Luis Martínez

Especialista en defensa

El experto en defensa durante la entrevista en el patio del IES Rosalía de Castro. / F. M.

“Cuando empieza el primer disparo, terminan la lógica y la paz”

Este experto afirma que las guerras no solo destruyen lo que está a la vista, sino también aspectos como el histórico y político

LEIRE ARMESTO Y BRUNO BERAMENDI | Santiago de Compostela


Luis Martínez Gavilán (1970) es director de Seguridad Privada. Tiene un máster de Dirección de Seguridad en el Departamento de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona. Es Profesor de Seguridad Privada acreditado por el Ministerio de Interior de España, especializado en Protección de Personas. Fue militar, formado en el Ejército del Aire e Infantería de Marina de la Armada, desde 1987 especializándose en Seguridad y Defensa. Realizó su carrera militar en esa especialidad hasta el año 2002.


—¿Cuál es su opinión acerca de las causas sobre la situación actual en Ucrania?

—Primero, para intentar introducirnos en el tema de Ucrania, tenemos que remitirnos a la historia, no solamente a lo del 2014, con la invasión de la península Ucraniana por parte de Rusia, sino mucho más atrás. Tenemos que irnos en la historia a la segunda guerra mundial. Hay que recordar dos puntos; que Ucrania está dividida entre una sociedad que es pro-rusa, que es afín a Rusia y además proviene de Rusia, y otra que es pro-occidental, que es más de la parte de Europa. Pero en la segunda guerra mundial, la población de Ucrania, ayudó a Hitler y se persiguió y se asesinó a millones de personas en suelo Ucraniano, de ahí que ahora en las noticias se hable mucho de esa fuerza nazi o pro-nazi, que es afín al nazisocialismo o a las fuerzas de Hitler. De la segunda guerra mundial nos tenemos que ir a la Península de Crimea, a cuando el muro de Berlín cayó, cuando se rompió lo que conocíamos como la URSS. En la caída de muro de Berlín Ucrania pasó a ser un estado, y eso antes estaba bajo mandato de Rusia, de la actual Rusia, y a Rusia eso no le ha interesado, porque Ucrania, y sobre todo el mar de Azov y el estrecho de Kerch, es una salida al mar Mediterráneo, y es lo que necesita Rusia, Rusia no tiene salida al Mediterráneo, de ahí la invasión de Crimea. Esa es la explicación más sencilla del por qué de esa invasión, que no es un ataque, hay que saber diferenciar en una guerra entre un ataque o una defensa armada de una invasión; Rusia ha invadido Crimea.

—¿Cómo para un conflicto como el de Ucrania a convertirse en una guerra?

—Por la utilización de los ejércitos. Un conflicto tiene dos vías, puede tener más vías pero hay dos muy importantes, una de ellas es la vía diplomática, que es la que se ha estado utilizando desde la parte occidental, y la que se sigue utilizando, me voy a reservar mi opinión sobre este aspecto, y otra es la utilización de fuerzas armadas, de elementos armados, de ejércitos, como se suele conocer, y ese es el paso que ha utilizado Rusia, en el 2014 con Crimea, y en la actualidad con Ucrania.

—¿De qué manera benefician y destruyen las guerras desde el punto de vista económico?

—Desde todos los aspectos. Yo tengo un dicho que es; cuando empieza el primer disparo, terminan la lógica y la paz. Entonces la guerra no solo está destruyendo todo lo que vemos por la televisión, infraestructuras, ciudades, campos… Hay que tener en cuenta que Ucrania es el país más grande de Europa del este, y es lo que se conocía en la época romana como “país granero”. Es un país de agricultura y ahora mismo miles de tanques y soldados están pisoteando esa agricultura de la que subsiste esa población. Se destruye en todos los aspectos económicos, hay que tener en cuenta que ahora estamos en un mundo globalizado y lo que ocurre es el famoso efecto mariposa; lo que ocurre en un lado del planeta afecta al otro lado del planeta. Hay que recordar también y poner énfasis en que desde la guerra de Bosnia, 2ª guerra mundial y posterior guerra de Bosnia, actualmente en Ucrania, es un conflicto que está ocurriendo en suelo europeo. Siempre hemos estado atentos a esos conflictos que no han ocurrido cerca de nuestro radio de sociedad o de bienestar social en que estamos acostumbrados a vivir. Hemos conocido conflictos como en África, el anterior en 2014 como en Siria en el Estado Islámico, anteriores guerras como la israelí, como la guerra de Golfo. Pero esto está ocurriendo en suelo europeo. Desde el año de Bosnia y en la segunda guerra mundial.

