"ESTACIONES" RECOPILACIÓN DE POESÍA,CITAS Y PENSAMIENTO ORIENTAL
Publicado por FANNY JEM WONG
Li Po, Ante el monte Ching-t´ing
Pájaros que se pierden en la altura.
Pasa una nube, quieta, a la deriva.
Solos y frente a frente, el monte y yo
No nos hemos cansado de mirarnos.
En la tormenta
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Viejos fantasmas, nuevos.
Zozobra, llanto, nadie.
Envejecido, roto,
Para mí solo canto.
Andrajos de neblina
Cubren la noche, a trechos.
Contra la nieve, el viento.
Mi copa derramada;
Mi botella, vacía;
Ceniza, el fuego. El hombre
Ya no habla: susurra:
¿A quién decir mi canto?
Alba de invierno
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Hombres y bestias del zodíaco
Una vez más contra nosotros.
Verdes botellas de vino, rojas conchas de langosta,
Todas vacías, se apilan en la mesa.
"¿Cómo olvidar a un viejo conocido?"
Y cada uno, sentado, escucha sus propios pensamientos.
Fuera, chirrían las ruedas de los carros.
En el alero los pájaros despiertan.
En otra alba de invierno, pronto,
He de enfrentarme a mis cuarenta años.
Me empujan duros, tercos instantes,
Doblado hacia la sombra larga del crepúsculo.
La vida gira y pasa, borracho fuego fatuo.
Escrito en el muro de la ermita de Chang
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Es primavera en las montañas.
Vine sólo en tu busca.
Entre las crestas silenciosas
El eco de las hachas: talan árboles.
Los arroyos helados todavía.
Hay nieve en el sendero.
Bajo un sol indeciso
Llego a tu choza, entre dos rocas
Colgada. Nada pides, nada esperas.
No ves siquiera el halo que te envuelve,
Vaga luz oro y plata. Manso
Como los ciervos que has domado.
¡Olvidar el camino de regreso,
Ser como tú, flotar,
Barca sin remo, a la deriva!
Primavera cautiva
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
El imperio se ha roto, quedan montes y ríos;
marzo, verde marea, cubre calles y plazas.
Dureza de estas horas: lágrimas en las flores,
los vuelos de los pájaros dibujan despedidas.
Hablan torres y almenas en las flores,
los vuelos de los pájaros dibujan despedidas.
Me rasco la cabeza, cano y ralo mi pelo
ya no detiene el tenue alfiler del bonete.
Viajando hacia el norte
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Entre el moral que amarillea
Una lechuza grita. Ratas escurridizas
Buscan sus madrigueras. Medianoche.
Un viejo campo de batalla.
La luna brilla, fría, sobre los huesos mondos.
(*) Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101) Uno de los poetas más amados por el pueblo chino. Exiliado por sus ideas políticas, volcadas en sus versos satíricos y también en ensayos y cartas. Su sencilla poesía evocadora, es un lamento por la fugacidad de la belleza. Fue el principal exponente del tz'u, poesía basada en las canciones populares.
Montes de Chungnan
Wang Wei 699-759. Poeta y pintor chino
Cordillera de Chungnan: desde la capital,
Cerro tras cerro, hasta el borde del mar.
Las nubes: si me vuelvo, contra mí se cierran;
La niebla turquesa: si entro en ella, se disipa.
En el pico central cambian las direcciones:
Diferente la luz, diferente la sombra en cada valle.
Por no pasar la noche al raso, llamo a un leñador:
Salta mi grito a través del torrente.
(*)Wang Wei 699-759. Poeta y pintor chino. Se le considera el fundador del estilo de pintura paisajístico puro y fue uno de los maestros del verso lírico de la dinastía Tang. Aunque no se conserva ninguna obra auténtica, sus poemas destacan por su gran sensibilidad hacia la naturaleza. Fue también un gran calígrafo.
