Wisława Szymborska

Hijos de la época

Somos hijos de la época,

la época es política.


Todos tus asuntos, los nuestros, los vuestros;

asuntos diurnos, asuntos nocturnos,

son asuntos políticos.


Quieras o no quieras,

tus genes tienen un pasado político;

la piel, un matiz político;

los ojos, un aspecto político.


Lo que dices, así suena, 

lo que callas, también suena,

de cualquier forma, político.


Caminando por el bosque, por la selva,

son políticos tus pasos

sobre un fundamento político.


Los poemas apolíticos son políticos también,

y arriba brilla la Luna,

un objeto no lunático.

Ser o no ser, ésa es la cuestión,

Qué pregunta, contéstame, cariño.

Una pregunta política.

No es necesario siquiera que seas humano

para cobrar importancia política. 

Es suficiente con que seas petróleo,

forraje o madera reciclada.


O una mesa de debates sobre cuya forma

se ha discutido varios meses:

¿dónde negociaremos sobre la vida y la muerte?

¿en una mesa redonda o en una cuadrada?


Mientras tanto, ha muerto gente,

han muerto animales,

han ardido casas,

y se han perdido campos de cultivo,

como en los tiempos antiguos

y menos políticos.


Wisława Szymborska de Gente sobre el puente [1986]

Trad. Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia


Somos hijos de nuestra época

y nuestra época es política.


Todos tus, mis, nuestros, vuestros

problemas diurnos, y los nocturnos,

son problemas políticos.

Quieras o no,

tus genes tienen un pasado político,

tu piel un matiz político

y tus ojos una visión política.


Cuanto dices produce una resonancia,

cuanto callas implica una elocuencia

inevitablemente política.


Incluso al caminar por bosques y praderas

das pasos políticos

en terreno político.


Adquirir significado político

ni siquiera requiere ser humano.

Basta ser petróleo,

pienso compuesto o materia reciclada.


Los poemas apolíticos son también políticos,

y en lo alto resplandece la luna,

un cuerpo ya no lunar.

Ser o no ser, ésta es la cuestión.

¿Qué cuestión?, adivina corazón:

una cuestión política.


Trad.  Ana María Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski 


DZIECI EPOKI


Jesteśmy dziećmi epoki,

epoka jest polityczna.


Wszystkie twoje, nasze, wasze

dzienne sprawy, nocne sprawy

to są sprawy polityczne.


Chcesz czy nie chcesz,

twoje geny mają przyszłość polityczną,

skóra odcień polityczny,

oczy aspekt polityczny.


O czym mówisz, ma rezonans,

o czym milczysz, ma wzmowę

tak czy owak polityczną.


Nawet idąc borem lasem

stawiasz kroki polityczne

na podłożu politycznym.


Wiersze apolityczne też są polityczne,

a w górze świeci księżyc,

obiekt już nie księżycowy.

Być albo nie być, oto jest pytanie.

Jakie pytanie, odpowiedz kochanie.

Pytanie polityczne.


Nie musisz nawet być istotą ludzką,

by zyskać na znaczeniu politycznym.

Wystarczy, żebyś był ropą naftową,

paszą treściwą czy surowcem wtórnym.

Albo I stołem obrad, o którego kształt

spierano się miesiącami

przy jakim pertraktować o życiu i śmierci,

okrągłym czy kwadratowym.


Tymczasem ginęli ludzie,

zdychały zwierzęta,

płonęły domy

i dziczały pola

jak w epokach zamierzchłych

i mniej politycznych.