Por: Luciana Olaya López y Maricielo Campos García
Todo ser humano posee el derecho de recibir atención médica de buena calidad, sin embargo, en nuestro país, el acceso al servicio de salud público de calidad es un gran desafío de la administración estatal. En Piura, esta problemática no es ajena a nuestros hospitales, pues nos revelan crudas verdades, una de ellas se deja ver en el área de emergencias del Hospital Regional José Cayetano Heredia. La realidad que viven los enfermos en la sala de espera es deplorable.
Cuando llegan los pacientes con sus familiares, se ven obligados a esperar durante días e incluso semanas en una reducida sala de espera, durmiendo sin conocer la comodidad. Suele pasar que cuando la sala está repleta no hay otra opción que sentarse a la intemperie, soportando el inclemente sol y las frías noches. La situación se torna aún más lamentable cuando son los bebés y niños que las familias tienen consigo quienes también sufren porque este ambiente no es el adecuado para ellos.
Gran parte de estas familias proceden de zonas rurales de las provincias de Piura, como Huancabamba, Paita y Sechura. La necesidad de recibir atención médica, la falta de recursos económicos y la ausencia de equipamiento en los centros de salud de sus pueblos o comunidades les obliga a recurrir al hospital Regional de Piura.
En esta sala de espera, donde el dolor y la esperanza se entrelazan, descubrimos expresiones de humanidad en la capacidad de resistir, amar y cuidar. Es aquí donde la compasión y la diligencia profesional son más necesarios que nunca, pero también la sala de espera nos invita a reflexionar sobre la manera de tratarnos entre nosotros, entre seres humanos. Cuando empecemos, tal vez podamos tener ya un sistema de salud que no genere este tipo de escenarios y situaciones.