Ascensión
Wang Wei 699-759. Poeta y pintor chino
El caserío anidó en el acantilado.
Entre nubes y nieblas la posada:
Atalaya para ver la caída del sol.
Abajo el agua repite montes ocre.
Se encienden las casas de los pescadores.
Un bote solo, anclado. Los pájaros regresan.
Soledad grande. Se apagan cielo y tierra.
En calma, frente a frente, el ancho río y el hombre.
Tinta derramada
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Nubes -tinta que borra a medias las colinas.
Lluvia blanca -el granizo rebota en la cubierta.
Un ventarrón terrestre barre con todo y se va.
Al pie de la torre el agua se ha vuelto cielo.
Nevada
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Nevó en Valle del Sur -una vista sin par.
Hinqué la espuela -nadie en la senda- breñas, broza
-Me adelanté a la madrugada- crucé el primero
El puente almagro -vi techumbres desfondadas,
Labriegos arruinados, su hambre desoída.
Lo que sentí lo sabe el cuervo crepuscular:
Hasta la punta vuela del árbol descarnado,
Se posa y una lluvia desata de carámbanos.
PLACER DE UNA NOCHE DE VERANO POR WANG WEI:
Se va quedando lejos
nuestra natal montaña
y la luna nos guía.
Una pródiga escarcha
argenta nuestras túnicas
y vuelve más pesadas.
De pronto, nuestra vista
quiere medir distancias
que recorrimos juntos,
pero la bruma blanca
se tiende por el éter
y ahoga la campaña.
Mano en mano seguimos
a la rústica granja
donde viejos amigos
esperan la llegada.
Ahora nos hundimos
por una senda llana
sombría de bambúes
que abanican la marcha.
Estamos todos juntos.
¡Qué deleitosa gracia!
De perfumado vino
llenan mi frágil taza
y la canción modulo
del viento en la enramada.
Al escuchar mis notas
los ruiseñores cantan,
preludian los insectos
y croan, croan las ranas .
POEMA
POR WANG WEI:
Últimamente comprendí el significado de la tranquilidad,
Día tras día me mantuve apartado de la multitud.
Limpié mi cabaña y la preparé para la visita de un monje,
Que llegó a visitarme desde las montañas lejanas.
Vino bajando desde los picos ocultos por las nubes,
Para verme en mi casa de techo de paja.
Sentados en el pasto compartimos la resina del pino,
Quemando incienso leímos los sutras del Tao.
Al terminar el día encendimos nuestra lámpara,
Las campanas del templo anuncian el
Comienzo de la noche.
Repentinamente advertí que la
Tranquilidad es realmente felicidad,
Y sentí que mi vida tiene abundante ocio.
MAÑANA
POR WANG WEI:
La flor de durazno está más roja por la lluvia de anoche,
Los sauces están más verdes en la niebla de la mañana.
Los pétalos que caen aún no fueron barridos por los sirvientes,
Los pájaros cantan, el huésped de la montaña aún duerme
En la ermita del parque de los venados
Wang Wei 699-759. Poeta y pintor chino
No se ve gente en este monte,
sólo se oyen, lejos, voces.
Bosque profundo. Luz poniente:
alumbra el musgo y, verde, asciende.
Noche en barco
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Débil viento entre juncos y espadañas. ¿Llueve?
Abro la escotilla: la luna ha inundado al lago.
Marineros y pájaros acuáticos sueñan el mismo sueño.
Como un zorro sorprendido salta un gran pez.
Hombres y bestias: unos a otros se olvidan.
Ya es tarde. Yo juego a solas con mi sombra.
Olas negras contra los bordos: dibujos de gusanos.
Araña colgante -es la luna atrapada en un sauce.
Pasa la vida rápida -no la deja la pena.
Veo este instante que se desvanece.
Canta un gallo. Campanas y tambores en la orilla.
Un grito y otro y otro. Cien pájaros de pronto.
Begonias
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Viento del este, suave.
