JESUSITO DE MI VIDA, ¡JESÚS, QUÉ VIDA LLEVO! CAPÍTULO 3

JESUSITO DE MI VIDA, ¡JESÚS, QUÉ VIDA LLEVO! CAPÍTULO 3

MOVCON es el acrónimo que se utiliza aquí para denominar al servicio de movimientos terrestres que proporciona el ISAF JOINT COMMAND –IJC– para moverse por Kabul.

Pensad que la capital concentra más de cinco bases militares, los ministerios afganos, las embajadas y otros organismos relevantes…, o inútiles, como UNAMA (la misión de Naciones Unidas) y la asistencia a reuniones en ellos es constante.

He utilizado varias veces este servicio. Es relativamente sencillo: solicitas el día anterior el transporte especificando la hora y lugar de destino. Ellos agrupan destinatarios y te comunican las horas de partida y regreso y las paradas intermedias. Es como un taxi colectivo.

A la hora señalada –con chaleco, casco y pistola– tienes que estar en el pick-up point, donde te esperan 2 coches todoterreno civiles blindados. Algunos llevamos los guantes y las gafas balísticas y unos pocos, los que saben lo que es un IED, incluso protección en los oídos.

Puede que alguno se cachondee, yo no. Conozco perfectamente el motivo de prevenciones tan simples. Si nos vuelan el coche y seguimos vivos, la experiencia dice que posiblemente estemos en un “ataque complejo”, es decir, intentarán rematarnos o emboscar a quien venga a ayudarnos.

Así que, si no estamos muy malitos, necesitaremos ver, oír y disparar. Aparte de otros efectos, seguro que habrá proyección de cristales que afectará a nuestros ojos, un sonido que nos dejará sordos, así como unos destrozos que nos lesionarán las manos en cuanto las apoyemos.

Usar gafas, tapones y guantes, además de chaleco, casco y cinturón de seguridad, puede darnos alguna oportunidad. Si, encima, llevas el torniquete preparado para ponértelo con una sola mano, puedes afirmar que eres un tío “matizao”. Pero no sueles ver a gente preparada así.

Antes, la ruta la hacía un autobús blindado que parecía sacado de la película de Mad Max, pero en octubre del año pasado lo volaron y mataron a 17 de sus pasajeros. Ahora son tandas de 2 vehículos, más discretos, aunque las antenas de los inhibidores en el techo cantan un huevo.

El responsable del convoy, norteamericano normalmente, pasa lista, te da una pequeña charla de seguridad (te dicen que en caso de ataque te quedes sentadito, que los que reaccionan son ellos) y pide que embarquemos. Tres en cada vehículo más un conductor y un escolta con fusil.

La primera vez que lo usé, yendo con el comandante al que relevaba, me dijo: "Ya verás como todos se pegan por ir en el segundo coche". En efecto, mientras los dos españolitos nos subíamos tranquilamente en el primer coche, el resto esprintaba para subirse al segundo.

"¿Y esto?" –le pregunté. "La estadística muestra que en este tipo de convoyes la insurgencia tiene clara predilección por volar el primero". "Cool" –respondí. En efecto, todas las veces que he utilizado este tipo de transporte se ha cumplido lo que me contó mi predecesor.

Así que, como una bonita tradición, cuando tengo que utilizar el MOVCON y los conductores, ofrecen los coches para el embarque, yo siempre me subo directamente en el primero. Ellos y sus escoltas, que hacen estos trayectos hasta cinco veces al día, no dicen nada, pero se miran.

Intenté confirmar la teoría cenando un día con un cabo 1º español que lleva cinco meses y pico haciendo este servicio. Con una sonrisa picarona, me dijo que eran tonterías. Pero también me habló de la tensión que acumulan día tras día... Esto sí me lo decía serio de cojones...

Puede que todo sea una "leyenda urbana", pero cuando termina el trayecto y me bajo, la pareja de mi coche siempre se ha despedido de mí con unas palabras amables y una sonrisa, que yo les devuelvo, agradecido, con un apretón de manos y una mirada de complicidad.

Creo que también es hora de hablaros de mis compañeros de CJ5 Planes. El jefe es un comandante italiano de la unidad de tiradores de los Carabinieri. Alto, con la barba milimétricamente cuidada y un purito en los labios, siempre va impecable como buen italiano.

Buen tío. Creo que me ha acogido porque, como siciliano, Erice le recuerda a la familia… Cuando el coronel COS, también italiano, viene a hablar con él parece que estoy en medio de una película de Visconti. A lo que no me acostumbro es a que se despida de mí con un ¡ciao bello!

Del comandante polaco os hablaré el próximo día, pero os adelanto que el cabronazo de mi jefe ha decidido que tenía que poner mote al "trío calavera" de Planes, así que al polaco le ha puesto Shrek (grandote, más bruto que un arado, pero excelente persona).

A mi Yoda (porque soy pequeño y sabio, dice el muy “mariconzón”) y él, Ali Baba (él sabrá por qué…). La verdad, es que, entre tanto angloparlante, somos un grupo curioso y, lo que es más importante, hemos conectado muy bien. (Continuará)

WEB DE PEDRO SEBASTIÁN DE ERICE LLANO

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