Educación en tiempos de Pandemia

O’Gorman: “La educación no estaba preparada para la migración online”

El especialista en nuevas tecnologías analizó el impacto de las nuevas prácticas de enseñanza durante la cuarentena y detalló cuáles son los principales obstáculos que tiene Argentina para adaptarse a esta nueva realidad.

Una de las actividades sociales a las que más afectó la pandemia –y las medidas de confinamiento que trajo aparejada– fue la educación. En todos los niveles, alumnos, maestros y profesores debieron adaptar sus rutinas de aprendizaje y enseñanza a medios digitales de manera abrupta y sin estar del todo preparados. Además, este cambio de dinámica puso de manifiesto la brecha tecnológica existente y afectó sobre todo a aquellos que menos tienen: según un estudio publicado por la Universidad de San Andrés, el 19,5% de los alumnos de primaria y el 15,9% de los alumnos de secundaria no cuentan con acceso a Internet en el hogar. Para este segmento de la sociedad, las oportunidades de continuidad pedagógica en el contexto de la pandemia del coronavirus se ven aún más limitadas que de costumbre.

En diálogo con DEF, Patricio O’Gorman, consultor, investigador y especialista en nuevas tecnologías, analizó desde su campo de estudio cómo fue el impacto de las nuevas prácticas de enseñanza que hubo que adoptar en cuarentena y si estamos ante un nuevo modelo educativo. Además, detalló cuáles son los principales obstáculos y dificultades que tiene Argentina para no perder el tren en tecnología de la educación.

-¿Quiénes fueron los más afectados por las nuevas formas de educación no presencial? ¿Estábamos preparados para esa transformación?

-El mayor desafío lo tuvieron los chicos que van a la escuela primaria y al jardín de infantes, que ahora tienen sus clases por Zoom. Ahí te das cuenta de que la educación no estaba preparada para la migración online porque no había una práctica previa. Hubo una migración de cero a cien y hubo que pasar todo el sistema a contenido remoto. El sistema educativo no estaba listo.

-¿Creés que esta crisis en el modelo educativo iguala a los países o, por el contrario, algunos ya estaban adaptados y, entonces, la brecha entre ellos se amplía?

-Yo distingo entre los distintos niveles de educación. Tenemos que ponernos de acuerdo en que el hombre es un animal social. Si estamos de acuerdo en eso, el contacto humano es necesario en cualquiera de sus formas, y no es optativo. En el jardín de infantes y los primeros años de la escuela primaria, es difícil migrar hacia la educación online porque el foco está puesto en la socialización y el respeto a las reglas. Eso no es reemplazable. Si pasamos a educación primaria avanzada, secundaria y universitaria, existe la oportunidad para que los países inviertan en tecnologías que ayuden al fácil acceso y al costo accesible para que los alumnos se sumen a las plataformas.


“Existe la oportunidad para que los países inviertan en tecnologías que ayuden al fácil acceso y al costo accesible para que los alumnos se sumen a las plataformas”.


-¿Qué es lo que puede hacer la escuela pública para adaptarse a la realidad que impone la pandemia?

-Hay que preguntarse cómo encontrar al alumno, darle tecnología de acceso y, por otro lado, capacitar de manera rápida a docentes y migrar contenidos al formato de delivery online remoto para que podamos unir esas dos puntas y la experiencia educativa pueda suceder. Fijate que todavía no hablamos de lo que se enseña y de la acción de estudiar en sí misma, sino del acceso. Volviendo a la pregunta anterior sobre la brecha, claramente, los países donde estas cuestiones no sean restricciones van a estar en una posición más ventajosa. Quizás la inversión en esos países se limita a la adaptación de la currícula al formato online y nada más, porque todos los alumnos se pueden conectar y los docentes pueden adaptarse, y solo necesitan algo de capacitación y contenido, y ya está. El problema es que la brecha digital se puede ampliar en las economías más pobres.

-En Argentina, ¿este posible nuevo panorama plantea alguna ventaja u oportunidad?

-Es una pregunta compleja en el contexto argentino actual porque tenemos problemas de arrastre anteriores a la pandemia. El talento argentino está, y hay gente que quiere hacer cosas. Tenemos que ver si pueden hacerlo, y eso va a depender del hardware, el software y la comunicación. Hoy por hoy, tenemos problemas de hardware: hay una restricción a la tecnología por el tema de las importaciones, el dólar y por problemas heredados en un contexto en el cual la tecnología ya no es un lujo sino una necesidad. Estas restricciones hoy nos juegan doblemente en contra. Ni hablar de lo que sucede con el software, al que hay que pagar en dólares. Hay dificultades que agravan el problema digital.

*La versión completa de esta entrevista se publicará en la edición 133 de la revista DEF. Publicado origjnalmente acá.