"He pasado muy mala noche a causa del frío, pero mirando las estrellas".
Esta nota aparecía en La Estampa el 30 de octubre de 1928. La había escrito la noche del 1 al 2 de septiembre Luis Martínez “El Cuco” poco antes de iniciar la ascensión en solitario que le llevaría a la muerte: la primer muerte en el Naranjo de Bulnes de la que se tiene noticias.
El suceso.
Luis Martínez, 26 años, seguramente sin comunicar su intención a nadie, parte a principios de septiembre a conquistar el Naranjo de Bulnes. Pasa la noche junto a la pared y en su intento de ascenderlo, el día siguiente, sufre una caída mortal que le convierte en la primera víctima del Naranjo de Bulnes, el Urriello, “el Pico” por excelencia. Estos son los datos, todo lo demás son especulaciones unas veces inciertas, otras contradictorias y siempre insuficientes. Voz dice que intentó la cara Norte, por el recorrido que hicieron El Cainejo y Pidal, mientras que lo más seguro es que fuera por la Sur, por el recorrido abierto por Víctor Martínez. La misma Voz y Estampa hablan de que llegó arriba, basándose en la longitud del bramante con el que suponen que quiso medir la altura; seguramente no fue así, llevaba una bandera que no llegó a plantar en la cima. Dicen que había dejado aviso en el refugio de Camburero de que si no volvía se avisase a su familia y también que le encontró un pastor o el propio Víctor, cuando subía a un geólogo, el que vio en el fondo del Jou Tras el Picu el cadáver de Luis.
El problema
Asociado al misterio de por qué Luis emprendió esta ascensión en solitario está el tema de la bandera. Luis Martínez subía con una bandera roja que puede darnos alguna clave. En un artículo de 20 de junio de 2012, en la Nueva España, Ramón Sordo Sotres se remite a otro articulista, Fruela, que cita al periodista Ricardo Vázquez-Prada Blanco, el cual afirmaba que la prensa censurada por la dictadura había callado lo de la bandera. El mismo Ramón Sordo tras reproducir un artículo encontrado en “El Eco de los Valles”, número 996 de 20-9-1928, y no encontrar referencia a la bandera parece confirmarse en la idea de la censura: “pero l'asuntu la bandera que cuntaba Vázquez-Prada no apaez, pue que porque el xeneral Primo de Rivera llevaba casi cinco años mandando n'España con una censura juerte de prensa “. La verdad es que la hipótesis de la censura es posible si no hubiera que desecharla en base a dos razones muy simples: Si Ramón Sordo hubiera tirado de hemeroteca habría encontrado en cuestión de minutos un largo artículo con referencia a la bandera. Si a esto se suma que los artículos encontrados están llenos de inexactitudes y contradicciones, incluido el que reproduce Ramón Sordo, optaría mejor que por la explicación de la censura, por la de las dificultades que suponía la información de un accidente de este tipo, en aquel entonces, lugar remoto de la península. Y sin embargo, no habría sido nada de extraño la intervención de la censura, porque el intento de Luis Martínez parece ahora extremadamente valiente y subversivo.
La prensa
Pero antes de analizar el significado de la bandera, para fundamentar nuestra afirmación de que las contradicciones en este asunto juegan un papel fundamental en las informaciones del momento, además de las ya señaladas arriba de forma rápida, ponemos un ejemplo de cómo el artículo de El Eco de los Valles, no está libre de ellas. Dice:
“Y pasaron los días, y llegó el 9, en que un señor ingeniero de Oviedo, acompañado del guía Víctor Martínez, se proponían a su vez escalar el famoso "Pico Urriello". En su base sur hallan un saco de red y una gabardina. Suponen que pertenece a alguien que se hallaba allá arriba”.
Iniciada la escalada Víctor mira hacia abajo y ve:
“entre unos peñascos que aprisionaron su cuerpo, estaba el cadáver, casi putrefacto, del desdichado "Cuco"”
Remarcamos el casi putrefacto. Estampa señala exactamente el tiempo pasado: “A los siete días un pastor descubrió el cuerpo”. En el Eco de los Valles hemos visto que señala unos días: “Y pasaron los días, y llegó el 9"
Sin embargo más adelante la narración de El Eco de los Valles dice:
“En una covacha cercana al lugar en donde se hallaron el saco y la gabardina de la víctima, apareció un papel, escrito por el desdichado Luis Martínez, en donde se decía que allí había pasado la noche del 8 -la última de su vida-, noche que calificaba de horrible, por el frío que se siente en aquellas alturas”.
