"Cómo es Voluntad de Dios que quiere dar su reino, pero la criatura se debe disponer"
Leccion Divina para pedir y poseer el
Gran Don de la Divina Voluntad
Vol. 24-46
Vol. 24-46
De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta
Vol. 24-46(2) Septiembre 24, 1928
"Para obtenerlo te hago pedir por todos, a nombre de todos
y de cada uno de los pensamientos, palabras y actos de criatura"
(2) “Hija mía, es cierto que es Voluntad mía que quiero dar el reino de mi Querer Divino, no puedo hacer menos que querer y suspirar de haceros el gran don de Él, si esto no fuera así, o sea, que no suspirara el regreso del hombre en la morada de mi Divina Voluntad, iría contra el orden de nuestra obra creadora, que con suma sabiduría creó al hombre para que viviese de lo nuestro y morase en el reino de nuestro Fiat, dado a él, por Nosotros, como su herencia. Por eso el hombre saliendo de Él formó el desorden en nuestra obra creadora, ¿y cómo podemos tolerar el que quede desordenada nuestra obra más bella? Han pasado siglos y siglos, pueden pasar otros siglos, pero no nos cambiaremos, será siempre nuestro punto más importante, nuestra única finalidad e interés especial, el que nuestra obra creadora sea restaurada y reordenada tal y como salió de nuestras manos creadoras y viva en el reino de nuestro Querer Divino...
... más que padre somos Nosotros, más bien el amor del padre es una sombra comparada al nuestro, y nuestra Voluntad Divina es irremovible, ninguno podrá cambiarla, la infelicidad del hombre es un desorden a la obra de la Creación, y queremos nuestros derechos en nuestra obra, tal y como salió queremos que nos regrese, nuestro amor nos ahoga, nuestra justicia lo exige, nuestra bondad lo reclama, nuestra misma felicidad lo suspira y no tolera la infelicidad en nuestra obra, nuestra Divina Voluntad haciéndonos corona nos vuelve inmutables y quiere que su reino sea poseído,
pero a pesar de esto queremos que la criatura ruegue, suspire el bien que le queremos dar, y esto forma un derecho sobre nuestro corazón paterno y un apoyo en el corazón de él para poder recibir lo que queremos dar y así poderle decir en nuestro énfasis de amor:
‘Hijo mío, te lo has merecido, y Nosotros te hemos dado lo que queríamos darte’.
Quien pide se dispone, lo que se obtiene con el rogar se aprecia, se tiene custodiado, y como el conocer mi Querer Divino, el poseer su reino no es un bien individual, sino general, para obtenerlo te hago pedir por todos, a nombre de todos y de cada uno de los pensamientos, palabras y actos de criatura, para hacerte formar el derecho en nuestra Paternidad Divina, de que todos puedan recibir el reino de nuestro Fiat, y las disposiciones en ellos para poseerlo.
Así hizo la Reina del Cielo para implorar el reino de la Redención, por todos y por cada uno tuvo una oración, un suspiro, un acto, no dejó que se le escapara ninguno y con esto daba el derecho a cada uno para poder recibir a su Redentor; así hice Yo para redimirlos, y así quiero que hagas tú para el reino de mi Divina Voluntad”.
Fiat Divina Voluntad