CON CARLOS BARÓ EN MALLO BLANCO

CON CARLOS BARÓ EN MALLO BLANCO

Pedro Erice   @EricePedro  1 mar. 2021

Se lo he prometido a @RaquelCriado78. Solíamos llegar los primeros a la puerta del comedor de la residencia Mallo Blanco de Jaca. Lo de “residencia”, para nosotros, alumnos del curso de operaciones especiales, era un eufemismo. Cuando podíamos usarla era para poco más que dormir.

Pedro Erice   @EricePedro  1 mar. 2021

Y si dormías en cama, era porque te habían reventado… A las 07:00 abrían la puerta para servir el desayuno, pero Carlitos Baró y yo llegábamos varios minutos antes. Doloridos, con las “marcas” típicas del curso en cada músculo, nos mirábamos los “caretos” en un tenso silencio.

Pedro Erice   @EricePedro  1 mar. 2021

De repente, como saliendo de un letargo y mientras negaba con la cabeza, uno de los dos decía muy bajito, en la penumbra, “ME APETECEN LAS MARCHAS DE HOY COMO QUE ME PEGUEN 1.000 PUÑALADAS EN LA INGLE”. Escribo aquí marchas, pero la lista de actividades podía ser interminable.

Pedro Erice   @EricePedro  1 mar. 2021

El otro asentía, despacio, como si ponderara seriamente si en el pliegue de la ingle se podía meter tanto hierro. La respuesta, segundos después, era también siempre la misma: “¡JODER!, PREFIERO QUE VENGAN AHORA MISMO 100 HIGHLANDERS CON BATES DE BEISBOL Y ME DEN UNA PALIZA”.

Pedro Erice   @EricePedro  1 mar. 2021

Nos descojonábamos dándole vueltas a la bondad de esas alternativas. Se convirtió casi en un ritual. Carlos, el mejor soldado que he conocido, murió en Irak en 2003. Yo sigo aquí, y me comería 10 palizas de esos highlanders por cambiar el destino de aquel fatídico día. Un saludo.