JESUSITO DE MI VIDA, ¡JESÚS, QUÉ VIDA LLEVO! CAPÍTULO 2

JESUSITO DE MI VIDA, ¡JESÚS, QUÉ VIDA LLEVO! CAPÍTULO 2

Sigo con la serie. En este traigo el valor de las palabras. El llamar a las cosas por su nombre. Fue hace 8 años en Afganistán. Hoy, entre la ignorancia y la manipulación, el trile de palabras y significados es constante.

Hoy quiero que mi mensaje sea un poco distinto. Dejo a un lado mi día a día y os voy a contar una breve historia. Un “sucedido” –como dirían por ahí– que me ha hecho reflexionar. Así que me he sentado a escribir mientras ronca mi estimado compañero belga.

Aunque es temprano, hace tiempo que amaneció en Kabul. Esta vez, por ausencia del Jefe de las Fuerzas de ISAF, John Allen, y de su segundo, Adrian Bradshaw, preside la videoconferencia el general francés Oliver de Bavinchove, desplegado como Jefe del Estado Mayor del ISAF HQ.

A los pocos minutos de iniciarse la videoconferencia, un oficial norteamericano que está describiendo la actividad enemiga termina su frase de la siguiente forma: “… and exploit French withdrawal (… y explotar la retirada francesa)”.

Inmediatamente, Bavinchove interrumpe y solicita que en toda referencia que se haga al “movimiento retrógrado” francés, impuesto por François Hollande tras vencer en las pasadas elecciones, no se utilice la palabra “withdrawal” (retirada), sino “redeployment” (redespliegue).

La tajante intervención del general me produjo tres reflexiones inmediatas: primera, cómo entendemos igual esa situación un general francés y un comandante español cuando, tras nuestra acelerada vuelta a casa desde Irak en 2005, jamás he oído un comentario similar en España.

Segunda, quizás por la razón anterior, una gran empatía con la pesadumbre que, seguro, sentía en esos momentos el general francés. Pesadumbre que conocemos bien los militares españoles porque realizamos, estoicos, el redespliegue antes mencionado.

Y tercera, una gran admiración, al ver cómo un general es capaz de defender el honor de su ejército hasta en el detalle más pequeño y ante cientos de militares de las cuarenta y pico naciones que forman la coalición.

Alguno pensará: “Que se jodan y que traguen mierda como la tragamos nosotros”. No sé lo que diría si estuviera en España pero aquí, cuando cada poco tiempo tengo que acercarme a mi tocayo Pierre y darle el pésame por otro soldado francés caído en combate, no puedo pensar así.

Llevamos muchos, demasiados muertos, como para andar con frivolidades. Más aún, me siento más cerca del gabacho, del brit, del ozzi de inglés endemoniado, del polaco, del italiano, del yankee, de aquí, que de la panda de “hijosdelagranputa” que pululan por nuestro suelo patrio.

Por supuesto, y más que de nadie, estoy cerca de los “paracas” de Qala-e-Naw, con los que viajé hasta Herat. Del suboficial fallecido hace una semana, del soldado herido ayer, de todos ellos desplegados en el frente.

Hemos perdido el pulso del liderazgo militar (del político ni hablo), ya lo he escrito alguna vez desde que estoy aquí. Y me vuelvo a referir al liderazgo estratégico, al que marca la excelencia del prestigio y la ejemplaridad en el ejercicio del Mando con mayúsculas.

Del de “trinchera”, como he dejado también por escrito muchas veces, seguimos bien servidos. Admiro la capacidad de decisión y de asunción de riesgos que, por cierto, no es otra cosa que ejercer el mando, de algunos generales extranjeros aquí desplegados.

El militar español tiene parte de culpa. Sí, a veces adoptamos actitudes pasivas o dóciles. Pero el vacío que hay detrás del militar que decide, el escalofriante silencio a su espalda, sólo roto por el resbalar de la guadaña política sobre el pedernal, atenaza al más pintado.

No, como dijo Morton Abramowitz, hoy no es un gran día para los héroes. El problema es que, en España, no lo es siquiera para los valientes. (Continuará)

La foto del soldado durmiendo y el del tiro en el casco están tomadas por Tim Hetherington, autor de Restrepo, premio Word Press Photo y muerto mientras cubría la rebelión contra Gadafi en Libia. Se tiró casi 2 años conviviendo con los soldados US en la provincia de Kunar.

WEB DE PEDRO SEBASTIÁN DE ERICE LLANO

Twitter