—¿Y cómo afectan desde el punto de vista histórico?

—Históricamente, y yo diría que también socialmente, está afectando con unas consecuencias que vamos a ver en próximas generaciones. Vuelvo a la diferencia entre una guerra y una invasión. Cuando se hace una invasión de un territorio, el desplazamiento de esa población, no alberga ninguna esperanza de volver y encontrarse con cómo dejó su nación o el lugar donde se ha criado. Vosotros que sois jóvenes, voy a haceros el recordatorio de que muchísimos niños han sido desplazados, con lo que se les han destrozado todos sus vínculos familiares, los vínculos de donde estaban creciendo y sobre todo su educación. Al volver ya no se van a encontrar sus escuelas, no se van a encontrar su sistema de educación porque el gobierno se ha paralizado por la guerra y prácticamente el volver a recuperar ese hilo educacional y ese hilo generacional va a ser muy difícil, no se va a recuperar en años.

—¿De qué modo se ven afectados países secundarios en estas situaciones? Pensemos en este caso en lugares como Polonia, Bielorrusia, Finlandia o Rumania.

—En lo primero en lo que se han visto afectados, como así le ocurrió a Europa a Grecia y a Turquía en la guerra de Siria ha sido el desplazamiento de población. En otras entrevistas también dije que al principio, cuando hay un ataque armado o una invasión, la población civil huye. Indudablemente tiene que huir, porque lo que preserva es la supervivencia y la familia. Estos países se han visto afectados porque de la noche a la mañana no se han encontrado con un número limitado de refugiados si no que las primeras semanas se estaban hablando de millones de refugiados. Los sistemas de bienestar, los sistemas de acogimiento como asilo a través de ACNUR, se vieron superados, y los estados como Polonia, como has nombrado, se vieron superados por este cauce, esta inundación de refugiados. Ha llegado hasta aquí, hasta España. Y esto en los primeros momentos se ha visto superado. Sí que hay establecidos desde la unión europea y desde otros organismos como Acnur y ONU, hay ya mecanismos establecidos para esos refugiados pero indudablemente aún estamos en los principios, aunque ya llevemos cuarenta y tantos días de este conflicto, estamos en los principios de lo que va a llegar sobre los refugiados.

—Se trata de la segunda guerra en Europa y la más grande desde la 2ª guerra mundial. ¿Cuáles son y serán las mayores consecuencias ocasionadas por la guerra de Ucrania y por qué?

—A niveles sociales daré otro item y es que Ucrania es una cultura Eslava, no es una cultura Europea. Los eslavos, y especialmente los ucranianos, se basan mucho no solo en la agricultura si no en unos establecimientos familiares, unos vínculos familiares muy grandes. La familias eslavas se suelen regir en celebraciones como bautizos, bodas como incremento de la familia, reforzamiento de vínculos de la familia y especialmente con la agricultura. Se vive mucho allí, aunque estemos hablando de ciudades como Kiev, que aquí pueden ser como Pontevedra, se basa mucho en aldeas y pueblos y en la zona de agricultura. ¿Qué ocurre? Que ahí se ha roto ese sistema social eslavo, y ahora mismo a través de Europa se van a encontrar con que esos refugiados buscan a las familias y se van a quedar. También hay que tener en cuenta que a nivel europeo, en la 2ª guerra mundial, ya hablamos de otras épocas con esos refugiados y me remitiría a la guerra civil porque la comparación, la ola de refugiados ucranianos es muy similar en tiempo y en número a la que hubo en la guerra civil española en 1936, aunque luego hablemos de la 2ª guerra mundial. Esto va a repercutir en las políticas sociales de los países europeos, va a repercutir a nivel europeo. Ahí tenemos la noticia de países que no son miembros de la OTAN y que ahora están pidiendo urgentemente ser miembros de la OTAN, hay que aliarse siempre con los más poderosos, cuando ves amenazado tu estado de bienestar. Y estos países no están pidiendo ahora ser de la OTAN para incrementar sus ejércitos, sino porque se están viendo amenazados. Entonces el sistema de bienestar social, político y económico de Europa se ha visto indudablemente afectado por la guerra de Ucrania.

