"Cada criatura que se hace dominar por mi Querer 

forma un pueblo para el reino de Dios"


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Vol. 29-44 (7) octubre 26, 1931

"Cada criatura que se hace dominar por mi Querer forma un pueblo para el reino de Dios"


“... la vida, la santidad, consisten en dos actos: Dios en dar su Voluntad, y la criatura en recibirla, y después que ha formado la vida en sí de aquel acto de Voluntad Divina que ha recibido, darlo de nuevo como acto de su voluntad, para recibirla de nuevo, dar y recibir, recibir y dar, en esto está todo.

Dios no podría dar de más que su acto continuo de su Voluntad a la criatura; la criatura no podría dar de más a Dios, por cuanto a criatura es posible, que su Voluntad Divina recibida en ella como formación de Vida Divina.

En este modo, dar y recibir, recibir y dar, mi Fiat Divino toma el dominio y ahí forma su reino, y todo el interior de la criatura forma como el pueblo del reino de la Divina Voluntad: La inteligencia, pueblo fiel que se gloría de ser dirigida por el Soberano Comandante del Fiat Divino, y la multitud de los pensamientos que se estrechan en torno y ambicionan conocer siempre más y amar al gran Rey que se sienta como en un trono en el centro de la inteligencia de la criatura; los deseos, los afectos, los latidos que salen del corazón, aumentan el número al pueblo de mi reino, y ¡oh! cómo se juntan alrededor de su trono, están todos atentos para recibir las órdenes divinas, y poner aun la vida para seguirlas; qué pueblo obediente, y ordenado, es el pueblo del reino de mi Fiat, no hay discusiones, no divergencias, sino toda esta multitud de pueblo del interior de esta afortunada criatura quieren una sola cosa, y como ejército aguerrido se ponen en la fortaleza del reino de mi Querer Divino.

Entonces, cuando el interior de la criatura se convierte todo en pueblo mío, sale fuera del interior y aumenta el pueblo de las palabras, el pueblo de las obras, de los pasos, se puede decir que cada acto que forma este pueblo celestial, contiene la palabra de orden escrita con caracteres de oro:  ‘Voluntad de Dios’.

Y cuando esta multitud de pueblo se mueve para ejercitar cada uno su oficio, ponen enfrente la bandera con el emblema Fiat, seguido de las palabras escritas de viva luz: Pertenecemos al gran Rey del Fiat Supremo’.

Ve entonces, cada criatura que se hace dominar por mi Querer forma un pueblo para el reino de Dios”