Por: Adriana Flores y Adriana Tello
Para algunos, llegar a un lugar nuevo es una experiencia chocante y abrumadora, que trae consigo cierto temor y expectativa a las nuevas experiencias, sobre todo en lo social.
Aiden, procedente de Lima, tuvo que despedirse de su hogar para intentar adaptarse a un nuevo entorno, estudios universitarios en la ciudad de Piura. El proceso fue muy difícil debido a los desafíos con los que se tuvo que enfrentar como: adaptarse a nuevos espacios, conocer nuevas personas, tratar de entender las nuevas costumbres, vivir con familiares que apenas conoce, con un clima caluroso y, con el sentimiento de que su padre, con quien tiene más confianza, vive en Lima por motivos de trabajo. Todo esto desencadena en Aiden un fuerte sentimiento de soledad y desconfianza frente a su entorno.
Fue el calor abrasador una de las complicaciones que tuvo que afrontar en su llegada ya que ni siquiera el agua podía saciar su sed. Su primer día de clases le resultó estresante debido a la amplitud del campus y a la cantidad de gente desconocida que circulaba por ahí. A pesar del gran tamaño de la universidad, lo que más le llamó la atención fue la extensa naturaleza siendo eso lo único que le daba felicidad y cierta paz.
Sin embargo, todo esto cambió cuando conoció a dos chicas, quienes de manera muy amable y amigable se acercaron a ella con el fin de entablar una amistad, y que con el paso del tiempo pasarían a ser sus amigas más cercanas. Con ellas pasaría la mayor parte de su estancia, compartiendo momentos que guardaría en su corazón y haciendo a su vez, que la adaptación al nuevo lugar sea menos solitaria.