UD 14: El sentido de la existencia

1. Introducción: ¿Qué sentido tiene la vida?

¿El sentido nos viene dado?

Esta es una pregunta típica de la filosofía pero ¿Qué significa exactamente? La vida tiene sentido si se orienta a un fin si va en una dirección (una persona, una afición, un proyecto). Para una persona religiosa el sentido de la vida es Dios, que nos ha puesto en este mundo para preparar nuestra vida futura en el más allá.

Una vida con sentido es aquella que se implica en proyectos. Los proyectos son objetivos que nos hemos propuestos libremente. Los proyectos son aquellos que quiero cumplir por medio de mis acciones. La vida adquiere sentido cuando se encamina a alcanzar los objetivos que te consagras libre y competentemente. Podemos proponernos proyectos que van más allá de nuestra propia vida pero eso no le resta sentido. Tener proyectos y perseguirlos tiene tanto sentido como cumplirlos.

Actividad 1. Responde en tu cuaderno:

¿Qué sentido tiene la vida? ¿Qué vida consideras que es una vida buena?

¿Y una vida con sentido?

Actividad 2. Actividad grupal. Debate.

¿Es posible copiar de alguien el sentido de la vida?

2.- El sentido de la vida y los valores

Cuando conseguimos nuestros proyectos aumenta nuestra satisfacción y nuestra felicidad. El sentido de la vida no aumenta ni disminuye dependiendo de la consecución de mis objetivos, una vida infeliz, una vida en la pobreza puede ser una vida con sentido. Por eso el sentido de la vida se revela incluso superior a valores como la felicidad.

Aunque el cumplimiento de los objetivos que nos hemos propuesto es una fuente de felicidad, lo importante es que los objetivos que nos hemos propuesto en nuestra vida los hayamos elegido nosotros.

Una vida con sentido no es una vida valiosa, tampoco es lo mismo que una vida feliz, una vida buena o buena vida. Puede darse una vida que tenga sentido, pero no pueda decirse que sea feliz, sea cual sea nuestra concepción de felicidad.

Nadie más que yo puede conseguir mis objetivos,

la búsqueda y la consecución de mis objetivos es lo que da sentido a mi vida.

¿Todos los proyectos merecen la pena?

Una vida sin bienes puede tener sentido. Una vida orientada a objetivos sin importancia o repetitivos también puede tener sentido, incluso una vida orientada a objetivos malvados puede tenerlo.

Sin embargo una vida regida por objetivos insignificantes sería una vida desaprovechada y una vida con objetivos malos es una vida inmoral.

Encaminar la vida conscientemente hacia objetivos inmorales o sin importancia, pese a poder orientarlos hacia objetivos más enriquecedores, es una insensatez. Es desaprovechar la vida, porque en el fondo lo que vales más en la vida, es la vida misma.

Actividad 3

Hay quien piensa que es mejor ser inmortal que morir. ¿Qué opinas?

3.- Entender la vida

La vida está limitada en el tiempo, excepto algunas bacterias que son capaces de multiplicarse indefinidamente y de algunos cultivos celulares, los seres vivos caducan.

Tiempo y existencia

Dado que somos seres autoconscientes, a la dimensión cronológica se le añade otra dimensión del tiempo más importante: la temporalidad, el tiempo vivido, el tiempo experimentado en la conciencia.

En la conciencia el tiempo no homogéneo, se alarga, se escapa, se detiene. En el momento que te sentiste independiente podemos decir que empezó tu existencia, la experiencia consciente del tiempo se puede dividir en presente, pasado y futuro. El pasado no lo podemos modificar y el futuro es incierto, porque todavía no es. Lo único que existe es el presente.

No somos meros observadores de nuestra vida, nuestra vida no es un videojuego, en la existencia debemos actuar, soy yo el que actúo pero no podemos volver a empezar cuando termina la vida.

La muerte

La muerte significa el final de la vida. La muerte significa la aniquilación del yo futuro y de todos sus planes, así como la supresión del presente, sólo permanece el pasado inerte, nuestra biografía. Los sentimientos ante la muerte ajena son de tristeza, apatía. La propia muerte se nos presenta como algo imposible. No podemos concebir la aniquilación que significa. La propia muerte también puede generar angustia.

4.- La vida carece de sentido: pesimismo vital

Arthur Schopenhauer (1.788-1.860) siguiendo la influencia de las filosofías orientales considera que el mundo en su expresión más íntima es simplemente el movimiento ciego de la vida que busca perpetuarse (que él denomina la voluntad) Desde esta perspectiva la vida no tiene ningún sentido porque es un simple fruto de su propio devenir ciego. En cambio el ser humano, buscando el sentido de las cosas, no hace otra cosa que desear, establecerse metas, que una vez satisfechas llevan a plantear otras nuevas sin alcanzar nunca satisfacción plena porque el sentido último que busca no existe. De esta concepción se deriva inevitablemente un profundo pesimismo puesto que la frustración y el dolor son esenciales al hombre.


Aun cuando el hombre, tras múltiples esfuerzos, consigue mitigar o escapar momentáneamente del sufrimiento, termina por caer, de manera inexorable, en el insoportable vacío del aburrimiento. De ahí que la existencia humana sea un constante pendular entre el dolor y el tedio, periplo éste que la inteligencia sólo puede anular a través de una serie de fases que conducen, progresivamente, a una negación consciente de la Voluntad de vivir.