Ray de luz que flota
Entre perfumes densos:
Salta por el balcón,
En persona, la luna.
Se adormecen las flores.
Larga contemplación:
A la luz de la vela
Su belleza es más roja.
Al perfecto Chang
Wang Wei 699-759. Poeta y pintor chino
Mi otoño: entro en la calma,
Lejos el mundo y sus peleas.
No más afán que regresar,
Desaprender entre los árboles.
El viento del pinar abre mi capa,
Mi flauta saluda a la luna serrana.
Preguntas, ¿qué leyes rigen "éxito" y "fracaso"?
Cantos de pescadores flotan en la ensenada.
Publicado por FANNY JEM WONG en 9:34
Despedida
Wang Wei 699-759. Poeta y pintor chino
Desmonto. Mientras bebemos vino:
¿Adónde irás? El mundo me ha engañado:
Ami colina del mediodía me vuelvo.
Ve, vete. No pregunto más:
Nubes blancas sin fin, nubes.
Escuchando la mandolina de un sacerdote budista
Li Po (701 – 762)
El sacerdote budista de Chou tiene una mandolina:
baja del Monte de las Cejas hacia el poniente,
y hace sonar sus cuerdas en mi honor.
Sus vibrantes notas se parecen al alboroto
de un bosquecillo de pinos mecidos por el viento.
Mi corazón se siente purificado
como si lo hubiesen lavado las aguas del río.
La dulce melodía se une a los lejanos tañidos de una campana.
Insenciblemente desciende, en torno, el crepúsculo,
y los montes se esfuman en la bruma ligera.
Templo de la cumbre
Li Po (701 – 762)
Templo de la cumbre, la noche:
Alzar la mano y acariciar las estrellas.
Pero, ¡silencio! bajemos la voz:
No despertemos a los habitantes del cielo.
Los cuervos que graznan por la tarde
Li Po (701 – 762)
Doradas nubes bañan la muralla.
Los negros cuervos graznan sobre sus nidos,
nidos en los que quisieran descansar.
En tanto, la joven esposa suspira, sola y triste,
sus manos abandonan el telar,
sus ojos están fijos en la azul cortina del cielo,
cortina que parece separarla del mundo,
como la leve niebla oscurece el río.
Está sola: el esposo viaja por países lejanos;
todas las noches está sola en su alcoba.
La soledad le oprime el corazón,
y sus lágrimas, como fina lluvia, caen en tierra.
Un día de verano, en la montaña
Li Po (701 – 762)
Agito suavemente un abanico de plumas blancas,
sentado, la camisa abierta, entre las hojas verdes.
Me quito el gorro y lo cuelgo de una saliente en la roca;
el viento entre los pinos roza mi frente desnuda.
A un amigo que interroga
Li Po (701 – 762)
¿Por qué vivir en el corazón de estas verdes montañas?
Sonrío sin responder; el espíritu sereno.
Caen las flores, corre el agua, misteriosa senda...
El otro mundo está allá, no éste, el de los hombres.
Mientras bebo, solo, a la luz de la luna
Li Po (701 – 762)
Un vaso de vino entre las flores:
bebo solo, sin amigo que me acompañe.
Levanto el vaso e invito a la luna:
con ella y con mi sombra seremos tres.
Pero la luna no acostumbra beber vino,
y mi perezosa sombra sólo sabe seguirme.
Festejemos, con mi amiga luna y mi sombra esclava,
mientras aún es primavera.
En las canciones que entono vibran rayos lunares;
en la danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace.
Los tres juntos, antes de beber, holgábamos;
ahora, ebrios, cada cual va por su lado.
¡Regocijémonos muchas horas todavía,
en nuestro extraño festín inanimado,
para encontrarnos al fin en el Rio de las Nubes!
El santuario de la cumbre
Li Po (701 – 762)
La cumbre, el monasterio.
Ya es noche. Alzo la mano
y toco a las estrellas.
Hablo en voz baja: temo
que se despierte el cielo.
(*) Li Po (701 - 762). Es el poeta más famoso y popular de la dinastía Tang, considerada la época de oro de la poesía china. Según testimonios de su tiempo, escribió cerca de 20.000 poemas, de los que se han conservado menos de la décima parte.
Ante el monte Ching-t´ing
Li Po (701 – 762)
Pájaros que se pierden en la altura.
Pasa una nube, quieta, a la deriva.
Solos y frente a frente, el monte y yo
No nos hemos cansado de mirarnos.
Pensando en su mujer muerta
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Diez años: cada día más lejos,
Cada día más borrosos, la muerta y el vivo.
No es que quiera recordar: no puedo olvidar.
A miles de li su tumba sola.
Pensamientos de ella, hacia ella: sin ella.
Si volviésemos a encontrarnos,
no me reconocerías:
El pelo blanco,
La cara del polvo mi cara.
Anoche soñé que regresaba a casa.
Te veía a través de la ventana de tu cuarto.
Te peinabas y me veías pero no hablabas.
Nos mirabamos, llorando.
Yo sé el lugar donde se rompe mi corazón:
La cima de cipreses bajo la luna.
El miraje Marino
[Refundición]
Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101)
Hacia el este, nubes y mar: un vacío sobre otro vacío.
¿Y los inmortales van y vienen por esta vacuidad luminosa?
Aunque todas las formas nacen del oleaje de este mundo flotante,
En vano aguardo la aparición:
No hay puertas de cauri que se cierren sobre palacios de perla.
Lo sé: la visión es quimérica.
Pero mis ojos quieren ver esa invención de dioses.
Día frío, mar helado, aunque cielo y tierra reposan,
Concededme la gracia ¡y que despierten vuestros dragones!
No fue rechazada mi abrupta plegaria:
Torres sobre la orilla, colinas verdiazules en el alba de escarcha,
¡El miraje, la maravilla que pasmó a los viejos!
Ahora: sol tardío, un pájaro perdido en el espacio.
Todo es bambú, nadie es gente.
¿Dije que no ve a la gente?
Tampoco se ve a sí mismo:
Absorto, bambú se vuelve,
Un bambú que crece y crece.
Ido Chuang-tse, ¿quién otro tiene
Este poder de irse sin moverse?
(*) Su Tung-P´o -Su shih- (1036-1101) Uno de los poetas más amados por el pueblo chino. Exiliado por sus ideas políticas, volcadas en sus versos satíricos y también en ensayos y cartas. Su sencilla poesía evocadora, es un lamento por la fugacidad de la belleza. Fue el principal exponente del tz'u, poesía basada en las canciones populares.
Tu fu “En la tormenta” fragmento
Mi copa derramada;
Mi botella, vacía;
Ceniza, el fuego. El hombre
Ya no habla: susurra:
¿A quién decir mi canto?
Tu fu “En la tormenta” fragmento
Salida de Poi-ti
Li Po (701 – 762)
Al alba dejo Poi-ti, alto entre arreboles:
He de llegar abajo, hasta Kia-ling, antes de que pardee.
Entre los farallones chillar sin fin de monos.
Diez mil rabiones desciende mi chalupa.
Li Ch´ing-Chao (1084-1151)
1
¿Quién plantaría, bajo mi ventana, este plátano?
Sus sombras cubren el patio.
Tercera vela; oigo, bajo mi almohada, el bisbiseo,
la incesante llovizna.
Cae, gota a gota, cae sinr espiro.
Cae.
No me levanto ni la escucho:
me acompaña mi pena.
2
El kiosco y el riachuelo.
El placer compartido. Corrió el vino.
Ebrios y ya saciados, extraviamos el rumbo.
Nuestra barca flotando en la corriente,
apresada de pronto por racimos de lotos.
Remamos y remamos.
Vasto rumor de alas: airones y gaviotas,
su sueño interrumpido, volaban en la orilla.
3
El viento cede.
Fragancia de pétalos caídos hace poco.
El vaho de la tieera.
Avanza la mañana y me cansa peinarme.
Todo está igual pero él se ha ido
y todo está vacío.
Las palabras traicionan: habla mejor el llanto.
Dicen que en dos arroyos todavía
la primavera es primavera.
¡Flotar allá, mecida por las aguas!
Pero con tanta pena
mi frágil barco se hundiría.
4
Se disipa el aroma del loto rojo.
La estera, fría, huele a otoño.
Abro mi vestido y, sola, salto en la barca.
¿Quién me envía un mensaje, allá entre las nubes?
Una escuadra de patos salvajes
traza en el cielo signo ilegibles.
La luna inunda la torre del oeste.
Han de caer los pétalos,
ha de correr el agua infatigable.
Dos soledades: un mismo sentimiento
nos une y nos separa.
Quisiera no pensar en todo esto y es inútil:
mi cabeza vacía, mi corazón henchido.
5
Anoche, por el vino, me despeiné ya tarde.
En el ramo, ya seco, pétalos de ciruelo.
Sueño de primavera, roto
por el sabor del vino: despierto a mi presente.
La luna, arriba, quieta.
Cierran las alas las cortinas... Y sin embargo
yo todavía rozo estos pétalos caídos,
todavía me envuelve este perfume
que no acaba de irse
y toco este momento todavía.
(*) Li Ch´ing-Chao (1084-1151) está considerada por los chinos como la gran poeta de su lengua.
Amarre nocturno
Li Po (701 – 762)
Una cala en el río del Oeste.
El cielo azul aún. Ni el jirón de una nube.
La cubierta inundada por la luna.
Los tiempos de antes: Hsieh, gran general.
Yo le hubiera leído este poema.
Otros leyó, no míos. Hoy es sombra entre sombras.
Filo de luz: el alba. Leve viento: zarpamos.
Silenciosas caín las hojas de los arces.
Publicado por FANNY JEM WONG
AGASAJANDO A UNA COMITIVA DE LETRADOS
UN DÍA DE LLUVIA EN CASA DEL GOBERNADOR
Wei Ying-Wu
La bien disciplinada guardia
presenta sus lanzas.
En la cámara del huésped oficial
se siente una exquisita fragancia;
El viento y la lluvia arrojan
violentamente el agua;
Pero nosotros estamos cómodos
en un tibio aposento
desde el cual se divisa el lago.
De momento, inquietud y temor
han sido ahuyentados.
Otra vez mis honorables huéspedes
se arremolinan en el amplio salón;
En cuanto a mí, me siento avergonzado
de vivir aquí
de manera tan extravagante
Mientras pienso en mi pueblo
que sufre privaciones.
Pero sofoquemos estos escrúpulos
de conciencia
Y sigamos nuestra inclinación natural.
Aunque debemos prescindir
de las viandas frescas,
Hay gran abundancia
de frutas y vegetales.
Dignaos beber un vaso de vino
Mientras escucho con atención
la recitación de vuestros poemas.
Cuando el espíritu es feliz
el cuerpo se aligera,
Y querría cabalgar
en las alas del viento.
Su-chou es el hogar de todos
los hombres de letras;
Una gran ola de cultura se ha extendido
espontáneamente aquí.
¿Cómo se puede decir
que los confines de este gran estado
descansan sobre la riqueza
y el poder únicamente?
Publicado por FANNY JEM WONG
MI RETIRO EN EL MONTE CHUNG-NAN (1)
Wang Wei
Ya maduro, mi corazón
halló la senda (2),
Y decidí vivir
al pie de esta montaña.
Cuando mi espíritu se agita,
vago solitario
En medio de la belleza
que es todo para mí.
