Wisława Szymborska

Unas palabras sobre pornografía

No hay peor lujuria que pensar.

Es pura lascivia que se propaga cual hierbajo anemófilo

por los parterres reservados a las margaritas.


Nada hay sagrado para quienes piensan.

Con descaro llaman a las cosas por su nombre,

elaboran análisis disipados y síntesis concupiscentes,

se entregan a la salvaje y libertina persecución de la verdad desnuda,

al toqueteo libidinoso de temas delicados,

al roce de opiniones. Y se quedan tan anchos.


A la luz del día o al abrigo de la noche,

se juntan en parejas , triángulos y círculos.

No importan sexo ni edad de los integrantes.

Les brillan los ojos, les arden las mejillas.

El amigo pervierte al amigo.

Hijas depravadas corrompen a sus padres.

El hermano celestinea con su hermana menor.


Les apetecen otros frutos,

los del árbol prohibido de la ciencia,

y no las nalgas rosadas de las revistas en color,

ni la pornografía al uso, ingenua en el fondo.

Les divierten los libros sin estampas,

con único interés : ciertas frases

subrayadas a uña o a lápiz rojo.


¡Qué espanto!¡En qué posturas,

y con qué escabrosa simplicidad

se deja una mente fecundar por otra!

No constan ni en el mismísimo Kamasutra.


En estas citas sólo el té está caliente.

La gente se sienta, mueve los labios.

Cruza las piernas, pero cada cual las propias.

Así, un pie descansa en el suelo,

y el otro, el libre, se columpia en el aire.

Sólo de vez en cuando alguien se levanta,

se acerca a la ventana

y por una rendija de la persiana

fisga la calle.


Wisława Szymborska de Paisaje con grano de arena [2019-03-14]

Traducción. de Ana María Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski