UD 5. La inteligencia

La inteligencia

El término inteligencia, en su uso corriente, tiene una multitud de significados y muchos han sido los autores que han intentado su definición.

Para Galton, en el siglo XIX, la inteligencia es una aptitud cognitiva general que determina el éxito o fracaso de un sujeto ante cualquier tarea. Según él, se trataba de una cualidad biológica, y la herencia constituía el factor que determinaba las diferencias entre la inteligencia de las personas.

A principios del siglo XX, el foco de atención se centró en lograr instrumentos que midieran las diferencias de inteligencia interindividuales. Mac. Keen Cattell desarrolló una batería de test para evaluar la inteligencia de las personas, y fue pionero en el concepto de prueba mental. Según Alfred Binet, no se puede dar una sola definición de inteligencia, sino que deben sumarse las diferentes aptitudes mentales, y, aunque no negaba la influencia de los factores genéticos, consideraba también la influencia social. Thédore Simon, colaborador de Binet, afirmaba que todo los niños siguen un mismo patrón de desarrollo intelectual, y que las diferencias las determinaba la velocidad en la adquisición de las capacidades potenciales. El mayor avance de Binet y Simon lo supuso la creación del concepto de edad mental, es decir, la edad cronológica que corresponde a un nivel característico de rendimiento.

Terman adaptó las teorías de Binet y Simon a la medida de la inteligencia, y Stern formuló el concepto de cociente intelectual (CI), que es el resultado de dividir la edad mental (EM) entre la edad real o cronológica (ER) y, para facilitar su lectura, multiplicar el resultado por 100.

Howard Gardner

Una  de  las  últimas  aportaciones (1983)  es  la Teoría de la Inteligencias Múltiples,de Howard Gardner, que  entiende  la  inteligencia como conjunto de capacidades (inteligencias) que marcan las potencialidades de cada individuo, trazados por las fortalezas y debilidades en toda una serie de escenarios de expansión de la inteligencia que no es una cantidad que se pueda medir con un número  como lo es el cociente  intelectual (CI)  sino  la  capacidad  de ordenar los pensamientos y coordinarlos  con  las  acciones,  resolver  problemas,  elaborar productos  valiosos en una o más culturas, etc. Estas potencialidades se desarrollarán según el contexto sociocultural.

Inteligencias múltiples

Según esta teoría cada persona tiene siete inteligencias, habilidades cognoscitivas que trabajan juntas, aunque como entidades semiautónomas. Cada persona desarrolla unas más que otras dependiendo del contexto de desarrollo:

1.Inteligencia lingüística. Capacidad para hablar, escribir, leer, contar cuentos o hacer crucigramas.

2.Inteligencia lógico-matemática. Capacidad para usar patrones de medida, categorías y relaciones, resolución de problemas aritméticos, juegos de estrategia y experimentos.

3.Inteligencia visual y espacial. Capacidad para interpretar el espacio, imágenes, dibujos, juegos constructivos, etc.

4.Inteligencia musical. Capacidad para entender e interpretar canciones, sonidos, música. 

5.Inteligencia corporal cinestésica. Facilidad para procesar el conocimiento a través de las sensaciones corporales: actividad física, fuerza, rapidez, flexibilidad,coordinación óculo-manual y equilibrio.

6.Inteligencia interpersonal (inteligencia social). Capacidad de comunicación con los demás, relaciones interpersonales, empatía, liderazgo, etc.

7.Inteligencia intrapersonal. Capacidad de autoconocimiento (reacciones, emociones y vida interior.)

8. Gardner añadió posteriormente una octava, la inteligencia naturalista o de facilidad de comunicación con la naturaleza; que consiste en el entendimiento del entorno natural y la observación científica de la naturaleza como la biología, geología o astronomía.

Teoría del desarrollo cognitivo

Otra teoría importante sobre la inteligencia es la Teoría del desarrollo cognitivo, de J. Piaget (1896 – 1980), según la cual la evolución del pensamiento y el desarrollo cognoscitivo no es un proceso continuo (lineal) sino que se produce mediante una sucesión de períodos o estadios en los que se configuran determinados esquemas característicos y en los que se generan las condiciones para que se produzca el salto al próximo estadio, caracterizado de una nueva manera y por nuevos esquemas. En algunos estadios prevalece la «asimilación (interiorizar un objeto o un evento a una estructura comportamental y cognitiva preestablecida), y en otros la acomodación (o ajuste de esquemas cognitivos). En todo el proceso hay una interacción entre la base biológica del individuo (genética) y la realidad contextual (medio) en la que ese individuo se desarrolla.


Inteligencia emocional

En los últimos años, se está adoptando una visión de la inteligencia en la que se incluye, como una de sus partes esenciales, los componentes de tipo “personal” o emocional. Aparece así la Teoría de la Inteligencia Emocional, de Daniel Goleman, entiendo la inteligencia emocional como la capacidad para dirigir de manera inteligente las emociones y sentimientos. El origen de estas investigaciones está en el hecho de que muchas personas que mostraron alto nivel intelectual en los tests eran incapaces de mantener unas relaciones afectivas adecuadas con las personas de su entorno, lo que indicaba, que no eran tan inteligentes como mostraban las pruebas o bien la inteligencia no les sirve para gran cosa. Otra investigación con niños pequeños donde se estudiaba su aguante para recibir un premio (con golosinas) reveló, después de unos años, que esa capacidad para aguantar el retraso de la gratificación es una habilidad fundamental, un triunfo del cerebro pensante sobre el impulsivo, es resumen, es un signo de inteligencia emocional; y no queda reflejado en una prueba de inteligencia.

La inteligencia emocional se compone de diversas capacidades o habilidades:

-Conciencia emocional o AUTOCONCIENCIA: identificar las emociones, sentimientos y estados de ánimo en nosotros mismos y en los demás. Intentar comprender las causas y consecuencias de esas emociones y sentimientos (¿por qué sentimos lo que sentimos?), evaluar la intensidad...

-Regulación emocional o AUTOCONTROL: regular de forma positiva nuestras emociones, sentimientos y comportamiento mediante el razonamiento (diálogo interno); la tolerancia a la frustración, el manejo de la ira, la capacidad para retrasar las gratificaciones, habilidades para afrontar situaciones de riesgo (inducción al consumo de drogas, violencia...), el control del estrés, el desarrollo de la empatía y la asertividad, la reestructuración del pensamiento, etc.

-AUTOGESTIÓN PERSONAL: autonomía personal (saber tomar decisiones), autoestima (autoconcepto y autoestima: imagen que tenemos de nosotros mismos y la valoración que hacemos de esa imagen), automotivación, actitud positiva y constructiva, responsabilidad ante decisiones y comportamiento, análisis crítico sobre normas sociales, resiliencia (afrontar situaciones adversas.)

-COMPETENCIA SOCIAL: habilidades sociales básicas (saludar, despedirse, dar las gracias, pedir un favor...), respeto por los demás, comunicación receptiva y expresiva (saber escuchar y dialogar...), cooperación, empatía (capacidad para ponerse en el lugar de los demás, “sentir con los demás”, identificar sus emociones y estados de ánimo e intentar comprenderlas para actuar en consecuencia), asertividad (defender y expresar los propios derechos, opiniones y sentimientos de forma adecuada con respeto y sinceridad, saber decir NO claramente y mantenerlo, hacer frente a la presión del grupo y evitar coacciones, demorar la toma de decisiones en circunstancias de presión), anticiparse a situaciones de conflicto y saber afrontarlas (diálogo y negociación teniendo en cuenta la posición de los demás), gestionar y reconducir situaciones emocionales en los demás que requieren regulación, etc.

-Competencia para la vida y el bienestar o BIENESTAR SUBJETIVO: fijar objetivos positivos y realistas, tomar decisiones adecuadas, buscar ayuda y recursos, ciudadanía activa, cívica, responsable, crítica y comprometida; gozar de forma consciente de bienestar subjetivo y procurar transmitirlo a los demás, contribuir al bienestar de la comunidad (familia, amigos, sociedad), generar experiencias óptimas en la vida profesional, personal y social (fluir), programación neurolingüística (PNL), APRENDER A SER FELIZ.

Los beneficios  de  la  inteligencia  emocional son variados en el ámbito personal y profesional: equilibrio  emocional,  mayor  rendimiento intelectual; mayor  eficacia  personal,  social  y  laboral; facilita  el  estudio;  mejores  relaciones  de  amistad  y  en  la  vida  en  pareja;  prevención  de salud (menos tensión  y  estrés,  manejo de  ansiedad  y  depresión,  etc.) En  definitiva, influencias  en  el bienestar  y la felicidad. Por ello sería conveniente darle mayor importancia en la educación.

