UNA OBSESIÓN ES UNA HERIDA PSÍQUICA

Una obsesión significa simplemente una herida en tu ser que no deja de interpelarte una y otra vez, que no para de manifestarse y de reclamar tu atención. No puedes obviarla. ¿Cómo vas a obviar una herida? Una obsesión es una herida psíquica; no puedes obviarla. Compréndela, obsérvala, préstale atención y medita sobre ella. Cuanto más medites sobre ella, más pronto se curará.

La meditación es una fuerza curativa. Los términos "meditación" y "medicina" proceden de la misma raíz; ambos significan fuerzas curativas. La meditación es medicina; medicina para el alma. Así que si tienes una obsesión, no la llames por su nombre. Desde el momento en que la llamas obsesión, ya has empezado a condenarla, y si la condenas no puedes observarla; estás predispuesto contra ella. ¿Cómo vas a observar al enemigo? No hace falta que la condenes; lo que tenga que ser, será. Condenándola no la vas a cambiar, lo único que puedes conseguir es reprimirla. Puedes lograr no verla, pero la herida sigue allí; se volverá cancerosa e irá creciendo en tu interior.

Antes que condenarla, antes que llamarla por su nombre y ponerle etiquetas, obsérvala sin sacar conclusiones. Mira de qué se trata. Profundiza todo lo que puedas con la máxima amabilidad para con ella, con intimidad. ¡Es tu obsesión, tu herida!, dice algo de ti y forma parte de tu biografía. Ha surgido de ti, como surgen las flores de los árboles, y es esencial porque cuenta algo de tu pasado. Profundiza en ella con amor y abnegación, y te quedarás asombrado: cuanta más abnegación le muestras, menos duele, menos predomina y menos se impone sobre ti.