NADA ES FÁCIL EN BESMAYAH. INSTRUYENDO A LA 72 (IV)

NADA ES FÁCIL EN BESMAYAH. INSTRUYENDO A LA 72 (IV)

Ha llegado el momento de poner fin a la narración de mi despliegue con la Brigada “Extremadura” XI en Irak. Me ha costado, la vida dicta el tempo, pero aquí va el epílogo de nuestra historia con la brigada 72 iraquí. Así que… NADA ES FÁCIL EN BESMAYAH. INSTRUYENDO A LA 72 (IV).

Nuestro BPC –Building Partner Capacity– como el resto de los centros de instrucción de la Coalición, dependía del Combined Joint Force Land Component Command – Iraq (el Mando Componente Terrestre, de acrónimo CJFLCC-I, que los anglófonos incompresiblemente pronuncian “siflic”).

Pues bien, casi cada semana nos llegaba de ahí arriba nuevas variaciones sobre la instrucción de la 72. Son las desconexiones que muchas veces existen entre un cuartel general y sus unidades. Unos en los mundos del Power Point y las grandes estrategias y otros en el jodido barro.

Puedo hablar sin tapujos porque he estado en los 2 lados de la colina y sé de qué hablo. Ya comenté que lo previsto cuando llegamos era que 2 semanas más tarde la 72 terminase su adiestramiento con un gran ejercicio de batallón, de nombre CABEX (Combined Arms Breaching Exercise).

Estábamos pensando cómo meterle mano a ese ejercicio, que no nos convencía nada porque no les veíamos preparados, especialmente en el mando y control, cuando nos llegó una ampliación del periodo de instrucción de la mano de la primera visita del General Clarke, jefe del “siflic”.

En esa visita le dijimos que, en el tiempo disponible, el nivel alcanzable por la unidad no era batallón, sino compañía. Fue un jarro de agua fría, pero el tiempo nos dio la razón. A cambio, se nos ordenó que TODAS las compañías de la brigada harían ese ejercicio de fuego real.

Además, para evitar que Clarke pensara que la disminución del objetivo era por pereza, le dijimos (porque somos así de chulos) que TODAS las compañías realizarían, TAMBIÉN, un ejercicio de asalto y limpieza de una zona urbanizada mezclando fogueo con demoliciones reales. Flipó…

…pero no se quedó convencido del todo. Cada semana nos mandaba a su Command Sergeant Major, M. Green, para ver nuestros progresos. No fue fácil porque, en el US Army, el sargento mayor es el responsable de la Instrucción y Adiestramiento… pero allí el responsable era yo.

Y a ello nos pusimos en esas 4 semanas. Un trabajo intenso que hacía que los días volasen. Trabajo que, finalmente, cristalizó y fuimos capaces de realizar los 10 ejercicios de fuego real de compañía ordenados que incluían fusilería de 5,56 mm. y francotiradores de 7,62 mm …

… ametralladoras de 5,56 mm y 7,62 mm disparando desde el suelo y de 12,70 mm haciéndolo desde vehículos blindados MaxPro y Hammer; lanzagranadas de 40 mm y anticarro LAW de 66 mm; humos, granadas de sonido y explosivos para simular la apertura de brechas con este sistema…

…además de la brecha que abría un vehículo blindado con pala empujadora (Dozer), que rellenaba de tierra un foso contracarro y abría el pasillo en un merlón de protección. En tres de estos ejercicios no hubo simulación, sino que las aperturas con explosivos fueron reales.

Los métodos de apertura con explosivos que utilizamos fueron: manguera explosiva pesada (MICLIC), que lo hacía en un área de IED contra vehículos; 2 mangueras ligeras (APOBS), que lo hacían en los cinturones de IED contra personal de una posición defensiva…

…y una carga en “T” de explosivo plástico que reducía un T-wall -un muro de cemento- a arenilla. Además, en uno de ellos, el que vio en directo el “big boss”, se hizo fuego real de morteros y participó un carro de combate T-55, que hizo fuego con la máquina DsHK de su torre.

Según el general de 3 estrellas MacFarland, que mandaba todo el Teatro y lo presenció, “el mejor ejercicio de fuego real que he visto en Irak”. Y, como prometimos, hicimos los otros 10 ejercicios de compañía en combate en zona urbanizada, todos con sus respectivas voladuras.

El consumo de munición de la 72 brigada, sólo en el tiempo en que estuvo con nosotros, BDE III, habla por sí solo de la intensidad aplicada en la preparación. Con una media de 900 militares en la instrucción diaria se consumieron 221.000 disparos de 5,56 mm, 49.000 de 7,62 mm…

…34.500 de 12,70 mm, 1.400 granadas de 40 mm, 81 lanzagranadas anticarro LAW, 40 de morteros, 3 MICLIC, 9 APOBS… Nada más hay que ver el crédito anual de un regimiento de Infantería española para darse cuenta de la envergadura de lo realizado. Para que lo entiendan, ¡La leche!

Les hicimos una sentida ceremonia de despedida y los vimos partir hacia el frente. A la semana, nuestros “chicos” de la 72 estaban partiéndose el cobre en el norte, en Makhmur. Era la operación “VALLEY WOLF” el primer paso para recuperar Mosul, en manos de DAESH.

En el primer día de combate le sacaron 9 kilómetros a su brigada “hermana”, la 71, adiestrada en Taji. En su marcha, iban tomando y liberando aldeas en posesión del Daesh. En los días siguientes tuvieron que pararlos porque la distancia aumentaba y empezaba a generar problemas.