Aquí tenemos por qué decimos que la información que ahora nos ofrece es contradictoria e insuficiente. En la última cita se afirma que la noche del 8 es la última de su vida, lo cual es imposible de todas todas, porque resultaría que al encontrar el 9 por la mañana Víctor el cuerpo, en vez de estar casi putrefacto estaría recién muerto y además no habrían sido posible el “Y pasaron los días, y llegó el 9,. Esto mirando simplemente la consistencia interna del texto, sin necesidad de acudir a las otras fuentes. Además la afirmación de que califica de horrible la noche nos lleva a pensar que el autor del artículo solamente de oídas tuvo conocimiento del escrito de el Cuco, desde luego la nota en ningún momento afirma nada del día 8, como parece señalar el artículo. Cierto que Luis dice que lo pasó mal, pero eso no se convirtió en una noche horrible, sino en todo lo contrario, en una noche de esperanza para su determinación. Nos lo indica con su “pero”::
“He pasado muy mala noche a causa del frío, pero mirando las estrellas”
Una última reseña sobre el artículo de El Eco de los Valles: ciertamente es truculento y sangriento, pero no toda la prensa era así. Si bien es cierto que la sangre siempre ha vendido, el tono de los otros artículos que hemos visto, no es tan crudo. Es más fácil creer que el articulista piensa en lo que va a gustar a la gente a la que se dirige, que al hecho de una España acostumbrada a la barbarie y a la sangre. Esto, además, explicaría el tono épico y dramático de los relatos, que puede ser del gusto de la época, pero no de la actual. Y además, no casaría una censura férrea de prensa en el caso del Cuco, con una información abierta de los horrores en el norte de África.
Repasadas las insuficiencias que tiene el artículo de El Eco de los Valles, que nadie piense que por eso deja de ser interesante e importante el haberlo recuperado. Ahora, sin embargo, es el momento de repasar brevemente los otros artículos de prensa que hemos manejado. En una búsqueda rápida, y con las limitaciones que tiene el que se hacen desde una aldea en el monte, hemos encontrado dos artículos distintos: uno Estampa, 30-10-28 y el otro La voz, 21-09-28. Y aquí sí que surgen cosas curiosas. Estos dos periódicos tienen algo en común, intentan dirigirse al gran público. Estampa es una revista semanal sobre temas de actualidad y con vocación de lograr gran difusión, lo que hizo que fuera un periódico que, aunque monárquico, pareciera moderado y sin claros compromisos políticos. La Voz, fue el hermano popular de El Sol. Una publicación liberal regeracionista. En ambos se da un carácter popular, suavizando los aspectos más comprometidos y, al mismo tiempo, intentando lograr una cierta calidad. En ambas publicaciones hemos encontrado artículos sobre el accidente de Luis Martínez, El de La voz, firmado por Emilio García Paredes, periodista que escribió en El Carbayón, es más breve, bastante más inexacto y no hace referencia a la bandera, pero está más próximo en el tiempo a los hechos, es información más rápida, más precaria. El de Estampa, firmado por Onieva, que fue el primer director de La Voz de Asturias (periódico que recibió bien el golpe de Primo de Rivera) es más amplio, está mucho mejor documentado, pero se hace con un mes de diferencia, con fotografías de Luis y del Naranjo, más exacto y, a pesar de lo dicho sobre su ideología, hace una importante mención a la bandera roja. Desechamos pues, que la ausencia de referencias en algunas publicaciones se debiera a motivaciones políticas en vez de a las dificultades de la información y pasamos a ver el significado de la bandera en la muerte de Luis.
La bandera.
Narra Estampa:
Luis Martínez no llevaba tarjeta. Llevaba una bandera roja. Era su única compañía....
La bandera quedó en el mogote y no llegó a ondear. Pero Luis Martínez alcanzó la cima. Aquel larguísimo bramante convertido en plomada era la prueba reveladora.
Este es el clima de aquella escalada: esfuerzo, fatiga, frío, mucho peligro y una carga inmensa de romanticismo: miraba las estrellas y llevaba una bandera roja. Frente al marqués con su cuerda alpina comprada en Londres y su guía de Caín, Luis llevaba un bramante y una bandera roja, sin guía ni más compañía. Y seguramente aquí radique la clave de todo.
Estampa explica algo bien conocido en el mundo montañero. Al llegar a cumbre, a modo de constancia de que se ha estado allí, se deja en un más o menos improvisado buzón, una tarjeta con las señas de los que la han alcanzado. Y, aunque esto no lo dice Estampa, es costumbre de los primeros exploradores izar una bandera:
“¿Qué idea me formaría de mí mismo y de mis compatriotas si un día llegase a mis oídos la noticia de que unos alpinistas extranjeros habían tremolado con sus personas la bandera de su Patria sobre la cumbre virgen del Naranjo de Bulnes, en España, en Asturias y en mi cazadero favorito de robezos?...”
