Patton, Monty, Ike y, hoy, Ela
Patton, Monty, Ike y, hoy, Ela
Patton, Monty, Ike y, hoy, Ela
Patton, Monty, Ike y, hoy, Ela. Cada uno se ha llevado un trocito de mi alma, encogiéndome el corazón con su último latido.
No, no me acostumbro. Esperadme por arriba, que si hay un cielo para perritos, cambiaré mil eternidades por pasar otra vez, un rato tan solo, con vosotros.