El aprendizaje de la ética nos tiene que enseñar a vivir todos juntos. El dominio de unos seres humanos por otros es recurrente en la historia de la humanidad. Una de sus manifestaciones más odiosas es la violencia que se ejerce en lo más íntimo de la convivencia y que toma forma en lo que llamamos la violencia machista. No aprenderíamos nada si no llegamos a cambiar esta situación de una manera definitiva. En esta página vamos a hacer un seguimiento de las víctimas de la violencia machista para que en ningún momento demos el problema por olvidado y para que, mientras haya una sola víctima, podamos tener presente el problema.
Lo primero será seguir los casos que sucedan, a partir de ahí emprenderemos otras actividades que nos adecuadas.