EKIDO

El maestro japonés Ekido era un maestro severo y sus alumnos le temían.

Un día, cuando uno de sus alumnos tañía la hora en el gong del templo, falló un golpe por mirar a una hermosa muchacha que entraba. Sin que el alumno lo supiera, Ekido estaba de pie detrás de él. Ekido golpeó al alumno con su bastón, y la conmoción detuvo el corazón del alumno, que murió.

Como por entonces la costumbre de que los alumnos le entregaran sus vidas al maestro se había vuelto una mera formalidad, la opinión pública condenó a Ekido. Pero tras el incidente, Ekido produjo diez sucesores iluminados, una cantidad inusualmente elevada.

Este tipo de fenómeno es peculiar al zen y a los maestros zen. Sólo los maestros zen golpean a sus discípulos, y a veces ocurre que el discípulo muere debido a los golpes. Por lo general, esto parece muy cruel, violento, demencial. Las personas religiosas no pueden concebir cómo un maestro puede ser tan cruel de matar a un discípulo...

pero los que saben no son de esa opinión

El discípulo que tañía el gong del templo debe haber estado cerca de la muerte, muy próximo, y por eso es que el maestro estaba parado detrás de él. El discípulo iba a morir de un momento a otro. Esto no lo dice la historia, no puede decirlo, pero así es como ocurrió; de no haber sido así, no habría habido necesidad de que el maestro estuviera detrás del discípulo cuando éste tañía el gong. Un maestro tiene cosas mucho más importantes para hacer. Tañir el gong sólo es una cosa habitual, un ritual cotidiano. ¿Por qué estaba el maestro parado detrás de él?

Este Ekido parece un tipo raro. ¿No tenía algo más significativo para hacer? En ese momento, no había nada más significativo, porque el discípulo iba a morir de todas formas, y había que usar su muerte. Y sólo un maestro puede usar la muerte, por compasión. Esperaba para ver si el discípulo se mantenía o no alerta en el momento de la muerte. No fue así.