LA MENTE EMPIEZA A PENSAR DE NUEVO, "¿QUIÉN SABE? CON ESTA MUJER NO FUE BIEN, PERO CON OTRA PUEDE SER QUE SÍ ..LA MENTE EMPIEZA A TRABAJAR. CAERÁS DE NUEVO EN LA MISMA TRAMPA Y DE NUEVO SUFRIRÁS

Siembras la semilla de un mango. A medida que crece ¿se convertirá en el amargo fruto de un nim? Si en primer lugar, la semilla era de mango, se convertirá en un árbol de mango, en un gran árbol de mangos. De él nacerán miles de mangos, dulces. Pero si plantas un árbol de mangos y al final resulta ser un árbol nim, amargo, absolutamente amargo, ¿qué es lo que significa? No significa que el árbol te haya engañado, sino que tú confundiste la semilla de un árbol nim con la semilla de un mango.

El placer se desarrolla convirtiéndose en más placer; la felicidad crece y da más y más felicidad. Al final alcanza el clímax más elevado de gozo; pero uno ha de ser muy consciente a la hora de sembrar la semilla. Una vez has sembrado la semilla, estás atrapado porque entonces no puedes cambiar. Entonces tendrás que recoger la cosecha. Y tú estás recogiendo la cosecha. Siempre cosechas sufrimiento y nunca te vuelves consciente de que el problema estaba en la semilla. Siempre que empiezas a cosechar sufrimiento crees que ha habido alguien que te ha estado engañando. La esposa, el marido, el amigo, la familia, el mundo, pero siempre alguien. O bien el diablo, o bien alguien, te está engañando. Esto es evitar encarar la realidad de que has estado sembrando la semilla equivocada.

La falta de consciencia es tomar lo doloroso como placentero. Y éste es el criterio. Pregunta a Patanjali, a Shankaracharya, a Buda. Éste es el criterio: si algo se convierte al final en dolor, debía ser doloroso también al principio. El final es el criterio; el fruto final es el criterio. Deberías juzgar a un árbol por su fruto; no hay otra forma de juzgarlo. Si tu vida se ha convertido en un árbol de sufrimiento, debes deducir que la semilla fue mal elegida, que has hecho algo mal. Retrocede.

Pero nunca lo haces. Cometes el mismo error una y otra vez. Si tu esposa muere-y tú has estado pensando en numerosas ocasiones que si muriera estaría muy bien. Es difícil encontrar a un marido que no haya pensado en muchas ocasiones que le iría muy bien que su mujer se muriera -"He acabado con esto y no voy a volver a mirar a otra mujer"-. Pero en cuanto la esposa muere, de inmediato, la idea de otra mujer surge en la mente. La mente empieza a pensar de nuevo, "¿Quién sabe? Con esta mujer no fue bien, pero con otra puede ser que sí. Esta relación no llegó a buen fin, pero eso no cierra todas las puertas. Hay otras puertas abiertas". La mente empieza a trabajar. Caerás de nuevo en la misma trampa y de nuevo sufrirás. Y siempre pensarás, "Puede que sea esta mujer, y que esa mujer..." No es una cuestión de esta mujer o este hombre; es una cuestión de ser consciente.

Si eres consciente, entonces todo lo que hagas lo harás atendiendo al final. Serás plenamente consciente de cuál va a ser el final. Entonces si quieres tener dolor, si quieres vivir con dolor y sufrimiento, dependerá de ti el elegido. Entonces no podrás hacer responsable a otro. Sabrás perfectamente bien que sembraste la semilla y que ahora has de cosechar el fruto. Pero ¿quién es tan estúpido que estando alerta y siendo consciente, siembra semillas amargas?

¿Para qué?