Uno de los efectos más visibles es la cantidad de refugiados que tienen guerras como la de Ucrania o Siria. ¿Qué va a suceder con los millones de exiliados que dejan esos países y qué importancia tiene y tendrá en un futuro tanto allí como en los lugares que los reciben?

Es muy importante, primero, a nivel social. Siempre estamos descritos los europeos y los españoles como muy solidarios, y así se está viendo. Yo, además, colaboro con varias organizaciones y estamos realizando ahora rutas, preparando camiones de ayuda humanitaria y aproximándonos a campos de refugiados sobre todo en Polonia, en Varsovia, y en Ucrania. Pero cambian las políticas porque a toda prisa se han tenido que activar todos los sistemas de refugiados. Europa, justo cuando se inició la invasión, tenía un presupuesto de aproximadamente 7000 millones, y se incrementó ese dinero para poder acoger a estos refugiados. Indudablemente, para la reconstrucción del país espero que finalice la guerra, aunque no vaticino que esta guerra se vaya a terminar antes del verano.

Habrá una reconstrucción del país y ya veremos cómo queda el mapa de Ucrania, si no queda partida. Es fundamental que puedan regresar a sus hogares, aunque muchísimos se establecerán en los países que los han acogido. Estos ucranianos, además, están buscando a familiares que ya están en otros países, con lo que se quedarán con esos familiares. Y esto afectará a la parte económica y, sobre todo, a las políticas sociales de estos países que van a tener que cambiar, van a tener que contemplarlo, trabajarlo y amoldarse a estas miles de personas que quedan en esos países.

Dicen que la verdad es una de las primeras víctimas de una guerra. ¿Cómo debemos gestionar la información que nos proporcionan los bandos?

Estás tocando un tema de primer orden. En las fuerzas militares, cuando hay conflictos, es fundamental la información y la contrainformación. Y todo esto se lleva a cabo a través de inteligencia y de contrainteligencia. Desde la parte civil, hay que ser muy prudentes y cuestionarnos absolutamente todo lo que nos llega, incluso aunque las fuentes de las que recibamos esa información para nosotros sean de confianza. Hay que cuestionar todas las fuentes, hay que contrastarlas y, sobre todo, sin sesgos. Cuando recibamos esta información sobre los conflictos, en especial hay que dejar muy de lado todos esos conceptos, todos esos pensamientos propios que nosotros tengamos y verlo desde otra perspectiva. Yo cuando hablo de información y de captar esa información, siempre hablo como si fuese un dron o un satélite que sube a una altitud y puede verlo desde otra perspectiva, desde un plano muy grande. Si yo soy del FC Barcelona y hablamos de LaLiga, no puedo estar sentado en el Camp Nou y siempre que reciba algo que no sea del FC Barcelona voy a pensar que es malo, y que lo mejor es el FC Barcelona. Aquí en la información, en este mundo globalizado, hay que tener en cuenta que mientras yo estoy hablando, a lo mejor se están originando miles de noticias en un segundo. Hace 20 años esto era impensable. Pues ese bombardeo de noticias puede que nos cree un velo en el que solo estemos recibiendo “flashes” de noticias y no tengamos todo el contenido.

