2.2 Ser persona y saber convivir

Cuando hablamos de las personas, lo primero que nos viene a la cabeza es que son diferentes de los animales. Las mascotas, definitivamente, no son personas. La razón es que las personas son inteligentes, y son capaces de reflexionar antes de hacer algo, se dan cuenta de lo que hacen y de las consecuencias que eso puede tener para ellos y para los demás. 

Pueden hacer proyectos y sostenerlos en el tiempo, de un modo diferente al de los animales que están determinados por naturaleza por el instinto.

La segunda cosa que tal vez hayas pensado es que las personas son libres. Esto quiere decir que cuando tratamos con ellas nunca sabemos exactamente cómo van a respondernos. Cada persona reacciona de un modo distinto ante las mismas cosas. También esto nos diferencia de los animales, cuyos comportamientos son más previsibles.

Lo tercero que podríamos aportar es que las personas tienen sentimientos. Son diferentes de los objetos que ni sienten ni padecen.

Lo cuarto es que las personas son únicas. Lo cierto es que sabemos que todas las personas tienen eso que se llama personalidad, que son las características que las hacen diferentes unas de otras. Unas son altas, rubias, generosas y valientes, otras son morenas y tienen sentido del humor y les gusta el tenis y hablan inglés. Y así todo. Esto es lo que llamamos personalidad, como el conjunto de características que determinan el ser y el actuar de alguien. Eso que llamamos personalidad tiene dos aspectos; por un lado, distinción, porque la personalidad de alguien es distinta a la de todos los demás. Por otro lado, la personalidad implica persistencia, porque dura a lo largo del tiempo y se muestra en situaciones diversas.

Así que, en respuesta a lo anterior, ya tenemos una idea de lo mínimo que tendríamos que darle a nuestro robot para considerarlo una persona:

• INTELIGENCIA

• LIBERTAD

• SENTIMIENTOS

• PERSONALIDAD.

Que las personas son únicas también significa otra cosa. Las cosas, los objetos, son fácilmente reemplazables. Un reloj puede ser sustituido por otro, y si una mesa o una televisión se rompe podemos comprar otra igual o incluso un modelo mejor. Pero con las personas no ocurre lo mismo. Cada persona es única e insustituible, y la pérdida de una persona no puede nunca ser reemplazada por otra.

Por ello decimos que las personas no tienen precio, sino un valor único que las hace dignas de respeto y compasión. A ese valor se le llama dignidad.

Uno de los más importantes filósofos, Immanuel Kant, se refirió a la dignidad humana con estos términos:

“El ser humano, considerado como persona, está situado por encima de cualquier precio, porque, como tal, no puede valorarse solo como medio para fines ajenos, incluso para sus propios fines, sino como fin en sí mismo; es decir, posee una dignidad (un valor interno absoluto), gracias a la cual infunde respeto a todos los demás seres racionales del mundo, puede medirse con cualquier otro de esta clase y valorarse en pie de igualdad.”

I. Kant, Metafísica de las costumbres.

En esta unidad vamos a estudiar el concepto de persona, así como las características que la definen. El conocer las características de las personas nos tiene que ayudar a establecer en qué medida la libertad y autodeterminación del individuo, unido a la adquisición de valores, ayudan en la construcción de la propia identidad personal y la creación de la autoestima.

Actividad 1. Contesta a las preguntas en tu libreta.

1/ Si solo pudieses tener un hobby, ¿cuál sería?

2/ ¿Cuáles son las palabras que más utilizas?

3/ ¿Cómo te describirías en 3 adjetivos?

4/ ¿Cómo serían tus vacaciones ideales?

5/ ¿Si tuvieras que transformarte en uno de tus amigos, ¿quién sería y por qué?

6/ ¿Cuál era tu serie de dibujos animados favorita? ¿Por qué?

7 ¿Qué tres cosas aprecias más en una persona?

8/ Si pudieras aprender a hacer algo nuevo, ¿qué elegirías?

9/ Si pudieras ser un animal, ¿cuál serías? ¿Por qué?

10/ Escribe tres cosas que la gente aprecie de ti.

11/ Describe lo que hay debajo de tu cama.

12/ ¿Cuál es la parte de tu cuerpo que más te gusta?

13/ Si fueras un superhéroe ¿qué superpoder tendrías?