Sigo caminando hasta donde el agua
obstruye mi sendero,
Luego me siento y contemplo
las nubes que ascienden:
Y algún día encontraré
al viejo leñador (3)
Y charlaré y reiré
sin retornar jamás.
(1) El monte Chung-Nan se halla a 15 millas al sur de la capital, Ch'ang-an, en la provincia de Shen-si.
(2) "La senda del saber budista", según Fletcher (Gems, pág.129.)
(3) Personificación de la muerte, alegoría muy frecuente en la poesía budista china.
SOBRE LA TORRE DESDE LA CUAL SE DOMINA EL RÍO
Po Chü-I
Junto al río se yergue
la torre de cien pies de alto;
Por allí pasa una extensa
carretera de mil de millas;
Contemplar el lejano horizonte
desde esta altura
Me basta para confortar
la mente y el corazón.
Los correos no se detienen
a todo lo largo del camino,
Los soldados se precipitan
hacia sus guarniciones.
En tiempos tan turbulentos
Siento de manera especial
que es bueno estar ocioso.
Ahora que he pasado los cuarenta,
En verdad, no es demasiado pronto
para que me retire.
Déjame que ahora limpie
los vestidos manchados de polvo.
No es demasiado tarde
para que retorne a los cerros.
Publicado por FANNY JEM WONG
MAÑANA DE PRIMAVERA
Meng Hao-Jan
Durmiendo en primavera
no se advierte el alba
Hasta que por doquier resuena
el reclamo de las aves.
Pero anoche oí el estruendo
del viento y la lluvia
Y me pregunté: ¿cuántos capullos
se habrán dañado?
RÍO NEVADO
Liu Tsung-Yüan
Un centenar de colinas
y ningún pájaro;
Un millar de sendas
sin una huella;
Una barca solitaria;
una cobertura de bambú.
En el frío río nevado
un viejecito pescando.
UNA VISITA A CH'ANG, EL TAOÍSTA RECLUIDO DE NAN-CH'I *
Liu Chang-Ch'ing
A lo largo del camino
cubierto de musgo,
En dirección a tu choza,
descubro las huellas
de tus pasos.
Blancas nubes yacen ocultas
sobre tu silenciosa isla;
Fragantes hierbas crecen
hasta la altura
de tu inútil puerta.
Un chubasco pasajero
revela el color
de los pinos.
Vagando por los cerros
hallé el nacimiento
de un arroyo.
Arroyo, flores, meditación:
todo es uno y no sienten
la necesidad de hablar.
Literalmente: Barranca occidental
VISITA A LOS TORRENTES DEL ARROYO BLANCO
Li Po
Atravesé el Arroyo Blanco
en su estrecho cauce
Cuando la Aurora recién
hendía la maraña de estrellas
Y se desembarazaba de las sombras. Y vi
De paso un instante, desde los trillados
caminos de los hombres,
Innumerables islas, circuidas
Con los colores verde y oro de la naturaleza.
El cielo tendía
el espejo azul de la eternidad
Sobre las aguas relucientes. Una a una
Las nubes se hacían a la mar.
Mis errantes pensamientos
Divagaron adonde los monstruos
de cota de plata
Recorren velozmente
sus arroyos nativos.
Canté melodías
Que crecieron al promediar el día,
menguaron con el atardecer
Y cesaron al caer la noche.
Luego busqué el reflejo
de los aleros de las casas,
en medio de los campos
iluminados por la luna
Publicado por FANNY JEM WONG
EN BUSCA DEL ERMITAÑO DE LA COLINA OCCIDENTAL
Ch'iu Wel
Sobre la distante cima del monte
hay una cabaña;
Un sendero serpentea treinta li (1)
hacia lo alto;
Llamo a la puerta
pero ningún criado responde;
Echo una ojeada y sólo veo
una mesa y un banco.
Quizá fuiste de paseo
en tu silla de manos,
O estarás pescando
en las aguas otoñales.
Como golondrinas que girasen y se sumergieran
pasamos sin toparnos.