Por eso, para poder analizar o al menos tener una base muy sencilla de analizar una información que nos esté llegando, os propongo que lo contrastéis con otras fuentes, y no solo nacionales, sino de los dos bandos e, incluso, de muchos más bandos. Yo las noticias que leo por la mañana, las recibo de noticias nacionales de España , también de Galicia, pero, para que os hagáis una idea, también leo los periódicos de Jerusalén, del Congo, de Sudáfrica, de Estados Unidos o de Japón, e intento contrastar la misma noticia desde diferentes fuentes y desde diferentes lugares del planeta.

Martínez Gavilán en una actividad de SEDEXPO (Feria Internacional de Seguridad, Defensa y Emergencias), de la que es rector. / CEDIDA

¿De qué manera cree que ha afectado el confinamiento y la pandemia a las guerras en curso y, en particular, a la de Ucrania?

La verdad es que es una muy buena pregunta porque con la guerra de Ucrania parece como si la pandemia hubiese desaparecido. Además, en el momento en el que estalló la guerra en Ucrania o la invasión, en el otro lado del mundo, en China, se estaba recluyendo una ciudad de millones de habitantes y esto parece ser que todos nos hemos volcado en esa guerra y hemos dejado de lado esa pandemia que todavía continúa. Los países han estado más volcados, incluso utilizando sus fuerzas armadas, para combatir la pandemia y apoyar a sus sociedades y se ha dejado un poco de lado el monitorear o, sobre todo, el invertir recursos económicos y políticos para contrarrestar los efectos de la pandemia.

Pienso que este es otro aprendizaje, que nos ha tocado vivir una época en estos últimos 5 años muy convulsa del planeta, un colapso que lo estamos viendo ahora a nivel económico y también a nivel global. Fijaos lo que originó un simple barco que quedó varado en el canal de Suez. , También es cierto que estamos dejando un poco de lado la pandemia y que la pandemia no desaparece.

¿Cómo influyen los crímenes de guerra en las opiniones políticas o militares?

Ahora acordaos también de la guerra de Bosnia en el año 93 tras la que se llevaron a criminales de guerra ante la justicia y del año 91, con la invasión por parte de Irak del vecino país de Kuwait, donde también se persiguió a Sadam Husein. Y ahora parece que somos excesivamente prudentes, ya que estamos entrando en un cajón en el que todo tiene que ser políticamente correcto y siempre hay que medir muy bien las palabras. Se está demostrando que se están cometiendo crímenes de guerra. Fijaos que se ha mezclado mucho la expresión crímenes de guerra con el concepto de genocidio. En la Segunda Guerra Mundial se hizo un genocidio y en posteriores conflictos también se ha hablado de genocidio. En el año 96 en Ruanda se perseguía a la población civil y ahora hay que ser prudentes en no mezclar lo que son crímenes de guerra con la palabra genocidio. Por eso debemos ser firmes con lo establecido por la comunidad internacional en cuestiones de genocidio y crímenes de guerra y tenemos que perseguirlos no solamente para erradicarlos, sino para que, en un futuro, aquellos que consideren o que crean que por ese camino pueden alcanzar poder o estatus a nivel global se lo piensen dos veces.

¿De qué modo piensa que los boicots a Rusia son útiles?

Pienso que no son todo lo efectivos que han creído o han pensado que podían ser., No han sido rápidos y no se pueden fiscalizar al cien por cien porque estamos en una economía global donde el dinero en cuestión de milésimas de segundo pasa de un lado a otro del mundo y porque hay intereses de países y de economías que son aliadas nuestras pero que también son aliadas de Rusia. Pero no confundamos aliado con amistad. Ser aliado no significa que seamos amigos, sino que compartimos intereses que nos benefician a ambos pero especialmente a mí Entonces, las sanciones realmente no son tan rápidas como creemos o queremos pensar que van a ser. En los años 80 hubo la crisis con Irán y se enemistó con Estados Unidos cuando se invadió la embajada norteamericana. Puesuno de los estudiantes de aquellos años se convirtió en presidente de Irán, pero las sanciones continúan hasta hoy. Ahora Estados Unidos parece que está reduciendo un poco esas sanciones a Irán, pero estamos en el año 2022 y, aunque esas sanciones comenzaron en los años 80, quizás no fueron tan rápidas ni tan efectivas como creíamos que iban a ser. Sí que es una piedra más en el camino de esa invasión rusa y es una bofetada más a la política económica rusa, pero tal vez no es tan efectiva como creemos que puede ser.