14/ ¿Cuál es tu sitio preferido?

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Actividad 2. Definición de persona.

Busca una definición de persona y cópiala en tu cuaderno.

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Actividad 3 La capacidad de decidir.

Lee los siguientes dilemas morales y justifica, en tu cuaderno, cómo actuarías tú en cada uno de ellos.

DILEMA 1. Acabas de terminar la Educación Secundaria Obligatoria y quieres hacer un Ciclo de Grado Medio pero tus padres te obligan a que hagas Bachillerato porque piensan que con esta opción tendrás un futuro mejor. Ellos no están dispuestos a ceder en su decisión. ¿Qué piensas hacer ante esta situación?

DILEMA 2. Por fin han llegado las navidades y tienes la oportunidad y los medios necesarios para viajar a Londres (a donde tú siempre has querido ir). Por otro lado, el padre de tu novio/a está muy enfermo y te pide que no vayas al viaje para que la acompañes durante estos días. ¿Qué harás teniendo en cuenta que es muy posible que no tengas otra oportunidad para visitar Londres?

DILEMA 3. ¿Estás de acuerdo con Robín Hood?: robar a los ricos para dárselo a los pobres.

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Actividad 4. El ser humano como ser social.

Lee el texto y contesta en tu cuaderno a las preguntas.

El hombre es un ser social, al relacionarnos con los demás, los seres humanos nos socializarnos, es decir, asimilamos ciertos aspectos del grupo al que pertenecernos y aprendemos a vivir como uno más, al tiempo que asimilamos una cultura. Por este motivo, nuestro estilo de vida, nuestra forma de pensar, nuestras creencias, etc., pueden explicarse en buena medida por la sociedad y el grupo social al que pertenecernos.


C. CARRASCO y OTROS Ciencias Sociales 2o: ESO, Proyecto Exedra Oxford Educación

a. ¿En qué consiste ser un ser social?

b. ¿Es el ser humano un ser social o antisocial? escribe una redacción expresando tu opinión.

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Actividad 5.  Concepto de identidad personal.

La identidad de uno persona está constituida por infinidad de elementos que evidentemente no se limitan a los que figuran en los registros oficiales. La gran mayoría de la gente, desde luego, pertenece a una gran tradición religiosa; a una nación, y en ocasiones a dos; a un grupo étnico o lingüístico; a uno familia más o menos extensa; a una profesión; a una institución; a un determinado ámbito social Y la lista, no acaba ahí, sino que prácticamente podría no tener fin: podemos sentirnos pertenecientes, con más o menos fuerza, a una provincia o a un pueblo o a un barrio, a un clan a un equipo deportivo o profesional, a una pandilla de amigos, a un sindicato, a una empresa o a un partido, a una asociación, a una parroquia, a una comunidad de personas que tienen las mismas pasiones, las mismas preferencias sexuales o las mismas minusvalías físicas o que se enfrentan a los mismos problemas ambientales. No todas esas pertenencias tienen, claro está, la misma importancia, o, al menos, no la tienen simultáneamente. Pero ninguna de ellas carece por completo de valor. Son los elementos constitutivos de la personalidad, casi diríamos que los “genes del alma”, siempre que precisemos que en su mayoría no son innatos. Aunque cada uno de esos elementos está presente en gran número de individuos, nunca se da la misma combinación en dos personas distintas, y es justamente ahí donde reside la riqueza de cada uno, su valor personal, lo que hace que todo ser humano sea singular y potencialmente insustituible.

Amin Maalouf

a) ¿Cuál es la idea principal del texto?

b) Teniendo en cuenta lo que has leído en el texto, ¿cómo definirías la identidad personal?

c) ¿Qué diferencias son más importantes para la construcción de la identidad personal, las que tenemos al nacer o las que son resultado de la educación recibida y la cultura en la que vivimos?

d) ¿Quién es Amin Maalouf?

Amin Maalouf Nacimiento  25 de febrero de 1949Beirut, Líbano
En su ensayo Las Identidades que Matan, se indigna del comportamiento humano según el cual la afirmación de sí mismo va emparejada de la negación del otro. 
Humanista, Amin Maalouf está convencido de que el hombre puede ser fiel a los valores heredados sin sentirse amenazado por los de los que le rodean.