Actividades

¿Podemos medir la inteligencia?

El  interés  por  conocer  las  diferencias  que  tenemos  los  seres  humanos  en  cuanto  a  capacidad intelectual surgió a finales del siglo XIX (Galton). En 1.905 Binet  y Simon crearon una escala de inteligencia que,  según el propio Binet, más que  medirlo que hace es clasificar las capacidades intelectuales. Sin  embargo,  sus  seguidores  no  siguieron  sus  interpretaciones y  pensaron  que estaban realmente midiendo la inteligencia.   

Desde entonces  han aparecido distintos tipos de escalas o tests de inteligencia,  entre los más utilizados,  además  de  éste,  son  los de Stanford-Binet y los de Wechsler.

La  Escala  de Inteligencia  Stanford-Binet es una versión modificada de la Binet-Simon, y  se  compone de  una serie  de  ítems  que  miden capacidades y conocimientos. Para  medir  la  capacidad  intelectual se  utiliza  habitualmente  el  llamado cociente  intelectual  (C.I.)  que  es  un índice que   establece   una   relación entre  la  edad  cronológica  y  la  edad mental  de  una  persona.  El  C.I.  se obtiene  dividiendo  la  edad mental  de una persona,  dada por su rendimiento en el test, por su edad cronológica y multiplicando el resultado por 100. El C.I. medio es  de  100, número que resulta  de  hallar  el  cociente  de  una  misma  edad  cronológica  y  mental. Según  esta  escala,  una  persona  con  más  de  140 puntos  es un superdotado,  de  130  a  139  muy alto, de 120 a 129 alto, de 110 a 119 medio alto, de 90 a 109 medio, de 80 a 89 medio bajo, entre 70  y  80  se consideran  casos  límite  o  borderlines,  entre  50  y  69  debilidad  mental,  entre  25  y  49 deficiencia, y de 0a 29 deficiencia grave.

¿Cómo podemos interpretar esta medida de la inteligencia? 

Desde  hace  aproximadamente dos décadas se está poniendo en duda la idea de que los tests  sirven para  medir  la inteligencia.  Según  J. Delval,  los fundamentos  de  los  tests  son bastante  endebles  pues  aunque  intentan  medir  la inteligencia no se explican los procesos que subyacen a la conducta inteligente. Otro de los problemas de los tests de inteligencia  es  que  tienen  un fuerte  sesgo cultural  en  cuanto  a  su  contenido  y  a  la manera  de  plantear  los  items,  así como los términos empleados (investigación de Goddard aplicando tests de inteligencia a inmigrantes que llegaban al puerto de Nueva York y que establecía que el 83 % de los judíos, el 80 % de los húngaros, el 79 % de los italianos y el 87% de  los  rusos  que  llegaban eran débiles mentales.  Muchos  de  ellos  fueron  devueltos  a  su  país.  Después  se comprobó que  muchas  respuestas  erróneas se  debían  a  que  el test  no  estaba  adaptado  a  esas  poblaciones  y  se les planteaba cuestiones de las que nunca  habían  oído  hablar.  Es cierto que se ha  tratado  de corregir  este  defecto,  sin embargo, no existen tests que sean independientes de la cultura. Desde  hace  unos  años se  está  trabajando con otras perspectivas.  Se  trata de investigar sobre las diferencias individuales que están en la base de la obtención de las distintas puntuaciones en un test, mediante el análisis de los procesos de atención, memoria  o  razonamiento.  Si  una persona  obtiene  una  puntuación  baja  en  un  test  de razonamiento numérico, este dato nos indica que su capacidad en esa área es inferior a la de la media de la población, pero lo importante es saber cuál es su déficit específico, conocer qué proceso intelectual ha fallado. ¿Tiene problemas de concentración  y  atención?  ¿Posee  una  mala  memoria?  ¿Su problema  es  que  no  ha  entendido  el  enunciado  de  la tarea? A estas preguntas fundamentales no responden los tests, pero es fundamental poder responderlas.

Actividades

https://www.psicoactiva.com/tests/test-inteligencia-ci.htm#inicio

¿Cuáles son las características de la misma? ¿Qué función cumple? ¿ Que es el CI y cómo se calcula?