Con propósito firme permanezco
mirando fijamente al cielo.
La hierba se ha vigorizado
con la lluvia reciente.
Al atardecer, junto a tu ventana
suspira el viento en los pinos.
Al detenerme allá me siento
pleno de paz y tranquilidad.
La escena y el sonido aguzan
el ojo y el oído;
Aunque no hay
huésped ni anfitrión
He captado el significado
de tu filosofía.
Cuando el éxtasis se hubo extinguido
descendí de la montaña.
¿Para qué habría de aguardar tu llegada?
Dedos delatores
Mo Mo
Por la noche extiendo
los resplandecientes dedos de las manos, que apuntan
en dirección de las rosas, mi cabeza se inclina
en silencio
a lo floreciente, a lo marchito,
y estos tersos dedos apuntan
en dirección de las olas, mi cabeza se inclina en silencio
a la calma
de los dedos helados que apuntan
en dirección del risco, mi cabeza se inclina en silencio
a quienes permanecen
Me deslizo dentro de los guijarros del manantial
Mi pelo ha crecido como trigo, pero no puede cosecharse.
En las noches extiendo
los dedos callosos de las manos, que apuntan
en dirección del lenguaje, mi cabeza se inclina en silencio
a los delgados dedos que hablan,
que escuchan, que apuntan
en dirección de un milagro, mi cabeza se inclina en silencio
a los existentes, no existentes
dedos torcidos que apuntan
en dirección de un sueño, mi cabeza se inclina en silencio
sobre hermosas escenas y pesadillas
En las noches, sueño que me arrojan a un matadero
La Muerte no es un secreto sino un atisbo
El alba ha llegado, los dedos todavía apuntan
en dirección de un canto
que alguna vez canté, pero ahora he perdido mi voz
El sol se ha elevado, los dedos firmes apuntan
en dirección de mi Madre
Ahí nací, pero ahora la deriva me empuja cada vez
más lejos
El sol me ciega, los dedos temblorosos
apuntan en dirección de una ciudad
que celebra mi propio funeral
como si se tratara de un títere
que no da muestras de vida a menos que una mano tire
de sus hilos
Mi rostro está manchado de lágrimas, no puedo ver
adónde apunta el último dedo
Si apunta hacia mi imaginación
entonces es la dirección del tiempo
que también es tu dirección
Después que alguien dijera que el agua corría muy rápido
llegaste a provocar un torbellino
para ahogarme, para estrangularme
y luego, de pronto, apuntaste con tu dedo
en dirección del vacío
La línea de producción
Shu Ting
Noche tras noche,
la línea de producción del tiempo.
Luego del trabajo,
nos acercamos a casa
cuando las estrellas se reúnen para cruzar el cielo.
Por encima de una línea de árboles jóvenes.
Las estrellas deben estar exhaustas
luego de milenios
y sin cambios en su itinerario,
y la plenitud, el color,
de los árboles anémicos
maltrechos por el humo de la hulla.
Poemas sobre mi morada en el òltimo Pico III
Zhao Yi (1727-1814)
Un visitante acudió a mi puerta
para ofrecerme dinero por un texto.
Me pidió escribir la inscripción de una lápida
e insistió en que la hiciera encomiosa:
en la vida política, todo un Gong Sui o un Huang Ba;
en la erudición, un Zheng o un Zhu Xi.
Creí que sería algo divertido,
así que me ajusté a sus requerimientos.
Confeccioné una pieza llena de frases bonitas,
¡y he aquí a un genuino caballero!
Cotejé mi escrito con lo que él realmente había hecho,
y no valía ni una onza de las diez libras que me
había pagado.
Supongo que mi escrito será recordado:
¿quién podrá decir si el hombre era un tonto o un sabio?
Y tal vez me citen como prueba,
para que mi escrito se transcriba en los anales
históricos.
