"Todo esto es señal de que el alma vive en mi Divina Voluntad"

AUDIO

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 32-20 Agosto 13, 1933

 


Delirio y pasión divina del Querer Divino por querer vivir junto con la criatura.  

Su acto nuevo y el Pintor divino.

Qué significa vivir en el Querer Supremo.

 


(1) Estoy siempre de regreso en los brazos de la Divina Voluntad, parece que suspira el tenerme siempre con Ella para darme su Vida continua, y yo suspiro por recibirla, sin Ella sentiría que me falta la tierra bajo los pies, el latido en mi corazón, y sufriría un hambre tremenda, sin que ninguna otra cosa me pudiera dar ni siquiera una migaja para saciar el hambre.  ¡Oh! Voluntad Divina, si quieres volverme feliz vivamos juntas, y pueda encontrar en mí la felicidad de tu misma Vida.  Pero mientras mi mente se perdía en el Fiat, mi amado Jesús haciéndome su breve visita me ha dicho:

(2) “Hija mía bendita, podría decir que es un delirio, una pasión divina de mi Voluntad, que quiere hacer vida junto con la criatura, cediendo la suya para tener la pequeñez humana, pero, ¿sabes por qué?  Tú debes saber que mi Querer Divino tiene siempre pronto un acto nuevo para dar a la criatura, pero si no vive junto, no se habitúa a hacer sus actos unida con mi Querer para formar de ellos uno solo, y no lo puede dar, primero porque no sería digna de recibirlo, segundo porque no entendería el valor del gran don que recibe, y no tendría virtud de absorberlo en sí como vida propia.  Con el vivir junto con mi Divina Voluntad se adquiere nueva vida, modos divinos, ciencia celestial, penetración de las cosas más profundas, en suma, como mi Fiat es el Maestro de los maestros y el que crea la ciencia más alta, hace conocer las cosas, no veladas, sino como son en realidad, por lo tanto, viviendo junto con la criatura no la quiere tener ignorante, la instruye, le hace sus sorpresas, le cuenta su historia divina, y esto la transforma y la vuelve capaz de recibir su acto nuevo que mi Querer le quiere dar, y el alma en cada acto que hace unida con Ella, adquiere una nueva prerrogativa de semejanza divina.  Con el vivir junto con mi Querer el alma se afina, se embellece, y se vuelve en nuestras manos creadoras como la tela adecuada en manos del pintor, que por cuánto más bella, más fina es la tela, tanto más bella queda la imagen que quiere pintar sobre esa tela, parece que sus pinceles y sus colores adquieren más arte, son más capaces, mucho más porque ponen a lo vivo los colores sobre de una tela finísima.  Así que la tela se cambia en imagen, que dando a lo vivo los colores adquiere tal valor, de volverse admirada quién sabe por cuántos pueblos.  

Ahora, más que pintor divino es mi Voluntad, y no se cansa jamás de dar nueva belleza, santidad y ciencia nueva, y está esperando un acto hecho junto con Ella para enriquecerla, para hacerse conocer de más y hacer uso de sus pinceles divinos, para elevarla a tal altura y especial belleza, de hacerla ser admirada quién sabe por cuántas generaciones, de modo que todas la llamarán bienaventurada, y quien tiene el bien de mirarla se sentirá feliz; todos los actos nuevos recibidos de Dios, en virtud de que ha obrado en mi Querer, la alabarán y ensalzándola la harán conocer como la obra más bella de mi Fiat Divino; su quererse abajar a vivir con la criatura, su delirio divino, es señal de que quiere hacer cosas grandes de ella y dignas de su potencia creadora, por eso vivir junto con mi Fiat es la fortuna más grande, y debería ser el delirio, la pasión vehemente y la ambición de todos”.