Alcanzadas sus posiciones próximas al río Tigris, se establecieron en defensiva y fueron rechazando uno tras otro los contraataques y las acometidas de los vehículos suicidas del DAESH. Tuvieron muchas bajas pero, cuando volvíamos a España en mayo de 2016, seguían combatiendo.

Seguramente sean las casualidades de la guerra y esa suerte que unas veces te sonríe y otras te golpea con dureza, pero el hecho es que el papel extraordinario que la 72 brigada jugó en aquellos días de duros combates contra el DAESH se asoció al trabajo de los españoles.

Así lo reconoció el nuevo Jefe del CJFLCC-I (“siflic”, acuérdense), MG Gary Volesky, en nuestra despedida. Por cierto, el MG Volesky, al mando entonces de la 101 Airborne Division -the screaming Eagle- me pareció un militar norteamericano con un carisma y liderazgo extraordinario

Sólo un mes después de la partida de la 72 brigada trabajábamos ya a más de 30ºC. Parecía que habían pasado años desde aquellos días en los que el barro lo invadía todo y el frío de la mañana se colaba por los huecos del chaleco. Era el turno, entonces, de la brigada 35.

Una brigada que ningún BPC quería adiestrar por ser acorazada. Nuevamente los españoles, esos tipos incomprensiblemente siempre risueños de Besmayah, levantamos la mano. Éramos la “Panzerbelloten”, seguros de nosotros mismos y de nuestras capacidades como mecanizados y acorazados

La brigada acorazada 35 se presentó en Besmayah con más de 1300 militares encuadrados en 4 batallones y una compañía Ranger -a los que filiamos en 4 días- y, para realizar la instrucción, 3 carros de combate M1 Abrams, 6 carros T-72 y 11 vehículos de combate de Infantería BMP-1.

Poco tiempo de nuevo con un objetivo principal: formar tripulaciones con soldados recién reclutados, perfeccionar las pocas que ya estaban formadas y mejorar la instrucción táctica de sus unidades hasta, al menos, nivel sección (son de 3 vehículos en lugar de 4 de las nuestras).

Menos tiempo, pero una unidad con más liderazgo, más disciplina y más ganas de trabajar que los anteriores. Normalizamos la instrucción nocturna, a pie y con los blindados, fuego real incluido. Sí, mejores, pero sin pasarse… nuestros chicos de la 72 tenían un "color especial".

Y nosotros, con las mismas ganas que al inicio de misión. Volví a salir a diario para ver a mis instructores ¡Qué gente más excepcional! Como lo fueron, seguro, los de la BRILEG y la BRIPAC. Pero esos eran los míos y, sólo por eso, para mí, los mejores soldados en este planeta.

Implicándose hasta las cachas, sin medir esfuerzos, asumiendo, conscientes, los riesgos, como siempre hemos hecho allí donde nos han mandado. El soldado español “conecta” con cualquiera, ya sea iraquí, maliense, bosnio o afgano. Lo llevamos en los “gérmenes”, como dicen por ahí.

Veía la diferencia a diario, ya que mandaba instructores británicos, norteamericanos y portugueses. Sólo estos últimos se acercan un poco a nuestra forma de ser. Pero esa conexión que te permite acercarte a ellos con naturalidad, que te den besos al encontrarte o despedirte,

que te cojan de la mano como si de una pareja paseando por la Gran Vía se tratase, te inviten a un falafel –bocata de pan de pita con una albóndiga de pasta de garbanzo y ensalada– hecho en una pick up (que al principio expulsarás de tu cuerpo de forma explosiva al poco tiempo),

que te desmiguen el pollo con las manos y te lo pongan en tu plato o te cuenten sus confidencias, esa forma de ser, es un arma de doble filo que nos puede impedir reaccionar con la rapidez necesaria si alguna vez la situación se tuerce. Y en Irak se puede torcer en un instante.

Somos soldados españoles, con todas sus virtudes… y defectos y no, los yundis no creaban ese vínculo tan profundamente. Si alguna circunstancia rompiera la “luna de miel” en la que trabajábamos, a alguno no le costaría un segundo rebañarnos el cuello si tuvieran la oportunidad.

De un día para otro y sin mediar explicación. ¡Ris-ras! Para ellos, normal y justificado. Mientras, nosotros podríamos seguir dudando si desenfundar o no. A más tiempo con ellos, más dudas podía tener el instructor a la hora de reaccionar instintivamente ante una amenaza cierta.

Lo sabíamos, lo trabajamos en la preparación y se lo recordaba constantemente sobre el terreno a mi gente. Y yo soy el primero que aprovechaba esa relación privilegiada con ellos, ya que facilitaba la coordinación y resolvía los pequeños problemas del día a día.

Por eso era tan importante la presencia de nuestros queridos “ángeles guardianes”, la Unidad de Protección, que mantenían la necesaria y fría distancia para reaccionar, sino al primero, antes de que se produciera el segundo disparo. Esa fue la principal dificultad de esta misión.

Esa fue la balanza de confianza y prevención que hubo que usar con maestría. Esa fue la grandeza de la unidad de instructores que tuve el honor de mandar y que no olvidaré el resto de mi vida. Esa es nuestra religión de hombres honrados.

Trabajamos duro, contra viento y marea porque, como dije antes… ¡Nada era fácil en Besmayah! Un saludo a todos.

Casi todas las fotos son de A. Cortés (Equipo PAO de nuestro BPC-III).

WEB DE PEDRO SEBASTIÁN DE ERICE LLANO

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