Al Cielo
En el Ejercicio
de Tu Voluntad
Giro en Tus actos, para formar Tu vida completa en mí
Al Cielo
En el Ejercicio
de Tu Voluntad
Giro en Tus actos, para formar Tu vida completa en mí
"Tres prerrogativas
que adquiere quien vive en Él"
Libro de Cielo Vol. 33-32
Fiat Voluntas Tua, sicut in Caelo et in terra
Libro de Cielo
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 33-32 (2-5) Enero 20, 1935"El vivir en el Querer Divino hace sentir la Paternidad de su Creador, y siente el derecho de ser hija suya.
Tres prerrogativas que adquiere quien vive en Él"
(2) “Hija mía bendita, vivir en mi Voluntad es propiamente esto, adquirir el derecho de hija, y Dios adquirir la supremacía, el mando, el derecho de Padre, sólo Ella sabe unir a uno y a la otra y formar una sola vida.
Ahora, tú debes saber que quien vive en mi Querer Divino adquiere tres prerrogativas:
(3) 1°.- ‘Derecho de Vida Divina’. Todo lo que hace es vida que siente, si ama siente la vida del amor, y como vida se la siente correr en la mente, en el respiro, en el corazón, en todo, siente la virtud vital que forma en sí no el acto que está sujeto a cesar, sino la continuación de un acto que forma la vida; si ruega, si adora, si repara, siente la vida incesante de la plegaria, de la adoración, de la reparación divina, no humana, que no está sujeta a interrupción, así que cada acto hecho en mi Voluntad es un acto vital que el alma adquiere, en Ella todo es vida, y el alma adquiere la vida del bien que hace en Ella, qué gran diferencia entre un bien que posee la vida, y un bien o acto que en cuanto lo hace, termina la vida de aquel acto, como vida lo tiene en su poder y siente la continuación de la vida de aquel bien, en cambio como acto no lo tendrá en su poder, ni sentirá la continuación de él, y lo que no es continuo no se puede llamar vida.
Sólo en mi Voluntad se encuentran estos actos llenos de vida, porque tienen por principio la Vida Divina, la cual no está sujeta a terminar, y por eso puede dar vida a todo y a todos, en cambio fuera de Ella todas las cosas, incluso las obras más grandes, encuentran el fin, y ¡oh! qué bella prerrogativa que sólo mi Voluntad puede dar, sentir en el alma cambiados sus actos en Vida Divina perenne.
(4) 2°.- Ahora, a la primera prerrogativa sigue la 2ª, esto es: ‘El derecho de propiedad.’ Pero, ¿quién es el que la da? ¿Quién la constituye propietaria? Mi misma Voluntad, porque en Ella no hay pobreza, todo es abundancia: Abundancia de santidad, de luz, de gracias, de amor, y como éstas las posee como vida, es justo que posea como suyas estas propiedades divinas, así que se siente dueña de la santidad, dueña de la luz, de la gracia, del amor, y de todos los bienes divinos, y sólo en mi Voluntad existe este dominio, fuera de Ella se da todo con medida y sin volverlas propietarias, qué diferencia entre uno y otro.
(5) 3°.- De la segunda nace la 3ª prerrogativa: ‘Derecho de gloria.’ No hay cosa que haga, pequeña o grande, natural o sobrenatural, que no tenga el derecho de gloria, derecho de glorificar en cada cosa, incluso en el respiro, en el latido, a su Creador, derecho de quedar glorificados ellos mismos en la gloria de Aquél que no hay gloria que de Él no venga.
Por eso en mi Voluntad encontrarás todo, y todo a tu disposición, y con derecho no humano sino Divino, del cual mi misma Voluntad ama cederte estos sus derechos divinos, amando a la criatura como su verdadera hija”.
Fiat Divina Voluntad