Wisława Szymborska

En la Torre de Babel

-¿Qué hora es? -Sí, soy feliz,

y sólo me falta una campanilla al cuello

que suene encima de ti cuando estés dormido.

-¿Entonces, no has oído la tormenta? El viento ha sacudido el

muro;

la torre ha bostezado, como un león, con su gran puerta

de goznes chirriantes - ¿Cómo? ¿Lo has olvidado?

Yo llevaba un sencillo vestido gris

abrochado en el hombro. -E inmediatamente después

el cielo se rompió en mil destellos. -Cómo iba a centrar,

si no estabas solo. -Vi de repente

los colores anteriores a la existencia de la vista. -Lástima

que no me lo puedes jurar. -Tienes razón,

probablemente fue un sueño. -¿Por qué mientes,

por qué me llamas con su nombre,

la amas todavía? -Oh sí, me gustaría

que te quedarás conmigo -No siento rencor,

tendría que haberlo imaginado. -¿Sigues pensando en él? -No, no estoy llorando.

-¿Y eso es todo? -A nadie como a ti.

-Por lo menos eres sincera. - Puedes estar tranquilo,

me iré de esta ciudad. -Puedes estar tranquila,

me iré de esta ciudad. -Tienes unas manos tan hermosas…

-Es una vieja historia, el filo pasó

sin lesionar el hueso. -No hay de qué,

querido, no hay de qué. No sé,

ni quiero saber, qué hora es


Wislawa Szymborska de Sal [1962]

Trad.  Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia