INTRODUCCION A LA COLECCIÓN DE BIOGRAFIAS DE HERMANOS
"SEMBRADORES DE ESTRELLAS"
Los Hermanos guardan fielmente el recuerdo de los Hermanos difuntos. sobre todo, a los que han conocido y amado. Hacen, memoria de ellos en la oración y en la Eucaristía y expresan así su comunión con ellos. R. 77
Saludarnos con agrado, felicitaciones y agradecimiento la publicación en castellano de las biografías de los Hermanos de las Escuetas Cristianas que trabajaron en México, -sembrando estrellas", desde los albor. del Lasallismo en nuestra Patria, 1906, hasta la década de los 70s. años en que se interrumpió la casi bicentenaria publicación en francés, desde el Centro del Instituto y para todo el Instituto, las "Notices Nécrologiques".
Precisamente, el H. Juan Ignacio Alba Ornelas, habiendo descubierto en ellas una mina riquísima de sabiduría humana, pedagógica y religiosa desafortunadamente oculta para muchos, se dio a la tarea de traducción, ciertamente tediosa, pero gratificante al final de cuentas.
Nos ofrece así ese tesoro de testimonios de fidelidad, al alcance ahora de todos los lectores de lengua castellana, principalmente Hermanos de los Distritos de México Norte y de Antillas-México Sur, pero también a los demás lasallistas.
Todos y cada uno de los más de 250 Hermanos cuya vida nos es relatada en esta colección, ¡unos 5O mexicanos y los demás extranjeros extraordinario signo de fraternidad universal!, desde sus respectivos talentos y responsabilidades, brillantes o modestos a los ojos de hombres, breves o prolongadas en el tiempo, transcurridas en épocas turbulentas o en períodos de paz, contribuyeron de manera abnegada y eficaz a la extensión y solidez de la misión lasallista en México.
Un buen grupo de ellos dejó generosamente su Patria y luego padeció la persecución y el exilio en la Patria que los adoptó. Otros muchos sufrieron las duras estrecheces en tiempos de austeridad y de carencias. Hubo quienes asumieron con creatividad y generosidad los desafíos de cierres, clausuras, apertura o extensión de obras. A todos ellos debemos los cimientos de la extraordinaria expansión y desarrollo de las instituciones lasallistas en México y en Antillas. Hubo un buen número le entre ellos, en todas las épocas, cuya contribución ha sido verdaderamente significativa, no solamente en la fundación de instituciones, sino también en la edificación y el progreso de la infraestructura física como visionarios y expertos, constructores y más aún, en la actualización y modernización de los me de la ciencia como enseñanza cual hábiles pedagogos, en el progreso investigadores y autores de textos, pero sobre todo como educadores cristianos, en la formación de ciudadanos de bien Y cristianos comprometidos con su Fe y con la Iglesia. Ciertamente. que, para las diferentes biografías, se pudieron reunir algunos testimonios, pero cuántos más, seguramente incontables, que han quedado solo en el recuerdo vivo y estimulante de numerosos antiguos alumnos. En el caso de los llegados de otras tierras, es poco hablar de "inculturación", pues todos ellos probaron su identificación con la cultura mexicana, tanto por el cariño, la entrega abnegada y el hasta su muerte en esta su segunda Patria. Consta, incluso, que algunos de ellos nunca más regresaron a la tierra de sus padres; y los que tuvieron que dejar México por motivos ajenos a su voluntad, se expresaban siempre de nuestro País con cariñosa nostalgia, aunque solo hayan permanecido pocos años entre nosotros. De unos años para acá se han establecido en los dos Distritos mexicanos sendos "columbarios" para acercar la memoria de nuestros difuntos a la vida apostólica y comunitaria, que ellos también construyeron y vivieron.
¡Laudable iniciativa! Porque más aún que sepulcros dignos, se merecen de nuestra parte un recuerdo fraterno y agradecido, alimentado con nuestra ferviente atención a su testimonio de vida coherente y de fidelidad hasta el final. Pues bien, su memoria será aún más viva y estimulante si nos acercamos a sus vidas mediante la lectura de sus biografías. Será también una manera eficaz de implorar y obtener su intercesión para el crecimiento y la fecundidad de la Obra que ha sido también de ellos.
Que, así como ellos "sembraron estrellas" de esperanza en una multitud de niños y jóvenes de su época, nosotros sigamos ahora abriendo e iluminando caminos de esperanza para las nuevas generaciones actuales. De esa manera, habremos disfrutado del mayor beneficio que se espera del ingente trabajo realizado por el H. Juan Ignacio Alba Ornelas a quien agradecemos una vez más y animamos también para que siga añadiendo biografías a la presente colección.
Hno. Adalberto Aranda Ramírez, fsc. Lagos de Moreno, Jal.