Administradores No Inovadores

El valor agregado y las nuevas ideas cotizan alto en las compañías. Qué están haciendo y cuáles son las estrategias de las empresas para crear culturas disruptivas y potenciar a sus empleados.

Una de las carreras más elegidas en la Argentina es Administración de Empresas, junto con Abogacía y Contabilidad. La carrera ayuda a gerenciar negocios, pero no a crearlos. Quizás esta sea una de las causas de la falta de innovación en las grandes (¿Y pequeñas?) empresas: sus profesionales están diseñados para mantener el status quo. Es así que las organizaciones tienen un problema de partida: su gente no estudió la innovación ni aprendió formalmente a innovar.

La mayoría de las iniciativas corporativas apuntan a mantener el nivel de rentabilidad. Esto es contradictorio con las innovaciones disruptivas. Adicionalmente, las firmas suelen castigar a los empleados que fallan al innovar, incentivando así jugadas menos arriesgadas para sus carreras. Las típicas escaleras corporativas se escalan de a pasos firmes y seguros; un proyecto fallido puede destruir una carrera. Como corolario final, los procesos de presupuesto y planeamiento corporativos no alientan la innovación, ya que es habitualmente imposible de estimarlas con la certeza que requieren los sistemas.

Otros Factores

El contexto externo tampoco ayuda: los proveedores no suelen demandar grandes cambios a los productos, ya que afectaría su capacidad para llevarlos al mercado, y los clientes tienen una demanda concreta que cumplir y quieren hacerlo eficientemente y sin sobresaltos. Para las firmas que cotizan en bolsa, los requisitos de crecimiento incremental y continuo desalientan los grandes riesgos, limitando las iniciativas innovadoras de fondo.

Es fácil entender por qué las innovaciones profundas surgen de los emprendedores: tienen poco que perder y mucho por ganar. Este es el enfoque que deben intentar las empresas: crear un contexto favorable al emprendedor interno; promover la experimentación e innovación profunda en productos y procesos, con acceso a los mejores recursos, sin impacto directo en su carrera, y destinar fondos a promover estas iniciativas fuera de los procesos de evaluación económica tradicional. Si no lo hacen, los emprendedores de garage seguirán teniendo ventajas a su disposición para destronar a los guardianes del status quo.

Publicado en El Cronista el 3 de Noviembre de 2015.