Wisława Szymborska

Elegía viajera

Todo es mío, nada en propiedad,

nada en propiedad para la memoria

y mío sólo mientras miro.

 

Apenas recordabas, ya inseguras,

diosas de sus cabezas.

 

De la ciudad de Samokov sólo lluvia

y nada excepto lluvia.

 

París, desde el Louvre hasta la uña,

cubierto por una catarata.

 

Del Boulevard Saint Martin quedan las escaleras

y conducen a la nada.

 

Apenas un puente y medio

del Leningrado de puentes.

 

Pobre Uppsala,

con un poco de la gran catedral.

 

Desdichado danzante de Sofía,

cuerpo sin rostro.

 

Por una parte, su cara sin ojos,

por otra, sus ojos sin pupilas

por otra, sus pupilas de gato.

 

Un águila caucasiana planea

sobre la reconstrucción de un desfiladero,

el oro impuro del sol

y las piedras falsas.

 

Todo es mío, nada en propiedad,

nada en propiedad para la memoria,

y mío sólo mientras miro.

 

Innumerables, infinitos,

y únicos hasta la fibra,

hasta el grano de arena, hasta la gota de lluvia,

los paisajes.

 

No retendré ni una brizna de hierba

totalmente de acuerdo con su imagen.

 

La bienvenida y la despedida

en una mirada.

 

Para el exceso y para la carencia,

un movimiento del cuello. 


Wislawa Szymborska de Sal [1962]

Trad.  Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia