Disturbios en Cataluña

La violencia en las calles de Barcelona va a más a medida que pasan los días. Los violentos subieron el tono en la tercera jornada de altercados tras la sentencia del procés con técnicas de guerrilla urbana y perfectamente organizados. Fueron horas de tensión en las calles del centro de la ciudad condal, escenario de enfrentamientos entre los Mossos d’Esquadra y los violentos.

Los Comités de Defensa de la República (CDR) se citaron a las 19 horas para protestar por la actuación policial de los días previos ante la Consejería de Interior. Como en convocatorias anteriores, la protesta se tornó en un escenario de violencia fuera de control a cargo de grupos de centenares de radicales. Hubo barricadas callejeras con llamaradas de varios metros de altura, lanzamiento de todo tipo de objetos, incluso cócteles molotov o ácido contra los agentes -según informó la policía autonómica- y artefactos pirotécnicos contra el helicóptero de los Mossos.

También hubo coches calcinados por los radicales embozados, agrupados en distintas calles de Barcelona. Permanecieron durante horas alineados tras todo tipo de parapetos, desde contenedores a jardineras. La forma de actuar, la actuación simultánea en varios puntos de Cataluña daba muestras de que no era un movimiento improvisado. Fuentes de los Mossos d’Esquadra reconocían a Vozpópuli al filo de la medianoche sentirse en una situación crítica. En esta ocasión no intervino la Policía Nacional, que reforzará su despliegue con el traslado de más efectivos a Cataluña en los próximos días.

Horas antes de que estallase el caos, agentes antidisturbios de Unidad de Intervención Policial (UIP) trasladaban a este periódico su impresión de que los CDR habían aumentado el nivel de violencia al verse eclipsados por Tsunami Democràtic, la plataforma de origen aún desconocido que ha capitalizado buena parte de las protestas tras la sentencia. Desde la Generalitat se esfuerzan por desvincular estos elementos violentos del movimiento independentista.

Incidentes en Girona y Tarragona

Buena parte de la noche la tensión se trasladó a la Gran Vía de Barcelona, pero no fue el único punto. El sonido del helicóptero, las sirenas de la policía y los bomberos inundaron la ciudad. También el ruido del impacto de adoquines y vidrio contra el asfalto o los gritos de los radicales contra los agentes, que respondieron a los ataques con cargas y disparos de proyectiles de precisión de foam, considerados menos lesivos que las tradicionales pelotas de goma (prohibidas para los Mossos d’Esquadra).

Barcelona no fue el único punto en el que se registraron incidentes. Los Mossos d’Esquadra informaron del lanzamiento de piedras, petardos y otros objetos contundentes a sus agentes en en la Avenida Jaume I de Girona. Desde su cuenta oficial de Twitter advertían antes de cargar para que se evitase la zona. En Tarragona, durante los enfrentamientos, una furgoneta de la policía autonómica embistió una de las barricadas. Según se pudo apreciar en las imágenes difundidas por testigos presenciales, uno de los radicales quedó herido en el suelo.

Tal fue la gravedad de la situación que forzó la comparecencia del presidente catalán Joaquim Torra minutos después de la medianoche. Realizó una breve declaración desde el palacio de la Generalitat para censurar, a su manera, la violencia que en ese momento seguía vigente en la capital de Cataluña. Se escudó en que siempre han condenado la violencia, pero atribuyó las escenas de guerrilla a elementos infiltrados: “No podemos permitir que grupos de infiltrados y provocadores estropeen la imagen de los catalanes”

Con todo, es hasta ahora la declaración más contundente de las ofrecidas hasta ahora por el dirigente independentista, quien cargó contra la autoridades cuando hace semanas la Guardia Civil arrestó a nueve personas vinculadas a los CDR. Siete de ellos están presos acusados de terrorismo.

La Generalitat, desbordada por la violencia

Este lunes, cuando una multitud convocada por el autodenominado Tsunami Democràtic provocó la cancelación de un centenar de vuelos en el aeropuerto del Prat, Torra se limitó a agradecer en Twitter a todas las personas que habían salido a manifestarse. El Govern ha llevado a cabo así un giro en su postura desbordado por la violencia.

Este mismo miércoles, durante su participación en una de las marchas a pie que desembocarán el viernes en Barcelona, se había negado a condenar los incidentes ante las insistentes preguntas de los medios de comunicación. Horas antes le había instado a ello el presidente del Gobierno Pedro Sánchez en una rueda de prensa en La Moncloa. Apeló a su “deber moral” para condenar los actos de violencia registrado durante la semana.

En la misma línea que Torra, el expresidente Carles Puigdemont desde Bélgica emitió un tuit en el que hacía esfuerzo por desmarcar al movimiento independentista de estos hechos: "¿Visteis alguna vez a estos incendiarios escondiendo urnas o imprimiendo papeletas? No estuvieron nunca entre nosotros". Por su parte, la cuenta de Twitter de Oriol Junqueras, condenado a trece años por sedición publicó otro comentario en el que llamaba a rechazar la violencia “venga de donde venga”.

Nueva noche de violencia en Cataluña. Varios miles de personas, jóvenes en su mayoría, han exigido esta tarde la dimisión del conseller de Interior, Miquel Buch, en una concentración convocada por los llamados CDR en la confluencia de la Gran Vía con la calle Marina, que se ha desplazado luego frente a la sede del Departamento de Interior en la ciudad de Barcelona. Allí, la movilización ha derivado en altercados con los Mossos, y se han producido las primeras cargas policiales.

Los independentistas han prendido fuego a lo largo de la noche a vehículos y otros elementos del mobiliario urbano. Los coches han ardido cerca de una gasolinera en la confluencia de Roger de Flor con Diputació, desde donde los Bomberos de Barcelona han podido coger agua de una manguera para sofocar las llamas.

— Mossos (@mossos) 16 de outubro de 2019

Lanzamiento de cohetes al helicóptero de los Mossos

Además, un helicóptero policial que sobrevuela la zona de los disturbios en Barcelona ha recibido al menos cinco lanzamientos de pirotecnia por la noche, según han informado fuentes policiales. Como ha comprobado Europa Press, durante los disturbios se han lanzado muchos proyectiles de foam para intentar dispersar a los manifestantes.

Manifestación a las 19.00 horas

Los CDR habían convocado a las 19 horas una concentración en ese punto de la Gran Vía de Barcelona con el lema "Que se'n vagin" (Que se vayan), en la que los manifestantes han lanzado centenares de rollos de papel higiénico al aire y han gritado consignas en favor de la libertad de los presos independentistas.

Los CDR habían llamado a los asistentes a acudir con papel de váter a esta protesta porque, según este colectivo, hay "mucha mierda por limpiar".

Antes de reunirse en ese punto, los manifestantes han provocado cortes de tráfico en vías principales de la ciudad, como la Ronda Litoral y la Via Laietana, entre otras.

Además de "Buch, dimisión", los manifestantes, que llevaban banderas independentistas, han gritado también consignas en contra de la represión y la violencia policial, y otras como "Las calles serán siempre nuestras" o "Policía el que no bote".

Los Mossos han desplazado una tanqueta de agua

Además de los efectivos habituales, los Mossos han desplazado a esta protesta una tanqueta de agua, según ha comprobado Efe y han confirmado fuentes de este cuerpo.

Al acabar esa concentración, los manifestantes se han dirigido hacia la sede del departamento de Interior, protegida con un vallado y custodiada por numerosa presencia policial en los alrededores.

Los Comités de Defensa de la República (CDR) han pedido esta mañana el cese del conseller de Interior, Miquel Buch, por las cargas de Mossos d'Esquadra en las protestas independentistas y, tras los disturbios de ayer en Barcelona y otras ciudades catalanas, han avisado: "Hemos comenzado un camino de no retorno".

El Tribunal Supremo sólo aceptará que el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, sea puesto a disposición judicial de España si Bélgica cumplimenta la euroorden por el delito de sedición.