(3) Después de esto oía en mí y fuera de mí el mar murmurante del Fiat Divino, ¡oh! cómo es dulce, suave su murmullo, murmura y habla, murmura y acaricia a su amada criatura, murmura y la besa, y estrechándola entre sus brazos le dice:  ‘Te amo.’  Y pide amor.  No hay cosa más bella, más agradable, que el que un Querer tan Santo le diga ‘te amo’, y pide por correspondencia el pequeño amor de la criatura.  Yo me sentía correr este murmullo divino como vida en todo mi ser, y mi dulce Jesús ha agregado:

(4) “Hija mía, ¿quieres saber qué significa hacer y vivir en mi Voluntad Divina?  

Conocer dónde se encuentra, 

con quién tiene qué hacer, 

qué puede recibir, 

no olvidar el bien que ha recibido, 

todo esto es señal de que el alma vive en mi Divina Voluntad, porque decir que vive en Ella y no conocer dónde se encuentra la morada divina que se presta a hacerle de habitación, sería no apreciar, porque las cosas, las personas, los lugares cuando no se conocen, no se aprecian, decir vivo en el Querer Divino y no saberlo es absurdo, y si no lo conoce no es una realidad, sino un modo de decir, mientras que la primera cosa que hace mi Voluntad es develarse, hacerse conocer a quien quiere vivir junto con Ella.  

Por lo tanto, conociendo dónde se encuentra, conoce qué tiene que hacer con un Querer tan Santo que quiere todo para darle todo.  Por eso se pone en acto de recibir su santidad, su luz, y se pone en acto de vivir de los bienes de Aquél que convive junto, porque conociéndolo no siente más el deseo de abajarse en su voluntad humana, mucho más que ya no es suya.  

Con este conocimiento la criatura adquiere el oído para escucharlo, la voz para hablar de él, la mente para comprenderlo, la confianza en modo divino para pedir todo y recibir todo, así que no ignora los bienes que posee, más bien es toda ojo para custodiarlos y agradece a Aquél que tanto se ha abajado a vivir con ella.  

Ahora, si alguno leerá estas líneas que te he hecho escribir y no comprenderá lo que está escrito, y quedando maravillado pondrá en duda verdades tan sacrosantas, y hasta dónde puede llegar la criatura con vivir junto con mi Querer, es señal de que no vive con Él; ¿cómo lo puede comprender si no tiene en sí esta Vida tan Santa, no ha probado jamás sus delicias, no ha escuchado jamás sus bellas lecciones, su paladar no ha gustado jamás este alimento celestial que sabe dar mi Voluntad?  Por eso ignoran lo que sabe hacer y dar mi Fiat, y si lo ignoran, ¿cómo pueden comprenderlo?  Cuando un bien no se conoce, si no se sienten al menos las disposiciones de quererlo creer, lleva la ceguera de la mente y la dureza del corazón, y se puede llegar aun a despreciar aquel bien, que para quien lo conoce y lo posee forma su fortuna y su gloria, y daría su vida humana para poseer la Vida de mi Fiat y sus bienes que ha conocido, y conociéndolo es toda oído para escucharlo, es toda ojo para mirarlo, es toda corazón para amarlo, es toda lengua para hablar de Él, más bien quisiera tener quién sabe cuántas lenguas para decir el bien que conoce, las prerrogativas de Aquél que posee como vida, porque la suya no le basta para poder decir todo lo que conoce.  

Por eso cuando quiero dar un bien, un don, especialmente el gran don de mi Voluntad como vida en la criatura, la primera cosa que hago es la de hacerla conocer, no quiero dar la luz y ponerla en lugar oculto como si no la tuviera, ni mis dones para esconderlos y como para sepultarlos en ella, ¿en qué aprovecharía darlos?  Y si no los conoce, ¿cómo podría la pobre criatura corresponderme, amarlos y apreciarlos?  Si doy es porque quiero que hagamos vida junto y unidos gocemos el bien que le he dado.  Es más, tu Jesús se hace vigilante centinela para custodiar lo que he dado a mi amada criatura.  Así que conocer significa poseer, poseer significa conocer, para quien no conoce, las verdades se vuelven difíciles y sin vida.  Por lo tanto sé atenta y goza lo que tu Jesús te ha dado y hecho conocer”.

 

Fiat Divina Voluntad