Es por ello por lo que Schopenhauer propone una huida del mundo. Con todo, no aprueba el suicidio como camino, ya que el suicida no renuncia a la vida en sí misma, sino a la que le ha tocado vivir en condiciones desfavorables. Por lo tanto, el filósofo reconocerá como válidas sólo tres alternativas para escapar y huir de este mundo sin sentido, que jerarquiza según el grado de aniquilación de la Voluntad implicado en cada una de ellas:


-La contemplación de la obra de arte como acto desinteresado.

-La práctica de la compasión.

-La autonegación del yo (similar al nirvana) mediante una vida ascética.


El existencialismo francés, corriente filosófica del siglo XX, nos ofrece una visión también de este tipo. Parte de la idea de que el ser humano no tiene esencia, algo permanente y, por tanto, el hombre está obligado a hacer, a construir, a crear su vida. Ha de encontrar su propio sentido individual, pero sabiendo que la definición que dé es una pura ficción creada por él, la vida es absurda.


La total gratuidad de la existencia aparece claramente de manifiesto en la novela de Jean Paul Sartre (1.905-1.980) La Náusea. El ser es contingente, existe pero podría no ser, no hay ninguna razón de que exista; el ser simplemente existe. Es inútil intentar explicarlo mediante un Dios o un ser necesario. No existe ninguna razón para nuestra existencia, lo que lleva a afirmar la absurdidad de todo cuanto existe. “la vida, dice Sartre, es una pasión inútil”.

5.- Sentido trascendente o sentido abierto

La vida tiene un sentido trascendente.


Karl Jaspers (1.883-1.969) es un filósofo alemán también existencialista. Según él, la filosofía es la toma de conciencia que el ser humano hace de su existencia en el mundo. Los sufrimientos, la angustia ante la muerte, nos hacen descubrir que el sentido de nuestro ser sólo puede radicar en una trascendencia divina, que, no obstante, sólo podemos débilmente intuir.


Miguel de Unamuno (1.864-1.936), filósofo y escritor español, también está influido por el existencialismo contemporáneo. Su pensamiento se centra en la reflexión acerca del anhelo de inmortalidad que descubre en su ser; este hecho le lleva a afirmar que sólo es posible hallar un sentido a la existencia humana si existe el Dios capaz de colmar su aspiración más profunda: la inmortalidad. La tragedia de la vida humana es la incertidumbre de la razón a este respecto.

La vida tiene el sentido que le dé el hombre.


Friedrich Nietzsche (1.844-1.900). Considera que la única realidad existente es en la que vivimos y que percibimos por los sentidos. Afirmar la existencia de un más allá salvador hace vivir al ser humano de la manera más baja, inferior, pobre. El hombre teme a la vida, que es continuamente cambiante y vital, le da miedo los peligros que la vida conlleva, y a consecuencia de ello, se inventa otra vida, un más allá que le recompense de las desdichas. Por ello critica la moral cristiana, porque para él defiende valores contrarios a la vida. Los valores del cristianismo como la humildad, la resignación, la renuncia,... imposibilitan vivir en plenitud. La idea de Dios limita y coarta las posibilidades del ser humano, su realización: "Dios ha sido el vampiro de la vida". Cuando el hombre tenga el valor de reconocer la inexistencia de Dios, al “sentido del cielo”, del más allá cristiano, que niega la vida y la empobrece haciéndonos esclavos de la moral cristiana se afirmará el "sentido de la Tierra" tomar conciencia de que ésta es la única vida que existe.


Esto debe significar el nacimiento de un ser humano nuevo, capaz de decir sí a la vida, con todas sus consecuencias: lo bueno pero también lo trágico y terrible, es lo que él denomina el "amor fati", amor al destino, a la vida. Así cada ser humano se define a sí mismo a través de los valores que crea (en el caso del superhombre) o ante los que se arrodilla y negando su propia vida (en el caso del cristiano).


Karl Marx (1.818-1.883). Se muestra también crítico con el cristianismo y la religión en general. Considera que han sido el "opio para el pueblo" porque adormecen las conciencias de los trabajadores haciéndoles soñar con un más allá, que no existe, y justificando su sufrimiento en este mundo por la felicidad que este sufrimiento les va a garantizar en el otro. Sin embargo, para Marx, el sufrimiento, la injusticia, las desigualdades económicas no se produce por voluntad de ningún Dios, sino que son causadas por una sociedad injusticia, que se puede cambiar.


El sentido de la vida para Marx, por tanto, no es sino buscar la vida buena, es decir tener una relación armoniosa y enriquecedora con la naturaleza, los otros hombres y consigo mismo; pero ésta no se dará en su plenitud hasta que todos los hombres instauren una sociedad igualitaria en la que todos puedan satisfacer tanto sus necesidades materiales (primordial para Marx), como las espirituales. En este sentido manifiesta que difícilmente un hombre que no tiene sus necesidades satisfechas y que no ha recibido educación suficiente, se va a preocupar por apreciar una obra de Bach. Es necesario, por tanto, empeñarse en su consecución para crear la sociedad de hombres libres e iguales.


Leszek Kolakovski (1.927-2009). Para él la respuesta al problema de la existencia debe partir del reconocimiento de los factores que el ser humano no puede alterar. Pero cuanto mayor sea la participación de la persona en su vida, individual y colectiva, tanto mayor será la plenitud de sentido que podrá alcanzar.

Actividad 4. Responde

¿Vivir es lo mismo que existir?

Recursos didácticos

Ud 14 El sentido de la existencia

Presentación de la UD

Ortega y Gasset