Según informan fuentes jurídicas a EL MUNDO, el instructor del procés, el magistrado Pablo Llarena, que activó este lunes la orden de busca y captura europea tras notificarse la sentencia del 1-O, tiene previsto rechazar la entrega del huido si las autoridades judiciales belgas sólo aprecian un delito de malversación de caudales públicos para ponerlo a disposición de España.

Asimismo, las fuentes jurídicas consultadas sostienen que en ese supuesto el magistrado rechazaría la entrega pero mantendría activa la euroorden de forma que si Puigdemont decide salir de Bélgica, rumbo a otro país europeo, sea detenido al traspasar la frontera. Si el siguiente estado vuelve a rehusar a entregarlo por el delito de sedición, el juez no prevé en ningún momento retirar la euroorden cursada en las últimas horas.

Sí lo hizo, en cambio, en tiempos pasados. En concreto, el 20 de julio de 2018 fue cuando rechazó la entrega del prófugo ofrecida por Alemania, ya que sólo contemplaba la citada malversación, por lo que, inevitablemente, el cumplimiento de dicha euroorden condicionaba que el ex presidente catalán fuera juzgado por el Alto Tribunal por ese único delito. La Audiencia Territorial de Schleswig Holstein no accedió a entregar ni por rebelión ni por conspiración para la rebelión ni por sedición a Puigdemont.

En el auto dictado este lunes, el instructor del procés ponía énfasis en que "el resultado de la investigación desvela su solidez a partir de las condenas pronunciadas contra los encausados no evadidos" y "permite constatar el riesgo de que a partir de ahora el prófugo Carles Puigdemont busque reforzar su huida refugiándose en países que no formen parte de la Unión Europea y, por tanto, que no hayan asumido el compromiso de cooperación que rige en la Unión". Por su parte, la Fiscalía Federal belga confirmó el mismo lunes por la noche la recepción de la euroorden contra Carles Puigdemont.

La petición de Bruselas

La Fiscalía de Bruselas lo hizo más tarde, pero con un añadido inesperado a estas alturas. "El 15 de octubre de 2019, la Fiscalía de Bruselas ha recibido la orden de detención europea emitida por los tribunales españoles contra Carles Puigdemont, escrita en español. Dada la complejidad del caso, y las dos órdenes de detención europeas emitidas previamente contra Puigdemont, el caso requiere un análisis legal exhaustivo. El país solicitante debe proporcionar la traducción de este mandato en uno de los tres idiomas nacionales o en inglés. Tras ser contactados, la Justicia española ha comunicado que proporcionará la traducción en el transcurso de la próxima semana", se puede leer en una nota difundida por el Ministerio Público a los medios.

En el pasado, las traducciones ya fueron un problema. Tanto en las comunicaciones del Supremo con el parquet belga como por el uso torticero por parte de la defensa de Puigdemont que se valió de una interpretación interesada al francés en la denuncia que interpuso contra el propio juez Pablo Llarena en Bruselas.

El problema es que hasta la semana que viene el proceso judicial está parado. El equipo legal de Puigdemont no ha recibido ninguna comunicación y sigue disfrutando de una total libertad, no necesita comparecer ante las autoridades todavía y puede desplazarse sin notificación previa. Incluyendo al extranjero.

Una vez llegue la traducción oficial, el procurador del Rey examinará si la petición no tiene errores de forma, si consta la información necesaria y si los cargos que se presentan -sedición y malversación en este caso- están recogidos en el Código Penal belga.

Los precedentes con Bélgica no son demasiado alentadores. El 16 de mayo de 2018, Cámara del Consejo de Bruselas decidió rechazar la orden de detención europea emitida contra los ex consellers Lluís Puig, Toni Comín y Meritxell Serret por un defecto formal.

Previamente, las autoridades judiciales belga ya habían anunciado a Llarena que "la desobediencia no puede dar lugar a la entrega puesto que este delito no está recogido en la legislación belga" por lo que se incumpliría el principio de doble tipicidad.

El plazo máximo previsto en la legislación europea para cumplimentar la citada euroorden es de un total de 90 días.

