HIC)”. En 2019 finaliza el doctorado en medicina Molecular en la USC, realizando su tesis doctoral en el Laboratorio de Investigación en Neurociencias Clínicas (LINC). Actualmente es investigadora en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS). La investigadora melidense defiende la experimentación animal porque, “es muy importante para encontrar nuevos tratamientos y para poder estudiar bien todas las enfermedades existentes”. Por otra parte, piensa que “hay que reducirla” y “controlarla mucho”. Para esto propone “trabajar con más cosas in vitro, como células, con diferentes experimentos que nos permitan evitar los animales y así asegurarnos de que todo va a funcionar muy bien antes de utilizarlos”.
—Trabaja en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago. ¿Por qué decidió dedicar su vida a la investigación y cómo fueron sus inicios?
—Desde siempre he tenido mucha curiosidad por la ciencia y por la salud, por lo que estudié farmacia, y luego ya me centré en la ciencia, hice un máster en neurociencias y, a partir de ese momento, ya realicé mi tesis doctoral.
—¿Cómo es su día a día de trabajo en el laboratorio y de qué modo y con qué finalidad utilizan animales en sus experimentos?
—Nuestro trabajo consiste en estudiar sobre todo el ictus isquémico, que es una enfermedad que la padecen un gran número de personas en España, por lo que utilizamos animales, a los que les provocamos ictus, para luego probar diferentes tratamientos en ellos.
—¿Qué diferencias hay entre usar animales pequeños como ratones y otros más grandes como conejos o monos y cuáles se usan con más frecuencia y por qué?
—Con más frecuencia se suelen usar las ratas y los ratones, ya que debido a su pequeño tamaño, es más económico tener los animalarios preparados para ellos; y también a nivel ético es más fácil trabajar con ratas o ratones que con otro tipo de animales.
—En entrevistas anteriores realizadas en clase, hubo distintas opiniones sobre si se debería prohibir la experimentación animal. ¿Qué piensa usted sobre este tema?
—En mi opinión no se podría prohibir la experimentación animal, aunque lo que sí se debe es controlarla mucho. Si la prohibimos, no se podría avanzar a nivel científico, porque es muy importante para encontrar nuevos tratamientos y para poder estudiar bien todas las enfermedades existentes.
—¿De qué modo se trata a los animales en sus laboratorios, y qué tipo de cuidados específicos necesitan?
—A nuestros animales, debido a que tenemos que operarlos, les aplicamos anestesia, de modo que ellos no sufren, y, aparte, les administramos medicamentos que son antiinflamatorios. Después ellos están en unas cajas especiales, con todo el espacio necesario para correr, jugar, hacer sus necesidades y con comida y agua a su disposición. Realmente, los animales están en muy buenas condiciones, ya que los tratamos con todo nuestro cariño y respeto.
—¿Qué requisitos tiene que cumplir un científico para realizar este tipo de prácticas con animales?
—Aparte de tener sus estudios, que puede ser un grado o haber hecho una FP (Formación Profesional), tiene que hacer un curso de animales y, dependiendo de la capacitación que tenga, pueden hacer unas cosas u otras.
—Entrevistados anteriores nos comentaron que muchas veces, al acabar de experimentar con animales, los matan o se mueren. ¿Qué otras alternativas podría haber para evitar o reducir este resultado y devolver a los animales a su medio?
—A veces es imprescindible sacrificar a los animales para utilizar los órganos que tienen, para hacer más estudios. Entonces, esto es necesario; pero sí que hay casos en los que, si el animal al final del procedimiento está bien, se pueden devolver a su medio. Eso tiene que aprobarlo un comité de ética.
—¿De qué modo resulta difícil para los científicos realizar este tipo de desarrollo?
—Para nosotros no es fácil trabajar con animales y tener que sacrificarlos, pero entendemos que es algo muy necesario para la sociedad, para encontrar tratamientos y para entender bien las enfermedades. Entonces, al final, el beneficio que vamos a causar supera al sentimiento que te pueda provocar.
—¿Qué diferencias hay si se compara con hace 10 años en laboratorios en los que se realizan prácticas con animales y cuáles serían?
—Sobre todo, justo hace 10 años, se sacó un Real Decreto en el que se hace la investigación animal mucho más transparente, tanto para el público aquí como a nivel de Europa. Es decir, nosotros para poder trabajar con animales tenemos que hacer unos protocolos, estos protocolos los aprueba un comité y, aparte, mandamos unos documentos que cualquier persona puede ver publicados en Internet. Desde hace 10 años es más transparente, hay que seguir muchas más normas y es mucho más estricto.
—¿De qué manera piensa que las marcas de cosméticos que prueban sus productos en animales dejarán de hacerlo en un futuro próximo debido a la concienciación que está aumentando contra estas prácticas?
—Entiendo que, poco a poco, se van ya conociendo todos los efectos que causa cada producto que se utiliza. Entonces, ya no va a ser necesario probarlo en animales, por lo que poco a poco se dejará de probar con animales.
—Si usted estuviera en un debate sobre la experimentación animal, ¿de qué bando estaría y qué bazas utilizaría para defender su postura?
—Estaría en el bando de que es muy necesaria la investigación animal para el estudio, ya que todos los avances científicos que se han logrado, desde tratamientos, vacunas, medicamentos, todo eso ha pasado por la experimentación animal, con lo que hay muchos hechos con los que poder apoyar mi idea.
—Si prohibieran hoy mismo la experimentación con animales y fuera usted la que tendría que escoger un nuevo método, ¿cuál propondría y por qué?
—Yo creo que no puede haber investigación sin animales, pero sí que hay que reducirla y, para poder hacerlo, se podría trabajar con más cosas in vitro, como células, con diferentes experimentos que nos permitan evitar los animales y así asegurarnos de que todo va a funcionar muy bien antes de utilizarlos; y conseguir que experimentar con ellos sea la última opción.
—En el futuro, ¿qué pasaría con la investigación científica si no existiese la experimentación animal?
—En mi opinión, creo que no avanzaríamos ya que se llegaría a un punto en que no habría más avance científico. Porque se pueden investigar muchas cosas hasta cierto punto, pero si no utilizamos los animales, que es donde vamos a ver qué es lo que está pasando realmente, va a haber un freno.
—¿De qué modo cree que en un futuro, gracias a los avances científicos e investigaciones a fondo, podrán descubrir o inventar una manera de investigar que no implique la utilización de animales?
—Se están realizando muchos avances a nivel informático, por lo que seguro que se desarrollarán muchos programas que van a reducir el número de animales y refinar las técnicas que se van a realizar en animales. Lo que sí es que no se va a evitar, pero sí que utilizando otro tipo de técnicas y, sobre todo, el desarrollo que está habiendo a nivel informático va ayudar a reducir la experimentación con animales.
—¿Cómo se podría mejorar la investigación con animales?
—Sobre todo siguiendo los protocolos que hay, que todo esté aprobado por un comité de ética, leyendo muchos artículos científicos para poder refinar muy bien los experimentos y llevar a cabo las RRR de la experimentación animal (Reemplazar, Reducir y Refinar).