MEDIANTE EL MIEDO SE HA MANTENIDO A LA MUJER AMEDRENTADA

Cuando tuve problemas de espalda, hará unos siete años, me acordé de aquellas mujeres. Trajeron un aparato de tracción para tirar mi cuerpo de las piernas y de la ca­beza al mismo tiempo, para enderezarme la columna. En­tonces, recordé que este aparato de tracción fue inventado por los cristianos para torturar mujeres. Yo experimenté una pequeña tortura en ese aparato, pero esas mujeres eran destrozadas.

Algunas veces se les desencajaba una pierna y otras veces ni siquiera hacía falta quemarlas vivas, se les desencajaba la cabeza

Les ponían grandes bloques de hielo sobre el pecho

Confesar era la única forma para salir de la cárcel:«¡Con­fiesa que has mantenido relaciones sexuales con el dia­blo!» Naturalmente, cualquiera preferiría confesar antes que padecer toda esa tortura. Y la tortura continuaría has­ta que confesaran, no había salida.

los obispos que las torturaban las aleccionaban so­bre lo que tenían que decir en el tribunal

Cuando con­fesaban: «Sí, he mantenido una relación sexual con el diablo», entonces el sacerdote les decía: «Tienes que de­cirle al tribunal cómo reconoces al diablo. Tienes que decirle que su pene era bifurcado», para poder penetrar a las mujeres por ambos orificios, así es como reconocían que era un diablo.

Esas pobres mujeres tenían que confesar eso en el tri­bunal. Y el tribunal preguntaba: «¿Cómo sabías que era el diablo y no un hombre?» Ellas describían el aparato genital del diablo que, por supuesto, tenía que ser especial, bifurcado; eso era prueba suficiente.

Ellos creaban la confesión, ellos creaban la prueba,

la mujer era quemada viva

Aniquilaron a miles de muje­res en nombre de Dios

Pero ahora, a la vista del número de demonios que al parecer andan por ahí, no creo que matando a unos miles de mujeres en la hoguera hubieran acabado con el diablo. Acababan con aquellas pobres mujeres, pero el diablo encontrará otras mujeres, ¡y con tantos demonios!

Qué extraño, deberían haber quemado al diablo, no a la mujer. La mujer era una víctima, el malo era el diablo. ¡Qué lógica tan extraña! Como al diablo no se le puede encontrar en ninguna parte

SE QUEMA A LA VÍCTIMA

NO EXISTE NINGÚN DIABLO

NI EXISTE NINGÚN DIOS

SON FICCIONES CREADAS POR LAS RELIGIONES PARA TORTURAR A LA HU­MANIDAD

PARA EXPLOTAR A LA HUMANIDAD

PARA GENERAR MIE­DO