Ahora comprendo que en las historias de los antiguos
la mayor parte es pura vanagloria.
Pensamiento de otoño
Ma Tche-yuan
(mediados del siglo XIII)
Lianas resecas sobre el viejo árbol, cuervos
de la noche,
Minúsculo puente sobre el torrente, una casa.
Camino antiguo, viento del oeste, caballo enjuto,
Sol que cae al poniente:
Y, en el borde del mundo, un hombre con el corazón
herido.
Nocturno en barca
Sou Che (1037-1101)
Una brisa susurra, ligera, entre los juncos;
Abro la puerta: una lluvia de luna inunda el lago.
Los barqueros y los pájaros de las aguas sueñan
juntos;
Los grandes peces huyen como rápidas raposas.
En esta noche profunda cuando los hombres y las cosas
se ignoran,
Sólo mi cuerpo y mi sombra se divierten juntos.
El oleaje nocturno dibuja versos de arenas en
las orillas;
La luna que cae cuelga de los sauces como
una araña suspendida.
En esta vida de paso agitado, en medio del tráfago
del mundo,
Una imagen etérea pasa a veces delante de nuestros
ojos, pero ¡cuán fugitiva!
El canto repentino del gallo, el sonido lejano de una
campana:
los pájaros se dispersan.
Oigo los tambores de los pescadores que pactan
el regreso.
La ascensión
Tu Fu (712-770)
En el vendaval, bajo el alto cielo, los simios aúllan
su tristeza;
Sobre el islote límpido de arenas claras, un pájaro
con su vuelo traza un círculo.
Muy lejos, los árboles dejan caer sus hojas
que silban al viento;
El Gran Río, sin tregua, arrastra hasta mí sus olas.
A mil estadios de los míos, me inclino a sollozar
sobre el otoño, y el exilio me parece eterno;
Toda mi vida he padecido enfermedades; apenas
ahora subo a esta terraza.
Tengo más pesares y tormentos que cabellos sobre
mis encanecidas sienes;
Humillado, bueno para nada, he renunciado
a las copas de vino turbio.
Libación solitaria bajo el claro de luna Li Po (701-762)
Entre las flores, un trago de vino:
Bebo solo, sin amigos.
Alzo mi copa, convido al claro de luna;
Y mi sombra delante de mí: somos tres.
La luna, ay, no sabe beber;
Y la sombra me imita en vano.
Compañeros de un instante, ustedes, la luna y la sombra.
Con traviesos jugueteos, hagamos fiesta en primavera.
Cuando canto, la luna se distrae;
Cuando bailo, mi sombra extraviada se deforma.
Mientras envejecemos, alegrémonos juntos;
Y, alcanzada la ebriedad, que cada quien se vaya.
Que dure para siempre nuestro vínculo sin alma:
Reunámonos en la lejana Vía Láctea.
Escrito al cruzar el Río Amarillo en dirección de Qing-he Wang Wei (699-761)
El barco se hizo a la vela en el gran río;
sus henchidas aguas se dilatan hasta el borde
del cielo,
El cielo y las olas abruptamente se separan:
son los miles de casas de la capital del distrito.
Más adelante, puedo ver el mercado
y vislumbro apenas la morera y el cáñamo.
Me vuelvo para contemplar el terruño:
el inmenso torrente alcanza las nubes.
Zhong-zi, por favor...*
Zhong-zi, por favor
no traspases el muro de mi casa,
no rompas los sauces recién plantados.
No me importan mucho,
pero temo a mi padre y a mi madre,
Zhong-zi puede estar en mis pensamientos,
pero lo que digan mi padre y mi madre
también hay que temerlo.
Zhong-zi, por favor
no cruces mi jardín,
no rompas el sándalo tierno.
No me importa mucho,
pero temo que otros hablen demasiado;
Zhong-zi puede estar en mis pensamientos,
pero cuando la gente habla demasiado,
también hay motivos para temer.
(1020-249 a.C.)