Nuevos Twits subidos el 2025-20-26
Acabo de terminar “En la Tercera el francés”, de @FSupervielleB, y lo he disfrutado. Un libro puede ser interesante, pero cuando, además, te engancha hasta emocionarte en algún párrafo, es que ha saltado de categoría. Tanto es así que voy a escribir un par de tuits sobre el.
Pero antes de nada, quiero dar las gracias a otro gran escritor, experto en La Armada y amigo, @Guille_Nicieza, autor de “Leones del Mar”, que es mi manual de consulta para todo lo que se refiere a vocabulario naval. Es lo que tiene navegar sólo en el estanque del Retiro… 😉
El lector encontrará en “En la Tercera el francés” una historia épica extraordinaria -novela histórica, no historia novelada, como aclara el autor para justificar sus licencias narrativas. Con eso, bastaría, pero les voy a contar lo que yo, militar, veo (sin hacer spoiler… ).
Veo dos militares, Álvaro de Bazán, marino, y Lope de Figueroa, infante de Tercio, a los que sólo mueve una cosa: España y el Rey. El segundo, amigo y subordinado del primero. Ficción o no, es una lección para hoy. Nunca el interés de un ejército puede sobrepasar el bien común.
Veo liderazgo, en dos viejos soldados, construido sobre el prestigio y la ejemplaridad. Veo mando orientado a la misión, basado en la confianza, en el buen hacer del subordinado y en un conocimiento claro del propósito del jefe. Sin ambos, es imposible y está abocado al fracaso.
Veo la diferencia entre una escuadra, la española, profesional y cohesionada, en la que la confianza nuevamente es el pegamento que usan líderes inspiradores (“equipazgo”) y la francesa, donde los egos e intereses personales arruinan cualquier ventaja táctica y valía individual.
Veo una forma de ser del marino y soldado español del siglo XVI, que reconozco en el del siglo XIX. Con sus virtudes y defectos. Alguno me tachará de optimista, pero como viejo soldado ya, sé lo que me digo. Quizás ahora se guarde más para cuando vienen mal dadas, pero ahí está.
Veo cómo no siempre se alinean los intereses militares con los políticos -aunque ambos puedan ser más o menos bienintencionados-, cómo el que sabe de combate siempre es el militar y cómo es fácil y tentador utilizar la disciplina o la lealtad como refugio para la cobardía.
Por último veo cómo a D. Álvaro de Bazán otro soldado que “sabía manera”, Cervantes, le dedica los dos mejores “piropos” que pueden dedicarle a un mando: “Rayo de la guerra” -es el mejor jefe, la potestas- y “padre de soldados” -es el mejor líder, la auctoritas.
Y les dejo una aportación, una perlita, por si quieren saber cómo continuó la historia de la Isla Tercera donde la deja @FSupervielleB. Está escondida en un viejo libro, “Diálogos del Arte Militar”, que Bernardino de Escalante escribió, precisamente, en 1583.
Se trata de la Jornada de la Isla Tercera, que narra la toma de la Isla. Mismos protagonistas en nuestra flota: Bazán y Figueroa. Aporta también una detallada relación nominal de tercios, caballeros aventureros, marinos de las galeazas y otros bajeles, artillería y bastimentos.
La narración está plagada de detalles como este: “El primero que saltó en tierra de todo el ejército fue Francisco de la Rúa, alférez del Maestre de Campo Francisco de Bohadilla, que salió a nado por habérsele encallado el barco, y, con él, dos soldados: Retacho y Pedro Lagarto”.
En fin una narración detallada que incluye el ajusticiamiento del gobernador de la isla, Manuel de Silva, al que, eso sí, visto el arrepentimiento público mostrado antes de que le decapitaran, enterraron cristianamente en presencia de D. Álvaro y resto de notables. Somos así… 🇪🇸
FE DE ERRATAS:
Obviamente, al hablar de los soldados, no me refiero al siglo XIX -que también- me refiero al XXI, que es en el que vivimos.
A partir de una edad, ¡No tecleéis sin gafas! 😬
Gracias a @Duckadam_ por el aviso. Un saludo.