¿De qué modo afecta a las personas presenciar una guerra y qué efectos tiene posteriormente?

Muchísimas. A las personas como yo o como los que nos están acompañando, nos crea inseguridad. Tengo una hija pequeña y, desde que ella está escuchando sobre estos conflictos y estas guerras, me pregunta por la muerte. Hay niños que piensan en el futuro, que piensan en lo que quieren ser de mayores aunque sea princesa o sirena, pero últimamente la infancia está pensando en la muerte. Mira al cielo y está pensando en si caen bombas y preguntan incluso a sus padres si la guerra de Ucrania puede llegar aquí. Y eso crea un estado de inseguridad, un estado de conflicto psicológico en las personas que además tiene un efecto contagio a nivel de la sociedad. No empezamos a poner en cuestión si lo establecido ahora, nuestro estado de bienestar, nuestro gobierno, nuestros gobernantes, nuestros ejércitos, nuestros hospitales, son capaces o van a ser capaces de ayudarnos o de protegernos. En caso de un conflicto ese estado de inseguridad tiene un efecto devastador en las personas.

¿Cómo cree que puede afectar la guerra mentalmente a las personas que viven en los países más afectados?

Por nuestra parte estamos recibiendo información de que la población rusa no se está enterando de que hay una guerra, aunque la verdad es que me hace dudar bastante lo de que población rusa no esté recibiendola porque hay internet en Rusia y también porque en Ucrania hay cientos de miles de soldados y esos cientos miles de soldados tienen cientos de miles de familias, de madres, de esposas e hijos que saben que sus esposos, maridos o hermanos están en el frente. Entonces, afecta a los países limítrofes con Ucrania a todos los niveles que haya un conflicto o una guerra. Volvemos otra vez a los aspectos como la inseguridad y la incertidumbre.

¿Cómo piensa que terminará el conflicto actual en Ucrania?

Es una pregunta que no tiene una certeza en su respuesta, pero sigo confiando y no pierdo la esperanza de que la diplomacia, sobre todo, cambie de marcha, ya que tiene que aumentar la velocidad y la solidez en sus movimientos. A mí me parece que los políticos europeos son muy rápidos pensando pero muy lentos en sus movimientos y que tienen que ser más rápidos en moverse. Estamos dando tirones de orejas a Putin y llevamos mucho tiempo dándole tirones de orejas, pero el lobo Putin está mordiendo y ya sabéis lo que ocurre, ¿no? Cuando un animal muerde, a veces un buen manotazo a tiempo hace que pare, y yo espero que la diplomacia alcance los objetivos de la diplomacia, que es llegar a un acuerdo y a un consenso entre todos sin disparar una sola bala. Pero ahora ya veis el movimiento de entregar armas a Ucrania para que se defiendan, porque, si la diplomacia falla, los ejércitos tendrán que hacerle frente.

En el futuro, ¿de qué manera podrían acabarse o al menos reducirse las guerras?

Estados Unidos fue uno de los países que vaticinó que iba a haber este ataque y la diplomacia tiene que trabajar para ir un poquito más rápida, para ir por delante de estos conflictos que estamos teniendo en el siglo XXI. Por lo tanto, se tiene que seguir trabajando a nivel diplomático y a nivel político para llegar a un consenso, porque parece mentira que en el siglo XXI una organización como las Naciones Unidas no haya dado un paso al frente, no sólo ante Ucrania, sino ante muchos más conflictos. Falta todavía rapidez de movimientos.