Dice Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, El Naranjo de Bulnes. Peña-Santa, 2ed. 1925
“¿”Dudan ustedes de nuestra ascensión?, nos dice Gregorio, cuando venga el Rey a cazar rebecos, subiré otra vez para poner una bandera allá arriba, y don Pedro dirá al Rey que fue Gregorio el de Caín el primero que venció al Naranjo””
Nos cuenta Fontan de Negrin que dijo el Cainejo.Y él mismo replica:
“¿Qué responder, sino que mucho nos hubiera gustado el ver los colores franceses flotar en la cima del Naranjo y mezclar sus pliegues con los del estandarte victorioso de la nación amiga?...”
Fontan de Negrin, En los Picos de Europa, (1906), 1986, p 63.
Y por fin, esa deseada bandera se pudo izar por obra y gracia de Víctor Martínez el 23 de septiembre de 1923, como cuenta Aurelio de Llano Roza de Ampudia en Bellezas de Asturias de Oriente a Occidente, 1928, p 80 y ss. por encargo de él mismo:
“Le doy a usted 200 pesetas si coloca en la cumbre del Naranjo la bandera española, sujeta a un asta de fresno, de cinco metros”. P 80
“¡Bravo, Víctor, bravo! Este hecho no estaba reservado para un extranjero; estaba reservado para un español, para un asturiano, para usted” p 85.
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LA ABUNDANTE ACUMULACIÓN DE MATERIAL, A PESAR DE LA AFIRMACIÓN DE RAMÓN SORDO, QUE HE IDO ENCONTRANDO DESDE QUE EMPECÉ ESTE ESCRITO, HACE QUE ESTE ARTÍCULO SEA PROVISIONAL EN ESPERA DE UNA NUEVA Y MÁS COMPLETA REDACCIÓN.
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Nota
(1) Una sorprendente confirmación, por lo que a la censura se refiere, de la exitencia de la bandera roja nos llega a través de un excelante artículo del 14-10-1956 de José María Pellanes, periodista y montañero recientemente fallecido, en el periódico Voluntad, periódico que se autodefine como Diario de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. y en el que dice: "Una ligera plomada y una bandera roja fueron los únicos accesorios que llevaba en tan importante ascensión, además de la cuerda de escalada" (la negrita es mía)
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Referencias:
Este artículo está hecho desde la aldea, con mucha limitaciones bibliográficas, por lo tanto, si hay trabajos que repite o que ignora es por dificultades de acceso a ellos. Las referencias utilizadas se dan en el texto, sobre la marcha.
Para la información sobre la prensa de la época y los periodista he utilizado:
Información sobre Estampa: http://periodicosregalo.blogspot.com.es/2010/07/revista-estampa-el-arte-de-la.htmlhttp://periodicosregalo.blogspot.com.es/2010/07/revista-estampa-el-arte-de-la.html
Información Emilio Garcia Paredes: http://el.tesorodeoviedo.es/index.php?title=Emilio_Garc%C3%ADa_Paredes
La referencia al libro de Isidoro Rodríguez Cubillas Naranjo de Bulnes. Un siglo de escaladas la hacemos a través del artículo en http://www.cabralesfotoaventura.com/index.php?option=com_content&task=view&id=60&Itemid=80. Para el apéndice ya hemos tenido al alcance el texto original de Isidoro Rodríguez, tal como se cita en el mismo apéndice
El libro de Aurelio de Llano Roza de Ampudia en Bellezas de Asturias de Oriente a Occidente, 1928, tiene vista previa en Google y aparece casi toda la narración citada (aquí hay que señalar que la edición facsímil lleva fecha de 1928, mientras que en la Wikipedia la citan como de 1927)
El resto de obras, libros y prensa han sido consultadas de primera mano y en su totalidad: Noroeste, El comercio, La Nueva España, La Voz de Asturias, Voz, Estampa, ABC, La Vanguardia, Región, El Carbayón, Vida Nueva y El Eco de los Valles, aunque desgraciadamente de la colección de ejemplares consultodos de este último no se conservaba el número citado por Ramón Sordo, por lo que solamente hemos tenido acceso a su contenido de forma indirecta a través del artículo de La Nueva España de 2012 y de su reproducción en Foro Picos.
Índice
Accidentes mortales en el Naranjo de Bulnes: justificación y fuentes del trabajo
Luis Martínez: “Cuco, el discípulo de nadie”
Luis Martínez: "Cuco, solo y sin maestros"
Luis Martínez "El Cuco", el Naranjo de Bulnes y la bandera roja