La violencia y las llamas vuelven a ilustrar la cuarta noche de violencia en Barcelona desde que el Tribunal Supremo dictó su sentencia al 'procés'. Al cierre de esta edición, los Mossos d'Esquadra han vuelto a cargar en la capital catalana contra los manifestantes que previamente han lanzado botellas, cohetes y un cócteles molotov contra la línea policial. Aunque el protagonismo de este jueves ha recaído sobre los multitudinarios enfrentamientos entre radicales soberanistas y de extrema derecha, que se han concentrado en la zona de la Rambla.

La jornada de este jueves ha estado marcada por los crudos enfrentamientos entre grupos de manifestantes independentistas y de extrema derecha en el Eixample de Barcelona. La máxima violencia se ha registrado en la Rambla, donde se han lanzado botellas y otros objetos y se han propinado golpes. El choque entre ellos se ha producido tras concluir las concentraciones que ambos grupos han protagonizado en la plaza Artós, en el distrito Sarriá, sin que allí se hayan llegado a cruzar ante la fuerte presencia policial de los Mossos d'Esquadra.

Unas 13.000 personas se han llegado a reunir este jueves en los Jardinets de Gràcia de Barcelona pero, a última hora de la tarde, los CDR han desconvocado la manifestación en la capital. Apenas unas horas antes, la tensión entre dos grupos enfrentados en la plaza Artós de la capital, concentrados de ultraderecha por un lado y de extrema izquierda e independentistas por otro, ha llevado a los Mossos d'Esquadra a cargar nuevamente contra los manifestanes en este emplazamiento.

Los enfrentamientos en esta plaza, donde se han concentrado hasta 200 miembros de grupos ultraconservadores, por otro los manifestantes reunidos por Arran y grupos de la izquierda independentista. Las dos manifestaciones de signo contrario se han encontrado a las 19.00 horas en la plaza de Sarrià, donde agentes de la Policía catalana han hecho salvas y han cargado con las porras contra un grupo de manifestantes de extrema derecha.

Un cartel publicado el miércoles en redes sociales había llamado a la movilización este jueves a las 20.00 horas en la citada plaza con banderas españolas, pero ninguna organización había compartido la convocatoria públicamente. Arran respondió a la llamada con una convocatoria a las 19.00 horas en la misma plaza, y diversos CDR además de grupos identificados como antifascistas han llamado a asistir.

Al principio, sobre las 18.30 horas, centenares de personas se han concentrado en la plaza en dos grupos diferenciados, uno con banderas españolas que no ha coreado consignas y otro que ha gritado 'José Antonio Primo de Rivera', 'Dónde están los CDR', 'Puigdemont a prisión', 'Viva Franco', 'El Valle no se toca' y 'Pedro Sánchez, hijo de puta', y que era más minoritario, aunque después ha crecido su número y han protagonizado incidentes.

Al marcar las 21:00 horas de este jueves, en un tuit de los CDR del Barcelonès publicado a las 21.00, disuelven la convocatoria: "¡Atención, la Olimpiada se acaba deportistas!", rezaba el mensaje. Los convocantes han emplazado a sus seguidores a prepararse para la jornada de huelga programada para este viernes.

Grupos diferenciados

Decenas de concentrados han cantado el 'Cara al sol' y también han gritado 'España una y no cincuenta y una' y 'Barcelona zona nacional', y algunos han exhibido simbología de extrema derecha y una parte de los asistentes ha hecho varias veces el saludo fascista. Algunos manifestantes han vestido camisetas con el logo de la Guardia Civil y algunos también con el perfil de un Mossos d'Esquadra y la inscripción 'La república no existeix, idiota'.

Desde las 18.30 todos los accesos a la plaza han estado custodiados por varias furgonetas de la Brigada Móvil (Brimo), la unidad antidisturbios de los Mossos d'Esquadra. Pasadas las 19.00 horas, has llegado a las inmediaciones de la plaza dos furgonetas de Mossos d'Esquadra además de las que ya había, y los manifestantes de estética ultra han corrido hacia ellas junto a otros que se han acercado desde las calles colindantes.